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Lácteos y otros alimentos con vitamina D
Los lácteos y la vitamina D son esenciales para el desarrollo infantil. Te explicamos por qué.
Según un estudio publicado por la revista pediátrica Minerva Pediátria, el 60% de los niños en edad escolar presentan un déficit de esta vitamina que, sin embargo, resulta esencial para su desarrollo, especialmente para tener unos huesos fuertes y sanos. En este sentido, y con el fin de contrarrestar la deficiencia de esta vitamina, los expertos recomiendan la ingesta de dos a tres raciones diarias de lácteos, ya que son muy ricos en vitamina D.
Los lácteos, ricos en vitamina D
La ingesta de vitamina D en la infancia resulta esencial para el correcto desarrollo del niño, ya que ayuda a tener unos huesos más fuertes a lo largo de la vida. Esta vitamina regula la adquisición de masa ósea e interviene en la absorción del calcio, lo que favorece la prevención de la aparición de osteoporosis en etapas posteriores de la vida, así como a reducir el riesgo de infecciones, diabetes, diversos tipos de cáncer y el aumento de la presión arterial.
Así pues, la vitamina D es básica para la salud del niño, pero ¿cómo obtenerla? Básicamente, puede hacerse a través de la alimentación o tomando el sol. Lo ideal es combinar ambas cosas con el fin de garantizar el aporte adecuado para el organismo.
Otros alimentos con vitamina D
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La vitamina D se encuentra especialmente presente en los lácteos: leche, yogur, queso, etc.
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También está presente en alimentos como la yema del huevo, los aceites de hígado de pescado, la mantequilla, la margarina y los pescados grasos como el salmón, el atún y las sardinas, ricos en ácidos grasos Omega-3.
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Los pediatras aconsejan a los niños consumir entre dos y tres raciones diarias de estos productos.
Tomar el sol es bueno
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Siempre con precaución, utilizando crema protectora y en horas del día en que el sol no queme mucho (sobre todo en verano) es aconsejable que los niños tomen un poco el sol para recibir la vitamina D que se obtiene al hacerlo. Para ello no es necesario que se recuesten como hacemos los adultos. Jugando al aire libre o practicando algún deporte pueden tomar el sol de forma lúdica y segura.
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