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Llevar una buena higiene dental es fundamental, no solo para tener un aliento fresco y una dentadura estéticamente agradable, sino, sobre todo, por salud.
El cepillado y el hilo dental debe formar parte de la limpieza diaria de los dientes, complementado con el uso de un enjuague bucal (preferiblemente, sin alcohol), con relativa frecuencia, si bien este último no es imprescindible, si la higiene oral con cepillo y pasta dental es correcta y diaria.
Sin embargo, en muchas ocasiones, durante la higiene dental, solemos olvidar limpiar una zona clave: la lengua. Nuestra lengua se encuentra en la cavidad oral, obviamente, y pude alojar multitud de bacterias, al igual que los dientes, ya que presenta una superficie rugosa y llena de surcos, cosa que favorece la acumulación de desechos sobre la superficie lingual. Su falta de higiene puede afectar a toda la boca, dientes incluidos, con el consiguiente riesgo de caries y gingivitis.
Además, una lengua sucia causa mal aliento y puede indicarnos la presencia de trastornos digestivos, o incluso hepáticos. La tradición de enseñar la lengua al doctor no es banal, sino que esta parte de nuestro cuerpo puede ofrecer mucha información acerca de nuestro estado físico. ¡Sepamos muchas más cosas sobre la importancia de mantener limpia nuestra lengua y las formas más eficaces de lograrlo!
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Porque la lengua está en la cavidad oral y es tan importante limpiarla como lo es para los dientes y las encías, si lo que queremos es una higiene oral completa.
Si queremos librarnos de la placa bacteriana, que da lugar al sarro en los dientes cuando se endurece, y evitar el riesgo de caries en la dentadura, o bien de gingivitis en las encías, es muy importante limpiarse la lengua de forma correcta cada vez que procedemos a lavarnos los dientes, al menos, una vez al día, preferiblemente por la mañana. ¿Qué pasa si no nos limpiamos bien la lengua?
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Ahora que sabes de la importancia de limpiar tu lengua para mejorar tu higiene oral, evitar la halitosis y proteger la integridad de tus dientes y encías, te hace falta saber cómo debes actuar para limpiar tu lengua correctamente.
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Además del clásico cepillo de dientes provisto de raspador lingual, hay artículos específicos para la limpieza lingual. Su elección dependerá de tus gustos y, de ser posible, de la recomendación de tu odontólogo.
El raspador lingual es un aparato que se puede adquirir en farmacias, en supermercados y en tiendas departamentales. Se trata de un objeto metálico o de plástico en forma de U, que se sujeta con los dedos por cada extremo de la "U" y se pasa por la lengua desde atrás hacia delante, varia veces, tanto por la superficie como por los cantos.
Es capaz de eliminar las bacterias atrapadas en las papilas gustativas. No olvides enjuagarlo bien con agua después de cada uso y dejar que se seque al aire, sin guardarlo mojado en cajones o recipientes cerrados, para evitar que proliferen agentes patógenos.
Los cepillos linguales están hechos con varias cerdas que actúan como una escoba, arrastrando las bacterias y la suciedad a su paso. El cepillo para lengua realiza una limpieza profunda, pero también puede provocar ganas de vomitar en algunas personas, por lo que su elección es muy personal.
A falta de raspador o cepillo lingual, un método más "casero" para limpiar la superficie de la lengua consiste en utilizar una cuchara, por la parte cóncava, para arrastrar la suciedad de la lengua, como si se tratara de un raspador, es decir, desde la parte de atrás de la lengua hacia la punta. Quizás, no es la forma más ortodoxa ni práctica, pero puede cumplir la función.
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