¿Por qué el verano es el mejor momento para fortalecer el vínculo con nuestros hijos?
¿Por qué el verano es el mejor momento para fortalecer el vínculo con nuestros hijos?
29 Nov 2024
¿Sabías que el verano es un período ideal para hacer un “reset” y volver a conectar con nuestros hijos? La experta nos da sus consejos para sobrevivir a la falta de conciliación de las familias en esta época del año poniendo el foco en lo realmente importante: fortalecer el vínculo con nuestros peques.
La llegada de las vacaciones escolares pone a prueba la convivencia familiar y el equilibrio emocional en la familia. Ante la dificultad de conciliar, los padres debemos asumir el reto de transformar el tiempo con nuestros hijos en tiempo de calidad, fomentando el vínculo con ellos, que es lo más importante y lo que da sentido a todo.
Es evidente que se necesitan mejores políticas de conciliación, ya que las familias se encuentran sin recursos de apoyo. La falta de ayuda y el cambio en la estructura social hacen que los progenitores, y especialmente las madres, se sientan solos, trabajando sin contar con la tradicional “tribu” que antes sostenía la crianza.
Al mismo tiempo, los niños necesitan movimiento, socialización y estimulación, y aunque estén acostumbrados, quizás, a un ritmo demasiado frenético en el día a día, los momentos de aburrimiento también tienen beneficios para su desarrollo. Sin embargo, la culpa llega a las familias cuando ven que no pueden estar con los hijos de la forma que les gustaría y pasan demasiado tiempo delante de las pantallas.
Más tiempo juntos para conectar y reforzar los lazos familiares
A pesar de las dificultades, las vacaciones de verano son el mejor momento para fomentar el vínculo con nuestros hijos, ya que es el período del año en el que más tiempo podemos estar con ellos, generalmente. Sin duda, son momentos únicos e irrepetibles. ¡No tenemos muchos veranos en la vida con nuestros hijos antes de que decidan volar!
A veces, los padres pensamos que lo más importante para un niño es llenarle de planes y actividades para que no se aburra. Sin embargo, lo que realmente necesita es sentir que es lo más importante para su padre o madre y que hay un vínculo fuerte entre ustedes.
Poder tener conversaciones donde aprovechemos para conocerlos, respetando los ritmos que necesitan para abrir su mundo interno, compartir actividades cotidianas, paseos que no van a ninguna parte, comer un tentempié viendo el atardecer… En definitiva, cuidar la conexión, la relación.
Lo más importante que tenemos como padres es el vínculo con nuestros hijos. Cuando este vínculo se resiente, la crianza se empieza a conflictuar, porque criar es liderar, y no puedes liderar a alguien que no quiere seguirte.Y solo va a seguirte y permitirte ser líder si tienen una conexión. Esto es algo que hay que fomentar cada día.
Ahora que nuestros hijos pasan más tiempo en casa, es momento de reflexionar y cultivar esta conexión, y no tanto buscar cómo entretenerlos o cómo hacer que “nos hagan caso”.
El vínculo se resiente enormemente ante padres que priorizan la “educación” olvidando el efecto emocional que tenemos en el otro, como cuando peleamos, gritamos, amenazamos o faltamos al respeto, aunque sea sin querer, porque nos hemos enganchado en nuestras emociones y estamos explotando. Todas estas reacciones que traen tanto malestar a padres e hijos ocurren porque nos hemos olvidado de poner por delante el vínculo.
Como dice el psicólogo Gordon Neufeld: “Nos preocupamos más de que nuestros hijos se alimenten que de lo que alimenta su vínculo con nosotros”. Y este vínculo es la base de su vida emocional, de su autoestima y de su confianza en el futuro.
¿Cómo fortalecer el vínculo con nuestros hijos? ¡5 consejos clave!
Mi propuesta es aprovechar el tiempo de este verano para poner atención en lo realmente importante, aunque no cumplamos con todo de la forma que nos gustaría. ¿Cómo? Poniendo en práctica estas cinco recomendaciones.
1. Rituales de apego matutinos
Crea rutinas especiales por las mañanas que fortalezcan el lazo emocional y sirvan para comenzar de manera positiva el día. Por ejemplo, despertarse con un abrazo en la cama y aprovechar el desayuno en familia para comentar lo que se planea para el día.
2. Poner consciencia en un lenguaje cariñoso y respetuoso
El lenguaje genera un impacto emocional en el otro y en nosotros mismos. Para cultivar el vínculo, es importante hablar al otro de la forma más amable, comprensiva, respetuosa y amorosa posible, aunque vayamos un poco desbordados de quehaceres y el estrés nos haga hablar de una forma más brusca y tener poca paciencia. Esto servirá incluso para fomentar el bienestar en uno mismo.
Cada vez que hay una discusión, el vínculo se daña. Es importante que seamos proactivos lo antes posible para volver a acercarnos y conectar de nuevo, recordando que nuestros hijos siguen siendo lo más importante para nosotros y que se les quiere con todo el corazón. Esto se puede hacer mediante un abrazo, un gesto, unas palabras u otras muchas formas.
4. Cultivar la interioridad
Los niños y adolescentes necesitan tiempo para abrirse y contar sus intimidades. No vale con hacerles una pregunta sobre cómo se sienten, ya que no tienen ese lenguaje asimilado y no saben dar forma a su mundo interior. Es muy útil aprovechar los momentos que compartimos con ellos, por ejemplo, cuando cocinamos juntos, paseamos al perro, hacemos la compra, etc., para hablar “de nada”, pero ir generando lazos y que vayan contándonos cosas de su mundo interior.
5. Expresiones de amor espontáneo
Tenemos inculcado premiar las buenas acciones como algo positivo para la educación. Sin embargo, es mejor poder expresarles amor y tener detalles espontáneos con ellos en cualquier momento y no asociado a una conducta. Necesitan que les recordemos que les queremos mucho y que no depende de nada en concreto. Animémonos este verano a ser más afectuosos porque sí. A tener detalles porque sí.
