Yodo en el embarazo: por qué es importante

11 Dec 2024
Yodo en el embarazo

En los primeros meses de gestación, es la madre quien proporciona al feto las hormonas necesarias; por eso, hay que tener bajo control los posibles trastornos de la tiroides de las mujeres embarazadas.

Durante el embarazo, las hormonas producidas por la tiroides garantizan al bebé un desarrollo normal del cerebro y de los núcleos de osificación. En los primeros meses de gestación, la tiroides del feto todavía no funciona, y es la madre quien le proporciona las hormonas necesarias. Por este motivo, no hay que subestimar los trastornos de la tiroides de la mamá y es fundamental hacerse todos los análisis necesarios antes y durante el embarazo.

Mientras la hiperfunción tiroidea (hipertiroidismo) es bastante insólita, el hipotiroidismo en el embarazo es bastante frecuente, y muchas veces se debe a una carencia de yodo. De hecho, este mineral es un componente esencial de las hormonas tiroideas y, a pesar de que la necesidad diaria de este elemento sea muy baja (un adulto necesita 140-150 microgramos, y un microgramo corresponde a una millonésima parte de un gramo) es muy difícil satisfacerla, porque se trata de un mineral raro y poco presente en los alimentos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir 250 microgramos/día. Sin embargo, se han realizado estudios y acciones puntuales en las distintas zonas geográficas del país.

 

Yodo para prevenir el hipotiroidismo en el embarazo 

Garantizar la cantidad necesaria diaria de yodo durante el embarazo es la primera precaución necesaria para disminuir el riesgo de hipotiroidismo:

-  Usa sal yodada en lugar de la normal. Se trata de una sal a la que se añade artificialmente una cantidad de yodo, pero el sabor es el mismo.

- Aumenta el consumo de productos pesqueros: pescado, crustáceos y moluscos absorben el yodo del agua marina y son buenas fuentes de mineral.

- Come huevos y productos lácteos. Si no te gusta el pescado, los alimentos más útiles en este caso son los huevos, la leche, el yogur y el queso, porque contienen una moderada cantidad de yodo, ausente en frutas y verduras (a excepción de las fresas y las espinacas).

- No comas muchas nueces y cebollas: se trata de alimentos que contienen sustancias que pueden obstaculizar la asimilación de yodo en el organismo.

- Aumenta el consumo de alimentos ricos en selenio, como carne, ajo y espinacas. Si este mineral escasea en el cuerpo, los procesos de producción de las hormonas tiroideas tienen un desarrollo más débil y consumen más yodo.

Edurne RomoEdurne Romo
Directora Editorial. Periodista especializada en maternidad, infancia y crianza