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Los progestágenos naturales son el pregnanediol, el pregnenolona y la progesterona, esta última también conocida como hormona esteroide o P4. En este artículo, te explicamos la relación entre los progestágenos y el embarazo.
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Con la aparición de la fase lútea tras la ovulación, el cuerpo lúteo (tejido enriquecido localizado en el ovario que acaba de ovular) empieza a segregar progesterona, con el objetivo de preparar el endometrio para una posible fecundación y alimentar al embrión hasta que se haya formado la placenta.
Cuando el óvulo es fecundado y empieza a crecer, la progesterona también convierte el moco uterino en una secreción mucho más espesa, de pH más ácido, más blanca y más infértil para impedir así la entrada de nuevos espermatozoides.
Durante la gestación, la progesterona impide la producción de leche en las mamas, proceso del que a la vez es responsable, provocando la lactancia una vez que nació el bebé. El calor, el estado de felicidad y el sueño que suelen tener las mujeres embarazadas también están provocados por la progesterona.
Los progestágenos también contribuyen a que el sistema inmunológico y los músculos uterinos se relajen durante el embarazo, de modo que queden minimizados los riesgos de sufrir un aborto y de tener contracciones.
La progesterona también es utilizada como medicamento, bajo control médico, para resolver problemas de fertilidad. Sin embargo, bajos niveles de progesterona pueden provocar abortos espontáneos, esterilidad, hipersensibilidad mamaria o irregularidades en el ciclo menstrual.
Por esta razón, es de suma importancia realizarse revisiones ginecológicas periódicas y explicar cualquier síntoma anormal al médico.
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