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El iodopovidona está prohibido en el embarazo
El iodopovidona se utiliza como antiséptico para tratar heridas no graves en la piel. Sin embargo, los especialistas desaconsejan su uso durante el embarazo, la lactancia y en bebés. ¿Por qué es peligroso para la salud de tu hijo?
El iodopovidona es un producto empleado como desinfectante y antiséptico para tratar cortaduras menores en la piel, formado por una solución de povidona y yodo molecular. Cuando se pone en contacto con la piel, el yodo se libera lentamente provocando comezón que, sin embargo, es la que permite desinfectar la herida.
Este tipo de antiséptico es eficaz contra todos los microorganismos presentes en heridas, tales como bacterias, hongos, levaduras, microbacterias, virus, protozoos y esporas. Sin embargo, su uso puede ser peligroso en embarazadas, lactantes y bebés, por lo que los médicos aconsejan evitar su uso durante el embarazo, el período de lactancia y durante la infancia.
¿Por qué el iodopovidona está prohibido en el embarazo y en bebés?
El motivo de la prohibición del iodopovidona durante el embarazo, la lactancia y en bebés se debe a la sobrecarga de yodo que provoca. El uso tópico del iodopovidona provoca esta sobrecarga que puede desencadenar un bloqueo transitorio de la tiroides en los bebés. Si bien es cierto que la tiroides necesita yodo para sintetizar las hormonas, un exceso de este elemento en edades tan tempranas provocaría hipotiroidismo, ya que la tiroides inhibiría la captación del yodo y dejaría de funcionar debidamente.
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El peligro no se límita únicamente a la alta concentración de yodo, sino que además se absorbe muy rápidamente. Durante el embarazo, se desaconseja su uso porque la tiroides del bebé es todavía inmadura y podría verse afectada, produciéndose un hipotiroidismo permanente.
También se desaconseja el uso de iodopovidona durante el parto, en las curación del cordón umbilical o si se precisa episiotomía. Si, por ejemplo, se aplica iodopovidona de forma tópica a una mamá al dar a luz, la sobrecarga de yodo generaría un aumento de yodo en la leche materna diez veces superior a otras mamás a las que no se les haya aplicado este antiséptico durante el parto. Así pues, a través de la lactancia materna, el bebé recibiría mucho más yodo del que necesita, provocando un hipotiroidismo transitorio que podría afectar a su desarrollo cerebral.
Los expertos aconsejan evitar la utilización de antisépticos yodados durante la lactancia y la infancia del bebé. Durante este período, se pueden utilizar otros antisépticos en caso de que sea necesario, evitando de este modo un riesgo innecesario en la salud del niño.