Controles en el embarazo: ¡una práctica agenda!

29 Jun 2022
Controles en el embarazo: ¡una práctica agenda!

Hoy en día, los exámenes disponibles para tener bajo control el embarazo y el desarrollo del feto son muchísimos. Aquí tienes una guía útil para orientarte entre los exámenes que se pueden realizar sin arriesgarse a una excesiva medicalización.

Los análisis de sangre

Hemograma

Es un análisis completo de los componentes de la sangre y, entre otros datos, permite evaluar la concentración de glóbulos rojos y diagnosticar una posible anemia.

Cuándo hacerlo: al principio del embarazo, entre la semana 28 y 32, y entre la 36 y la 37.

Ferritina

Si el resultado del hemograma indica un valor bajo del volumen de glóbulos rojos, el médico puede prescribir el análisis de ferritina, que proporciona información sobre la concentración de hierro en los tejidos fetales, sustancia indispensable para el correcto desarrollo cerebral del bebé.

Cuándo hacerla: entre la semana 28 y 32 de embarazo.

Prueba de Coombs

Cuando la sangre de la mujer embarazada es del grupo Rh negativo y la de su pareja, Rh positivo, es posible que la del feto sea Rh positivo: en este caso, el organismo de la madre puede producir anticuerpos que pueden eliminar los glóbulos rojos del bebé. Esta prueba sirve para buscar estos anticuerpos.

Cuándo hacerla: al principio del embarazo. Si la sangre de la madre es Rh negativo, puede repetirse una vez al mes.

Rubéola

Permite buscar los anticuerpos para la rubéola. Si da positivo, quiere decir que la mamá ya ha tenido esta enfermedad y que ahora es inmune. Por eso, no hay riesgo de adquirir la infección durante el embarazo y transmitirla al feto.

Cuándo hacerlo: al principio del embarazo. Si la mamá resulta negativa (es decir, no es inmune) hay que repetirlo antes de la semana 17 de embarazo.

Toxoplasmosis

Si el examen da positivo, la embarazada tiene inmunidad a la toxoplasmosis, una infección provocada por un protozooario presente en las heces de los gatos infectados y en algunos alimentos contaminados. Si da negativo, la mujer es vulnerable a esta enfermedad y durante el embarazo deberá llevar a cabo algunas precauciones para evitarla.

Cuándo hacerlo: a principios del embarazo. Si da negativo, cada 30-40 días.

Glucemia

Mide el nivel de azúcar en la sangre y sirve para diagnosticar una posible diabetes gestacional.

Cuándo hacerlo: antes de la semana 13 y entre la 24 y la 27 semana de embarazo.

Transaminasas

La Aspartato aminotransferasa (AST) y la Alanina Aminotransferasa (ALT) son enzimas producidas por el hígado. Medir su concentración en la sangre sirve para evaluar la funcionalidad hepática.

CUÁNDO HACERLO: en el primer trimestre del embarazo.

Test del VIH y de hepatitis B y C

Permiten diagnosticar una posible infección por VIH, hepatitis B o C, cuyos virus pueden ser transmitidos al feto a través de la placenta durante el parto o la lactancia.

CUÁNDO HACERLOS: el test del VIH se hace al principio del embarazo; se repite junto con los de hepatitis B y C entre la semana 36 y 37 de embarazo.

Análisis de orina

Las muestras de orina se analizan, para averiguar la presencia de:

  • Albumina, una proteína que puede ser síntoma de preeclampsia, una complicación médica que no puede diagnosticarse de otra forma.
  • Glucosa, que, incluso en pequeñas cantidades, puede ser síntoma de diabetes.
  • Bacterias, para diagnosticar rápidamente una posible infección de las vías urinarias que podrían pasar al aparato genital y representar un peligro para la salud de la mamá y del bebé.

CUÁNDO HACERLO: cada mes.

Las ecografías para descubrir si el bebé es sano

La primera ecografía

Sirve para detectar el latido cardiaco fetal, para averiguar si se trata de un embarazo gemelar, para medir el embrión y conocer la semana de gestación. A veces, es difícil calcular con precisión la fecha inicial del embarazo basándose en la última menstruación, sobre todo si la mamá, antes de la concepción, tenía un ciclo irregular.

CUÁNDO HACERLA: antes de la semana 13 de embarazo.

La secunda ecografía, la “morfológica”

Es la más importante. Permite observar detalladamente los órganos fetales para diagnosticar posibles malformaciones.

CUÁNDO HACERLA: alrededor de la semana 20 de embarazo.

Ecografía del tercer trimestre

Sirve para comprobar el crecimiento del feto en relación con su edad gestacional.

CUÁNDO HACERLA: entre la semana 30 y 32 de embarazo.

Los exámenes específicos

Si el médico sospecha que el bebé puede tener alguna malformación, puede recomendar a la mamá algunos exámenes específicos:

Translucencia nucal

Es un examen ecográfico, no es invasivo y es inocuo para el bebé. Consiste en medir el espesor del tejido subcutáneo que se encuentra en la nuca del feto. Proporciona una estimación del riesgo de que el bebé tenga una de las dos alteraciones cromosómicas más comunes: el Síndrome de Down y la trisomía 18.

Cuándo hacerla: se hace alrededor de la semana 11 y se asocia normalmente al triple marcador. Mide la concentración en la sangre materna de dos hormonas: la fracción beta de la gonadotropina coriónica humana y la PAPP-A (o proteína plasmática A asociada al embarazo). La combinación de las dos pruebas permite identificar 82 fetos portadores de alteraciones cromosómica sobre 100, con un 5% de falsos positivos.

Amniocentesis

Es la extracción de una muestra de líquido amniótico con una jeringa a través de la pared abdominal y guiada por ecografía. Al contrario que la translucencia nucal y el triple marcador, proporciona un diagnóstico seguro, y no sólo una estimación de riesgo, para el Síndrome de Down y otras alteraciones cromosómicas del feto. Sin embargo, se trata de un examen invasivo que comporta un riesgo de alrededor del 1% de interrupción del embarazo.

Cuándo hacerla: a partir de la semana 16 de embarazo.

Biopsia de corion

Se hace de forma parecida a la amniocentesis y consiste en la extracción de algunas células de las vellosidades coriónicas que contienen ADN del embrión. Además de posibles anomalías cromosómicas, la biopsia de corion permite detectar algunas enfermedades genéticas, como la beta-talasemia. Se aconseja sobre todo en los casos de padres con antecedentes familiares de patologías. El riesgo de aborto asociado a este examen es parecido al de la amniocentesis.

Cuándo hacerla: entre la semana 11 y 12 de embarazo.

Ecografía tridimensional

La ecografía 3D, obtenida a través de un dispositivo que combina las imágenes ecográficas en tres planos perpendiculares entre ellos, permite observar los detalles anatómicos y las facciones del bebé con una claridad sin precedentes. El mayor éxito de esta nueva tecnología es la posibilidad de hacer diagnósticos sobre malformaciones cardiacas y cerebrales del feto, que muy a menudo no se pueden ver con los exámenes tradicionales.

Cuándo hacerla: el médico la prescribe tras haber hecho la ecografía morfológica, si existe una sospecha de malformación que el primer examen no puede asegurar.

A discreción del médico

Si el ginecólogo cree que es oportuno, puede prescribir a la embarazada algunos exámenes adicionales. Los más comunes son:

Prueba de aclaramiento de creatinina

La creatinina es una molécula normalmente presente en la sangre. Una cantidad excesiva puede indicar un malfuncionamiento de los riñones.

Análisis para citomegalovirus

La infección por citomegalovirus, que en los adultos suele ser asintomática y sin consecuencias para la salud, durante el embarazo puede causar graves malformaciones fetales. La presencia de anticuerpos IgG en el primer trimestre indica que la mamá tiene inmunidad porque ya ha tenido este virus en el pasado.

Si el análisis evidencia presencia de anticuerpos IgM, podría significar que la mujer ha adquirido el virus durante el embarazo o que lo ha tenido en los meses justo antes de la concepción. Para obtener informaciones seguras, es necesario hacerse un análisis de sangre de segundo nivel. Si no se encuentran anticuerpos, el médico podría recomendar que la mujer repita el test más adelante para diagnosticar lo antes posible una eventual infección.

Citomegalovirus: sí al examen si trabajas con los niños.

Exudado vaginal

Este examen busca la presencia en el organismo de Chlamydia, Gardnerella vaginalis y Estreptococo Beta hemolítico, microorganismos que pueden causar infecciones que, aunque se presenten de forma asintomática, comportan riesgos para la salud del feto y hay que tratarlas cuanto antes. Se aconseja hacer esta prueba tres veces: al principio del embarazo, en el segundo trimestre y antes del parto.

Examen de salmonelosis

Con un simple análisis de heces, se pueden buscar las bacterias responsables de la salmonelosis. Si se contrae durante el embarazo, la bacteria Salmonella no atraviesa la barrera de la placenta y no infecta al feto, ni aumenta el riesgo de malformaciones. Sin embargo, si se transmite al bebé durante el parto, puede provocar fiebre alta y deshidratación. Se aconseja hacer este examen al final del embarazo, antes del parto.

Edurne RomoEdurne Romo
Directora Editorial. Periodista especializada en maternidad, infancia y crianza