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Amniocentesis: preguntas más frecuentes
Te damos respuesta a todas tus dudas sobre la amniocentesis, una de las pruebas más temidas durante el embarazo.
La introducción de la aguja suele provocar una molestia similar a la de una extracción de sangre en el brazo. Durante y después del examen, muchas veces, la futura mamá percibe un ligero dolor parecido al menstrual, cuya intensidad se atenúa rápidamente.
¿Tengo que tomar precauciones especiales antes y después de la prueba?
La amniocentesis no requiere ni estar en ayunas ni tomar líquidos para tener la vejiga llena. Después de efectuar el examen, se puede llevar una vida normal: no son necesarios tratamientos específicos, antibióticos ni antiespásticos, para prevenir las posibles contracciones.
El dolor que advierten algunas madres después de la extracción (a veces, incluso durante bastante tiempo) no está provocado por espasmos de la musculatura uterina. Como sucede en el caso de cualquier punción, la molestia puede provocar lesiones más o menos acentuadas en las terminaciones nerviosas del músculo. En este caso, la administración de fármacos antiespásticos (sólo si los prescribe el ginecólogo) puede resultar útil: el fármaco ejerce una acción sedante del sistema nervioso central y atenúa la sensación de dolor.
En 2-3 casos de cada 100, se pueden producir leves pérdidas de sangre por la vagina en las horas o los días inmediatamente posteriores a la extracción. No se trata de amenazas de aborto: un reposo relativo y una cuidadosa higiene íntima son las únicas precauciones que hay que tomar para que todo vuelva a la normalidad (si bien es aconsejable ponerse en contacto con el centro en el que se ha efectuado la amniocentesis, así como con el ginecólogo). Después del examen, las relaciones sexuales deben evitarse durante unos días.
El resultado está disponible en 15-20 días. Hoy en día, es posible obtener un análisis rápido de las células del líquido amniótico a través de una técnica específica, llamada FISH (Fluorescence In Situ Hybridization), sin esperar al cultivo. Utilizando sondas de ADN para los cromosomas X, Y, 13, 18 y 21, se pueden identificar las anomalías más comunes en 24 horas, con resultados que se pueden superponer al cariotipo estándar obtenido de las células del cultivo.
La fiabilidad es superior al 99,9 por ciento. El error en el análisis cromosómico o de ADN es una excepción. Un resultado negativo falso, por ejemplo, en el que se afirma la ausencia de una anomalía cromosómica que en realidad está presente, se produce en menos de 1 caso de cada 10.000. Los fallos en los cultivos son extremadamente raros (0,2-0,6 por ciento de los casos) y, en general, se deben a un número insuficiente de células disponibles, a una incapacidad de las mismas para crecer en el cultivo o a una contaminación. Respecto a la biopsia de corion, la extracción de líquido amniótico es técnicamente más fácil, y los fallos por escasez de material son menos frecuentes.