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10 formas de defenderte de la alergia primaveral en el embarazo
Tomando las precauciones necesarias y determinados tratamientos suaves, se pueden aliviar los síntomas de la alergia primaveral, también en el embarazo. Te explicamos cuáles son los principales síntomas y los tratamientos más suaves y adecuados.
Estornudos, ojos llorosos, nariz tapada… Así se anuncia la llegada de la primavera para quienes sufren alergia. ¡Te decimos cómo debes actuar si sufres alergia primaveral durante el embarazo!
Síntomas de la alergia primaveral
Ojos hinchados y enrojecidos, que pican y lagrimean; nariz tapada que también pica; mucosidad y estornudos frecuentes. La rinitis de origen alérgico se prolonga durante varias semanas, en función de la duración del período de difusión del polen responsable del trastorno, y constituye una reacción anómala del sistema inmunitario, que responde al contacto con el polen, produciendo unos anticuerpos denominados IgE (inmunoglobulina de tipo E).
En el embarazo, no se producen cambios especiales en lo que respecta a los síntomas de las alergias respiratorias y a su intensidad. Más bien, lo que cambia puede ser la percepción del trastorno por parte de la futura mamá. Por ejemplo, si la mujer se acerca al término del embarazo y, a causa de la pancita, le cuesta respirar, la nariz tapada de la rinitis intensificará un malestar ya presente, lo que resultará aún más molesto.
Consejos para aliviar los síntomas de la alergia primaveral
La alergia se puede tratar, tomando los fármacos necesarios, en cualquier período del embarazo. Lo importante es no recurrir nunca a remedios caseros, sino dirigirse al médico para que prescriba el principio activo adecuado para el trimestre del embarazo. Por otro lado, es importante:
- Identificar los tipos de polen a los que eres alérgica. Es el primer paso para poder defenderse, para conocer cuál es el período crítico, es decir, el período de floración de la planta que provoca la alergia, y para controlar semanalmente la densidad del nivel de polen en el aire.
- Efectuar lavados nasales frecuentes con solución fisiológica. De esta manera, se eliminan las secreciones nasales, pero también las sustancias que causan la inflamación.
- Crear un ambiente húmedo, utilizando humidificadores de ambiente.
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- ¡Mantenerse alejada del humo del tabaco! Tanto el activo como el pasivo debilitan las mucosas nasales, oculares y bronquiales, favoreciendo la entrada de polen y, por lo tanto, las reacciones alérgicas.
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- Renunciar a los paseos al aire libre en los días especialmente secos y ventosos, cuando la concentración de polen en el aire es máxima. Si no se pueden evitar horarios y condiciones climáticas especialmente “adversas”, es preferible llevar puesta una mascarilla que tape la nariz y la boca.
- No salir justo después de un temporal de lluvia. Mientras llueve, la concentración de polen es mínima. Sin embargo, al término de las precipitaciones, el polen vuelve a circular, lo que representa una situación crítica para las personas alérgicas. Las primeras horas de la mañana también son problemáticas.
- Instalar un filtro antipolen en el coche. Cuando se viaja en coche, las ventanillas deben permanecer bien cerradas y el aire acondicionado debe estar provisto de un filtro antipolen especial (no hay que olvidar limpiarlo periódicamente).
- ¡Cuidado con el jardín o la terraza! Además de no efectuar actividades de jardinería ni cortar el césped en los períodos “críticos”. Hay que prestar una especial atención a la elección de las plantas y de los cultivos que se quieren realizar en el propio jardín o terraza, evitando estrictamente las que provocan la alergia primaveral.
- El lugar ideal para pasar las vacaciones es la playa. La presencia de polen es muy reducida y la brisa marina contribuye a contrarrestarlo aún más. El resultado es que, en un par de días, se asiste a una mejora muy acentuada, con la desaparición de todos los síntomas de la alergia.
- ¿Excursiones al campo? ¡No gracias! En los períodos de máxima difusión del polen, es preferible evitar las excursiones a la naturaleza.
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