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Sordera en bebés: la importancia de detectarla a tiempo
La sordera es de las discapacidades más severas que existen. ¿Por qué ocurre? ¿Se puede prevenir? Conoce qué puedes hacer en caso de que tu bebé tenga este problema con su audición.
Cuando un bebé nace con algún grado de pérdida auditiva se dice que presenta hipoacusia o sordera congénita, que es la incapacidad para oír sonidos, en uno o en ambos oídos. Sus causas pueden ser genéticas o adquiridas, siendo las genéticas las más frecuentes (las dos terceras partes de los bebés que nacen con pérdida auditiva tienen un factor genético).
La sordera congénita derivada de factores genéticos se manifiesta cuando ambos padres le aportan algún gen afectado al bebé, pero si el bebé recibe una sola copia del gen dañado, no sufre la enfermedad, aunque la puede transmitir a su descendencia.
¿Cuáles son los grados de pérdida auditiva y sus causas?
El tipo de pérdida auditiva que puede presentar el bebé al nacer puede ser superficial, medio, severo o profundo. Los severos y profundos son los de mayor relevancia. De hecho, se calcula que entre dos y tres de cada mil niños que nacen presentan una pérdida auditiva severa a profunda.
La mayoría de las sorderas congénitas son causadas por un problema en el oído interno y, como ya mencionamos, pueden ser genéticas o adquiridas.
La sordera congénita adquirida puede deberse a alguna infección viral durante el embarazo (como la rubéola) o una infección el recién nacido (como sarampión o paperas). También hay medicamentos que dañan el oído y que podrían provocarla, como la gentamicina, kanamicina o amikacina, que se llega a aplicar durante el parto debido a la falta de oxígeno, o por infecciones bacterianas después de nacer que pueden dañar al cerebro, como la meningitis.
Por otro lado, en el nacimiento y durante los primeros años de vida son muy frecuentes las sorderas que se originan por infecciones en el oído medio (otitis media). Se calcula que la otitis media afecta al 95% de los niños en algún momento de su vida. En general, esto no representa problema alguno, ya que son infecciones que ceden solas o con antibiótico. Sin embargo, en algunos niños el cuadro de otitis media llega a ser lo suficientemente prolongado y derivar en una sordera. Los riesgos se incrementan cuando hay otros factores adicionales, como alergias o vivir en una casa en donde se fuma.
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Detección temprana y mecanismos de prevención
- Antes de embarazarse, la futura mamá debe vacunarse contra la rubéola y tener todo su esquema de vacunas completo, así como llevar un control adecuado del embarazo.
- Al nacer el bebé, estar al pendiente de datos como un nacimiento con bajo peso, si el bebé no respiró inmediatamente al nacer, si mamá requirió de algún medicamento durante el embarazo o si tuvo alguna complicación en el parto, y darle seguimiento.
- Solicitar el tamiz auditivo neonatal.
- En caso de cualquier sospecha de que el bebé no escuche bien o notar que se está tardando en hablar, acudir con un especialista para realizar un diagnóstico.
- Los niños deben vacunarse contra meningitis, sarampión y paperas.
- Hay que estar atentos a traumatismos (caídas de la cama), y evitar que el bebé se exponga a ruidos demasiado fuertes.
- No fumar dentro de la casa cuando hay niños.
Implicaciones de la sordera o hipoacusia
Si no se atiende debidamente este padecimiento, el pequeño:
- No sólo no comprenderá lo que le dicen: difícilmente aprenderá a hablar y a leer, y su desarrollo integral se verá severamente afectado.
- Tendrá dificultades en sus relaciones sociales.
- Vivirá con menos posibilidades de ser independiente en el futuro.
- Tendrá complicaciones en su educación en general. Desafortunadamente, muchas escuelas rechazan a niños con sordera.
- Al convertirse en adultos, sólo les podrán ofrecer trabajos menores.
(Te interesa: ¿Cómo detectar que tu hijo no escucha bien?)
Es vital que estos pequeños adquieran un lenguaje para poderse comunicar. Si bien pueden emprender lengua de señas, en la mayoría de los casos, si hay una atención adecuada y esta se hace a tiempo, se puede lograr que tengan una audición suficiente que les permita comprender y usar el lenguaje hablado.
Un examen auditivo podrá determinar si hay algún problema con su capacidad de escucha y, en caso afirmativo, proporcionar pautas para corregir el problema.
No ignores estas señales, ya que la detección temprana y el tratamiento adecuado en cada caso pueden ayudar a prevenir problemas futuros en el habla, el lenguaje y el aprendizaje. Con una detección temprana cambia mucho el pronóstico.
Dr. Gonzalo Corvera
Director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C. (IMON)
www.imon.com.mx @Otologia