Supositorios para el bebé, lo que debes saber

1 Jun 2023
supositorios para bebe lo que debes saber

La aplicación de un supositorio para aliviar molestias en el bebé puede resultar más práctica para papá y mamá, pero es conveniente conocer cuándo están indicados.

Hace algunas décadas, el uso de los supositorios era bien aceptado, tanto para los niños como para los adultos, sin embargo, cada día se recurre menos a esta práctica, ya que hay otras formas de administrar medicamentos.

El supositorio es una forma antigua de introducir medicamentos en el organismo. Esta práctica era usual para los egipcios y también para la cultura mesopotámica, aunque no fue hasta principios del siglo XIX cuando comenzó su preparación semi industrial bajo la instrucción de Francisco Javier Puerto, catedrático de Farmacia de la Universidad Complutense.

La zona del recto o ano tiene muchos vasos sanguíneos, por lo que los supositorios eran óptimos para hacer llegar la sustancia activa que contienen los medicamentos a todo el organismo. El problema es que esta vía tiene una absorción irregular en el organismo y el control de la dosis no era tan exacto.

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¿Cómo funciona un supositorio?

Tienen forma de bala o torpedo porque se administran por vía rectal y están compuestos por una sustancia vegetal sólida en cuyo interior se encuentra la medicina.

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Una vez que entra por el ano se va disolviendo, lo que permite que la sustancia farmacológica que contiene se libere, absorba y pase al torrente sanguíneo para hacer su efecto.

¿En qué casos se recomienda el uso de los supositorios para el bebé?

Será el pediatra quien indique si es necesario que se le aplique un supositorio al pequeño, ya que suele ser algo incómodo y quizás haya otra opción de tratamiento.

Para niños menores de 2 años se pueden emplear como analgésicos y antitérmicos, especialmente en aquellos casos en los que el pequeño no tolera el medicamento por vía oral porque tiene vómito o simplemente porque los rechaza.

Para la fiebre

Se considera que un niño tiene fiebre cuando su temperatura es igual o mayor a los 38°C, si la medición se hizo por vía rectal o en el oído; de 37.5°C si la medición es en la boca y de 37.2°C si se colocó el termómetro bajo la axila.

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Ya sea que contengan paracetamol o ibuprofeno, estos supositorios suelen funcionar bien para bajar la fiebre, recordando que será el pediatra quien los receta y no deben administrarse por cuenta propia.

El inconveniente del supositorio es que su efecto depende de que la sustancia activa se absorba a través de la circulación venosa en el recto, y no siempre existe esta irrigación, por lo que en ocasiones es posible que no pase a la sangre y no será útil para bajar la fiebre.

Para el estreñimiento

Especialistas del Instituto Nacional de Perinatología indican que es prácticamente imposible que los bebés menores de cuatro meses padezcan de estreñimiento porque se les alimenta con leche materna o de fórmula.

Sin embargo, algunas mamás notan que su bebé tiene cierta dificultad para hacer popó en las primeras semanas de vida; esto se debe a que es necesario que el pequeño puje para ayudar a dilatar la parte final del recto y así poder evacuar.

Si la mamá nota que el bebé hace esfuerzo por evacuar debido a que está pujando, puede flexionar sus piernitas hacia el abdomen. Hay que procurar que las rodillas toquen su pancita; esta posición permite que el ano se dilate y que el bebé evacúe sin dificultad.

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Existen supositorios de glicerina que están específicamente indicados en casos de estreñimiento infantil ya que tienen un efecto laxante. Ayudan a estimular la defecación porque la glicerina atrae el agua hacia la zona donde se aplicó, haciendo que el tamaño de las heces aumente y estimule el movimiento de los intestinos.

Es importante evitar el uso de supositorios u otros objetos para estimular el ano con el propósito de que el bebé defeque. Esta zona es muy sensible y podrían desencadenarse reflejos que causen problemas al pequeño.

Cómo poner los supositorios al bebé

  1. Primero hay que lavarse bien las manos con agua y jabón.
  2. Después hay que quitarle el pañal, ponerlo boca arriba, levantarle las dos piernas con una mano e introducir suavemente el supositorio en el ano con la otra mano, hasta que haya entrado por completo.
  3. Una vez que se haya hecho lo anterior, bajar sus piernitas y mantenerlas cerradas para que no expulse el supositorio.
  4. Si se trata de un niño más grandecito, primero hay que explicarle qué es lo que va a pasar y ser paciente. Es posible que se niegue a que le pongan el supositorio porque le da miedo o se siente invadido; es normal. 
  5. La mejor postura es acostarlo de lado, pedirle que flexione las piernas hacia el abdomen y se relaje. Luego se introduce el supositorio por completo.
  6. Después hay que sujetar, con las manos, las pompis entre sí durante unos diez minutos para evitar que se salga.

 Es importante recordar que el uso de supositorios para el bebé siempre debe estar indicado por el pediatra y no hacerlo por cuenta propia.

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¿Has usado supositorios con tu bebé o con un niño más grande? Compártenos cómo fue tu experiencia.