Rubéola en niños: síntomas, diagnóstico y tratamiento
La rubéola en niños es una enfermedad infecciosa, y es una de las enfermedades exantemáticas, las típicas de la infancia que se manifiestan a través de una erupción cutánea, como característica más importante. En principio, no provoca complicaciones importantes, excepto si el contagio se produce durante el embarazo. Conoce sus síntomas, su diagnóstico y su tratamiento.
Dr. Luis González Trapote
Pediatra. Grupo para la Investigación y Docencia en Pediatría Extrahospitalaria (GRINDOPE).
Supervisión científica.
¿Qué es la rubéola?
La rubéola es una infeción vírica, anteriormente conocida como "sarampión alemán" o "sarampión de tres días", que es benigna, contagiosa, y deja una protección permanente (inmunidad), gracias a la cual no puede repetirse una segunda vez. Es una de las llamadas enfermedades exantemáticas, es decir, que se manifiestan a través de un exantema, o erupción en la piel.
Era frecuente durante la infancia antes de la era vacunal, aunque raramente antes de que el niño cumpla los seis primeros meses de vida, porque los recién nacidos suelen estar protegidos por los anticuperos maternos transmitidos durante el embarazo (y no durante la lactancia).
Exantema de la rubéola
Síntomas de la rubéola en niños
A continuación, citamos las principales formas de manifestación de la rubéola en los niños:
- Aparece enrojecimiento del paladar y de la garganta.
- Fiebre moderada, de 38-39 grados centígrados.
- Engrosamiento de los ganglios linfáticos del cuello y la nuca (que incluso pueden ser el único síntoma de la enfermedad).
- Al cabo de uno o dos días, aparece el exantema: pequeñas manchas de color rosa no convergentes, que se localizan primero en el rostro y que se difunden rápidamente por todo el cuerpo, durando de tres a seis días.
- Posible dolor de cabeza.
- Posible congestión y goteo nasal.
- Posible pérdida de apetito.
Cómo se produce el contagio de la rubéola en niños
- El contagio de la rubéola se produce hablando, jugando o entrando en contacto con un individuo que la padezca, el cual es contagioso desde una semana antes de aparecer la enfermedad hasta el momento de su curación.
- No es posible, por el contrario, el contagio a distancia, ya sea por medio de una tercera persona o tocando objetos que hayan estado en contacto con el enfermo.
- A raíz del contagio, el virus penetra en el organismo y se multiplica durante dos o tres semanas, sin ocasionar molestias especiales (fase de incubación), y después se manifiesta.
- Si el enfermo es un niño en edad escolar, se aconseja no llevarlo a la escuela hasta pasados, al menos, seis días desde el inicio de la erupción.
Posibles complicaciones de la rubéola en niños
No existen prácticamente complicaciones y la enfermedad se cura espontáneamente sin problemas, y solo en el 10% de los adolescentes se presenta dolor en las articulaciones.
La rubéola es sumamente peligrosa cuando la contrae una embarazada, sobre todo durante los tres primeros meses, por el elevado riesgo que existe de producir malformaciones en el feto.
Tratamiento de la rubéola y vacunación
Como hemos visto, la rubéola es una enfermedad vírica, de manera que no existe tratamiento específico. Si acaso los síntomas propios de la enfermedad causan algún tipo de malestar al niño, como fiebre, dolor de cabeza o de garganta, se le puede administrar paracetamol o ibuprofeno, siempre bajo prescripción del pediatra. En ningún caso, habría que recurrir a la aspirina infantil. Pero, ¿qué más tener en cuenta en cuanto a la prevención?
- Si una niña no ha contraído la rubéola, se aconseja vacunarla (la vacuna está prevista en el calendario de vacunación publicado por el Gobierno de México).
- La vacunación también es aconsejable cuando no se sabe con certeza si se ha padecido la enfermedad. En tales casos, aunque la vacuna no sea necesaria, no es perjudicial.
- De todas formas, a los 12 meses, se recomienda vacunar a las niñas y a los niños, para proteger a las embarazadas eliminando el virus de la población infantil.
- Si se programa un embarazo, aunque la mujer esté vacunada, es indispensale comprobar que se halla protegida contra esta enfermedad.
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¿Tu hijo ha enfermado de rubéola? ¿Y tú, durante tu infancia? ¿Te produce alguna inquietud este tema? ¡Déjanos tu comentario!