Ganglios inflamados en el niño: síntomas, causas y remedios
¿Has notado que el bebé o el niño tiene uno o más ganglios inflamados? ¿Indica algún problema? ¿Cuáles pueden ser las causas y los posibles tratamientos? Todo lo que debes saber sobre los ganglios inflamados.
Dr. Luis González Trapote
Pediatra. Grupo para la Investigación y Docencia en Pediatría Extrahospitalaria (GRINDOPE)
Supervisión científica.
Los ganglios inflamados en el niño suele suscitar preocupación en las mamás y los papás, y es un motivo habitual de consulta en pediatría. Sin embargo, este temor no tiene razón de ser en la mayoría de los casos.
Los ganglios son como unos "centinelas" que se ponen "en guardia" cuando algo no funciona en el organismo, aunque se trate de un trastorno sin importancia.
Qué son los ganglios linfáticos
- Los ganglios linfáticos son formaciones ovoideas de tejido linfático situadas a lo largo de los vasos linfáticos, la red de diminutos canales cuya función es transportar la linfa a los tejidos del cuerpo.
- Sus dimensiones son modestas, pero, cuando se inflaman, pueden alcanzar como mínimo el tamaño de un chícharo, y es posible palparlos bajo la superficie de la piel, sobre todo en el cuello y la ingle.
- Los ganglios linfáticos se encuentran a lo largo de todo el sistema linfático, que es paralelo e igual de "largo" que el circulatorio, y cada uno de ellos controla la zona corporal donde está situado.
- Su deber principal es proteger el organismo de posibles infecciones, produciendo anticuerpos necesarios para contrarrestarlas. De esta manera, cuando hay una infección en la proximidad, los ganglios linfáticos se activan para contrarrestar la acción de los agentes infecciosos y, por este motivo, se inflaman.
Ganglios inflamados: cuáles son sus síntomas
- Los ganglios se inflaman por diversos motivos: infecciones virales o bacterianas, o bien en caso de cortes, fisuras, arañazos, quemaduras, picaduras de insectos o inflamaciones de otro tipo.
- En el caso de las infecciones virales, la hinchazón de los ganglios linfáticos puede alcanzar los tres centímetros y retroceder 2-4 semanas después.
- En cambio, las infecciones provocadas por bacterias causan hinchazones de mayor tamaño y consistencia.
- Si la piel que cubre el ganglio linfático está enrojecida, significa que la inflamación no está bajo control y probablemente el ganglio contiene pus.
Causas de los ganglios inflamados en los niños
- Las linfoadenopatías, es decir, las alteraciones en el tamaño, el número y la consistencia de los ganglios linfáticos, tienen un origen infeccioso (bacteriano o vírico) en la mayoría de los casos, y se resuelven espontáneamente en 4-6 semanas.
- Afectan a casi todos los niños y, en el 80% de los casos, los ganglios inflamados están relacionados con infecciones que no revisten importancia (faringitis, amigdalitis, rinitis y conjuntivitis).
- Con menor frecuencia, están provocados por infecciones más importantes, como mononucleosis. En casos muy poco frecuentes, son síntoma de enfermedades graves, inmunitarias o neoplásicas.
- No hay que olvidar que el organismo del niño es muy rico en tejido linfático. Por lo tanto, es inevitable que los ganglios inflamados sean un fenómeno frecuente. Y es que los pequeños presentan respuestas inmunitarias más evidentes y tienden a enfermar más que los adultos, con repetidas infecciones bacterianas, sobre todo, entre el año y los cuatro años.
- Asimismo, los ganglios linfáticos inflamados pueden ser más o menos perceptibles al tacto en función de la delgadez del niño. Es menos frecuente en los bebés pequeñitos, pero es muy normal percibirlos engrosados en los más mayorcitos, de entre dos y 15 años, que han sufrido una infección. Es la prueba de que su sistema inmunitario reacciona. Los ganglios que más se inflaman en la edad pediátrica son los de la cabeza y el cuello.
- La hinchazón de los ganglios linfáticos de la ingle indica que la inflamación se encuentra en la parte inferior del abdomen o en las extremidades.
- La hinchazón de los ganglios linfáticos de las axilas es señal de que hay problemas en la parte superior del cuerpo: brazos y tórax.
- Si el ganglio linfático se manifiesta en el cuello, la inflamación implica probablemente a la nariz, garganta, las amígdalas o el mismo cuello. Es una situación muy común entre los niños de tres y cinco años, propensos a sufrir resfriados e infecciones de garganta.
Cómo tratar los ganglios inflamados
La inflamación de los ganglios no es una enfermedad en sí, sino el signo que indica la presencia de una infección o la reacción del organismo en el caso de una lesión. Por tanto, es importante informar al pediatra de la localización y el tamaño de los ganglios y, según el caso, realizar los tratamientos adecuados.
En la mayoría de los casos, sobre todo si también se produce fiebre o rinitis, los ganglios inflamados indican una infección vírica de las vías respiratorias altas. Esta infección se debe atajar con un tratamiento sintomático: antipiréticos, si la fiebre provoca malestar, y no antiinflamatorios, puesto que la inflamación es un instrumento óptimo de defensa en los niños. En algunos casos, será necesario recurrir a los antibióticos.
Fiebre persistente, aspecto séptico (es decir, un cuadro en el que el niño tiene un tono amarillento, no come, se queja y llora de forma inconsolable) y decaimiento de las condiciones generales pueden indicar una infección bacteriana grave. Cuando se sospecha de una linfoadenopatía aguda, se aconseja una vigilancia constante.
Cuándo dirigirse al pediatra
En líneas generales, la hinchazón de los ganglios linfáticos no es una enfermedad, sino la señal de que el organismo reacciona a la infección. Por tanto, los ganglios inflamados no necesitan tratamiento, pues volverán a su tamaño normal cuando la infección se haya superado, aunque para ello puedan ser necesarias semanas.
En algunos casos, sin embargo, los ganglios linfáticos inflamados pueden indicar una enfermedad y hay que contactar rápidamente con el pediatra si:
- El ganglio linfático es de consistencia muy dura.
- No se puede mover con los dedos.
- Duele.
- Es muy voluminoso: supera el tamaño de una aceituna.
- Sigue hinchado durante más de un mes.
- Va acompañado de erupciones de la piel.
- El niño tiene fiebre persistente.
- Acusa dolor en los huesos o en los músculos.
- Pierde peso.
.........
¿Has palpado alguna vez ganglios inflamados a tu hijo o tu hija? ¿Te han preocupado? ¡Déjanos tu comentario!