¿Estás buscando un corral infantil para el bebé? ¿Qué características debe tener el corral de juegos para el bebé? ¿Durante cuánto tiempo se pueden utilizar? ¡No dudes más y averígualo todo en este artículo!
El corral infantil para bebés consiste en un área cerrada donde el pequeño puede jugar libremente y con total seguridad, sin necesidad de que mamá y papá estén vigilándole de forma constante.
Aunque algunos están homologados desde el nacimiento, lo ideal es empezar a utilizarlos a partir de los seis-siete meses, cuando el bebé ha aprendido a estar sentado y empieza con la etapa del gateo. Al principio, puedes ponerle en ratitos cortos, con el fin de acostumbrarle a estar en el corral infantil y que tome confianza con este recinto de juegos, seguro y confortable.
Debes tener en cuenta que el espacio a disposición del pequeño debe ser lo bastante grande para que le permita libertad de movimientos. Recuerda también que no es conveniente que el bebé pase demasiado tiempo allí; utilízalo solo de forma esporádica.
El corral para bebés permite al pequeño jugar libremente y de forma segura, sin riesgo de que pueda hacerse daño.
A diferencia de la mecedora, por ejemplo, en la que el niño está sujeto con el arnés, el corral de juegos proporciona al pequeño total libertad de movimientos: puede jugar, explorar y gatear en un entorno seguro, e incluso agarrarse a los laterales en sus primeros intentos para ponerse de pie, lo que favorece su desarrollo psicomotor.
Al estar en un espacio cerrado, el papá o la mamá pueden dejarlo un ratito a solas si necesitan realizar alguna tarea en casa, con la tranquilidad de saber que su pequeño está seguro.
Algunos modelos de corrales permiten utilizarse también como cuna de viaje. Esta versatilidad de uso hace que el producto sea muy interesante para aquellos papás o mamás que quieran aprovechar al máximo sus diferentes posibilidades.
Asimismo, existen corrales infantiles cuya estructura se puede ampliar o reducir en función de las necesidades: su montaje por piezas permite adaptarlo al espacio disponible o al crecimiento del niño, que necesitará un área de juegos más grande para poder moverse a medida que crezca.
Aunque es cierto que algunos corrales para bebés ocupan bastante espacio en casa, la mayoría se pueden desmontar o plegar con facilidad, para poder guardarlos en cualquier rincón de casa o llevarlos de viaje o a casa de familiares y amigos.
Algunos modelos vienen equipados incluso con una bolsa de transporte para colocar dentro las diferentes piezas y llevarlo cómodamente a cualquier lugar.
¿Qué tipos de corrales para bebés existen?
En el mercado, podemos encontrar principalmente tres tipos de corrales infantiles para bebés:
Corral infantil plegable
Consta de una estructura metálica que puede plegarse, con base acolchada y laterales en malla, para que tanto el papá, la mamá o el bebé tengan contacto visual en todo momento.
Algunos modelos incluyen gatera con cierre de cremallera en uno de los laterales, para que el bebé, cuando ya sea más mayorcito, pueda entrar y salir de forma autónoma.
El corral infantil plegable suele ser rectangular o cuadrado, aunque también lo podemos encontrar en formato hexagonal u octogonal, que, en general, suele tener unas dimensiones más grandes.
Algunos modelos están pensados para instalarse a ras de suelo, mientras que otros incluyen patas que lo elevan unos centímetros y le otorgan estabilidad.
En general, se pueden plegar de forma fácil y compacta, para guardarlos o llevarlos de viaje.
Barrera o estructura modular
Consiste en una estructura, generalmente, de madera o plástico, que permite abrirse o cerrarse sobre sí misma. Algunos modelos permiten añadir más piezas a la estructura para hacerlos más grandes.
La mayoría no incluyen base, pero se puede añadir una manta de juegos o una alfombra acolchada para que el bebé esté más confortable y protegido mientras juega.
Asimismo, la mayoría incorpora elementos antideslizantes o ventosas que fijan la estructura al suelo e impiden que se mueva.
Cuna-corral infantil
Es como el corral infantil plegable, pero permite su uso también como cuna de viaje, por lo que puede utilizarse ya desde el nacimiento.
En algunos modelos, el colchón de cuna se puede instalar a dos niveles: una opción más elevada, para los primeros meses del bebé, y otra en la base de la cuna-parque, cuando el bebé ya es capaz de manterse sentado.
Este tipo de corral también puede incorporar ruedas con freno, que permiten poder desplazarlo por las diferentes estancias de la casa y fijarlo de forma segura, a pesar de los movimientos del bebé.
Qué comprobar antes de utilizar el corral para el bebé
Comprueba que el corral para el bebé cumple la norma mexicana de seguridad NOM-133/3-SCFI-1999 Norma Oficial Mexicana, Productos infantiles- Funcionamiento de corrales y encierros-Especificaciones y métodos de prueba.
El corral debe estar en perfecto estado y no debe haber piezas sueltas ni agujeros antes de su uso.
La estructura del corral infantil para el bebé debe ser resistente, rígida y estable, para evitar que se vuelque (puedes sacudirlo un poco para comprobarlo). Asimismo, el eje de la base no debe curvarse cuando se ejerce presión con la palma de la mano, para prevenir que se pliegue con el bebé dentro.
Tanto las barandillas como las bisagras se deben poder bloquear automáticamente cuando el corral se abre para su uso.
La red de protección debe tener agujeros de un tamaño inferior a 7 mm, para prevenir que los botones de la ropa o cualquier otra pieza pequeña puedan quedar atrapados o enganchados en ellos. Asegúrate de que la malla está en perfecto estado y no presenta partes rotas.
Si el corral es de barrera, comprueba que los espacios entre barrotes no superan los 6 cm.
Los elementos de la estructura que están en contacto con la red deben ser acolchados para evitar que el bebé pueda golpearse y hacerse daño.
Los corrales infantiles para bebés deben disponer de una base cubierta con una capa de relleno de espuma y forrada. Si no tienen base y se añade una colchoneta, esta debe encajar perfectamente en la parte inferior del corral.
Si el corral dispone de ruedas, éstas deben contar con frenos independientes para fijar el corral de forma segura.
Los revestimientos del corral deben poder lavarse para garantizar un entorno higiénico y seguro para el bebé.
Cómo utilizar el corral infantil para bebés
El corral debe ser un lugar seguro para que el niño juegue cómodamente. Para el pequeño debe ser un rincón que le dé confianza y que le resulte familiar, donde pueda encontrar sus juguetes favoritos. En este sentido, no es necesario que llenes el corral de juguetes; con dos o tres será suficiente.
Coloca el corral en un lugar seguro de la casa, alejado de cortinas, lámparas con cables, calefacción o muebles con esquinas.
Para evitar que el pequeño rechace el corral y que viva el momento de estar dentro como una separación de la figura de referencia, es importante que lo acostumbres a la situación de forma gradual y progresiva.
Procura colocar el corral cerca de donde tú estés, para que note tu presencia, y háblale con frecuencia, para que no se sienta abandonado.
No dejes al pequeño durante mucho tiempo en el corral: lo ideal es que no esté más de 30 minutos seguidos, y nunca de forma rutinaria, solo ocasional.
Si ves que, a pesar de los intentos, el niño no quiere estar, no insistas. Adapta las diferentes estancias de la casa para que sea un entorno seguro para tu hijo.
¿Has comprado un corral infantil para tu hijo? ¿Qué es lo que más valoras de este producto? ¿Lo recomendarías a otras mamás y papás? ¡Déjanos tu comentario!
