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¡Bebé de pie!: ¿cómo ayudarlo en sus primeros pasos?
Cuando el bebé logra ponerse de pie y dar sus primeros pasos, empieza una etapa que requiere de una buena dosis de paciencia. Te explicamos qué hacer y qué no cuando tu bebé empieza a dar sus primeros pasos.
Cuando, alrededor del año, el niño empieza a caminar, sus pasos inseguros indican un alejamiento de mamá y papá, que tiene una validez real, pero también simbólica. Son los primeros experimentos de conquista de una mayor independencia.
Te explicamos cómo acompañar los primeros intentos del niño para ponerse de pie y dar sus primeros pasos, mitigando su inseguridad y tu ansiedad, y cómo favorecer así su psicomotricidad.
Cómo debemos actuar cuando el niño se pone de pie
- En torno a los 8-10 meses empiezan los ensayos generales. El niño se pone de pie apoyándose en todo lo que encuentra en su camino: sillón, sillas, cama, etc. Una vez conquistada la posición erguida, empieza a desplazarse lateralmente, siempre apoyándose en algún sitio. De esta manera, adquiere cada vez más coordinación y equilibrio. Es el momento de dejarlo experimentar, animándolo y mostrando orgullo por sus progresos.
- Cuando el niño se pone de pie solo, a veces, tiene el problema de no ser capaz de volver a sentarse. Los menos independientes permanecen inmóviles y gritan para reclamar la atención de su mamá. Para hacer ganar autonomía al niño en este frente, se le puede enseñar cómo actuar solo, flexionando las rodillas para hacerle entender que, así, el “aterrizaje” es más suave.
- Cuando el niño sea capaz de moverse con más libertad, es preciso eliminar todos los peligros que estén a su alcance. Hay que crear un ambiente que lo estimule sin bajar la guardia con respecto a los posibles peligros. Por lo tanto, tendrás que observar tu casa con ojos vigilantes y críticos, imaginando, como lo haría un niño.
- Si bien es importante crear un espacio seguro para sus primeras exploraciones -por ejemplo, cubriendo las partes sobresalientes de los muebles con las protecciones adecuadas-, no lo es tanto evitar todos los obstáculos. Por el contrario, es bueno que el pequeño aprenda a afrontar y a superar sus primeras dificultades. Elogiarlo cuando consigue superar un obstáculo solo o sostenerlo sin dramatizar cuando pierde el equilibrio son formas de ayudarlo a forjar su autoestima.
Aprender a caminar no sólo constituye un acto motor, sino que representa una etapa de maduración psicológica que sirve para hacer al pequeño más independiente y seguro de sí mismo.
Juegos para potenciar el aprendizaje
¡Descubramos juntos algunos juegos que ayudarán a tu pequeño a ejercitar su motricidad gruesa y dar sus primeros pasos! ¡Incluso a correr y a saltar!
Sigue el camino de colores
Este juego es ideal para los niños que empiezan a dar sus primeros pasos y hasta que tienen más o menos tres años. Ayuda, sobre todo, a potenciar el sentido del equilibrio y de la velocidad. Para llevarlo a cabo, tan solo se necesita cinta adhesiva de colores y se puede practicar en casa.
- Forma un camino con la cinta adhesiva de colores, de manera que sea lineal en el tramo inicial y curvilíneo en la parte final. Por turnos, los pequeños deberán recorrerlo de diferentes formas: reptando con la barriga; de espaldas; caminando como si se tratara de una cuerda de equilibrista; sin mirarse los pies, etc. Hay que elegir la modalidad en función de la edad del niño.
- Mientras tanto, el adulto deberá cronometrar el tiempo que cada niño emplea en realizar el recorrido, porque ganará quien complete todas las modalidades en el menor tiempo posible.
Saco lleno, saco vacío
Los niños de unos 2-3 años se lo pasarán en grande con este juego. Se trata de una actividad que les ayuda a desarrollar sus habilidades psicomotrices y de asociación de forma cada vez más rápida. Como el juego anterior, también hay que adaptar su dificultad a la edad del pequeño. ¡Y se puede practicar en casa o al aire libre!
- Este juego consiste en que cuando se dice "saco vacío", los niños deben agacharse, mientras que, cuando se da la orden de "saco lleno", dan un salto hacia arriba y vuelven a ponerse en pie. La misma orden debe repetirse varias veces seguidas.
- Para complicar el juego, solo que hay que dar las instrucciones más deprisa.
¿Bailamos?
Este juego también se puede realizar en casa o al aire libre y ayuda a afinar la coordinación y a ejercitar la rapidez de reflejos. El único material necesario es un reproductor de música.
- El director del juego dibuja un círculo en el suelo con una tiza. La circunferencia deberá ser proporcional al número de participantes. A continuación, los niños se sitúan en círculo pisando el perímetro.
- Cuando el director del juego dice "dentro", los pequeños tienen que saltar dentro del círculo. Si dice "fuera", deben salir rápidamente de la circunferencia. Pero si se repite la misma orden dos veces seguidas, el niño debe dar un salto sin moverse del sitio.
- Quien se equivoque será eliminado. El ganador es el que permanece en el juego hasta el final. Para los niños más mayorcitos y entrenados, se puede complicar la actividad proponiéndoles hacer exactamente lo contrario de lo que se les ordena.