Desarrollo psicomotor de 0 a 3 años

9 Aug 2024
Desarrollo psicomotor de 0 a 3 años

El desarrollo psicomotor de los 0 a los 3 años es una etapa fundamental. Los padres quedan fascinados por los progresos, las sonrisas, los primeros pasos y las primeras tímidas palabras de sus hijos. ¡Toma nota de todo lo que ocurre en esta etapa y cómo estimular a los niños.

viviana castroViviana Castro
Fonoaudióloga Esp. Neurodesarrollo e Integración Sensorial.
Supervisión científica.

Hoy en día, para los científicos, el nacimiento y el desarrollo de la mente humana ya no supone ningún misterio. Ahora, se sabe que el cerebro empieza a desarrollarse en los primeros días de la vida embrionaria y que su maduración termina alrededor de los 18 años, cuando ya se ha formado por completo el área cerebral destinada a la reflexión, la ponderación y la previsión.

La prolongada infancia de la raza humana ofrece al hombre ventajas muy superiores a las de cualquier otra especie animal. Le permite, entre otras cosas, basar gran parte de su comportamiento en la experiencia, en lugar de en los instintos.

En la lenta construcción del cerebro humano, resultan fundamentales los estímulos recibidos durante la infancia, ya que las estructuras cerebrales se organizan de acuerdo con lo que registran del exterior, a través de un complicado proceso de selección que conserva lo que es funcional y elimina lo que no lo es.

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He aquí las principales etapas del desarrollo psicomotor del bebé y del niño entre los 0 y los 3 años.

Desarrollo psicomotor de los 0 a los 12 meses

El cerebro de un recién nacido contiene 100,000 millones de neuronas. Las células cerebrales crean entre sí una red de conexiones, a través de la formación de unas delgadas ramificaciones, las dendritas, y de unas largas fibras nerviosas, los axones, mediante los cuales las neuronas transmiten y reciben los impulsos nerviosos.

En los primeros años de vida, se forma un número de conexiones muy superior al necesario. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta excesiva producción disminuirá.

A pesar de contar con casi todas las neuronas, la masa cerebral de un recién nacido sólo constituye una cuarta parte de la que alcanzará en la edad adulta.

Hasta los tres años, el crecimiento del cerebro es notable, y está determinado por el desarrollo de los axones y de las dendritas, así como por la extensión de sus conexiones. A medida que este proceso avanza, aumentan los progresos alcanzados en el plano motor y cognitivo.

Las primeras fibras nerviosas que llegan a la madurez son las motoras, que se completan durante los 24 primeros meses de vida. Este proceso tiene lugar de manera próximo-distal, es decir, desde la cabeza hacia las extremidades.

  • Esto permite al recién nacido, en primer lugar, desarrollar las actividades relacionadas con los músculos de la cabeza (succionar, llorar y girar la cabeza, desde el nacimiento hasta los dos meses) y, a continuación, mover de una manera coordinada los músculos de los brazos y de las manos, con lo que el bebé podrá tocar, asir y pasarse un objeto de una mano a la otra (aproximadamente, a los tres meses).
  • Posteriormente, se perfeccionan los movimientos del tronco, y el pequeño aprende a permanecer sentado (de los cuatro a los seis meses).
  • Finalmente, se perfeccionan los movimientos de las piernas, lo cual le permite al niño ponerse de pie apoyándose en alguna cosa, gatear y andar (aproximadamente, de los ocho a los 12 meses).

Cómo estimular el desarrollo psicomotor de los 0 a los 12 meses

  • Es muy importante encontrar un espacio seguro para las primeras exploraciones del niño. Sin embargo, no deben eliminarse todos los obstáculos, pues es conveniente que el pequeño aprenda a enfrentarse a las dificultades y a superarlas, alentado por sus padres.
  • Para ayudarlo a desarrollar su propia autonomía, se debe alabar al pequeño cuando consigue valerse por sí mismo y sostenerlo cuando da un tropezón.
  • Aprender a caminar no constituye tan sólo un hecho motor, sino que es una etapa de maduración psicológica que le sirve para lograr una mayor autonomía y seguridad en sí mismo.

Desarrollo psicomotor de los 12 meses a los dos años

Cuando el niño cumple, aproximadamente, su primer año, empiezan a funcionar sus primeras redes de conexión lingüísticas. Las fibras nerviosas de la corteza frontal y parietal completan su mielinización y el niño empieza a pronunciar algunas palabras.

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  • Para que esto ocurra, es necesario que también lleguen a su madurez los centros de la memoria auditiva, visual y somestésica, es decir, la relativa a las sensaciones transmitidas por el cuerpo.
  • La fase de manipulación de los objetos ayuda al pequeño a clasificar la realidad en conceptos abstractos. Un ejemplo: antes de aprender a decir “pelota”, el niño toca este objeto, siente su consistencia y lo hace rodar, es decir, aprende su significado a través de los sentidos.
  • Por tanto, el aprendizaje de la lengua materna se produce de manera distinta que el de una lengua extranjera en la edad adulta. Desde el año y medio hasta los seis años, los niños “aprenden” un promedio de nueve palabras al día.
  • Alrededor de los 21-24 meses, las redes de conexión lingüística alcanzan un extraordinario desarrollo. En este momento, el niño empieza a emplear las palabras con mayor precisión, utilizándolas en formas sintácticas cada vez más complejas.

Qué cosas se pueden enseñar a un niño de 2 años

  • Es muy importante hablar continuamente con el niño y explicarle, incluso, las acciones más sencillas.
  • Para que el aprendizaje del lenguaje resulte más eficaz, se deben aprovechar las ocasiones en las que el pequeño da muestras de estar más receptivo.
  • El momento ideal es cuando señala algo con el dedo o lleva a sus padres cerca del objeto que le interesa.

Desarrollo psicomotor de los 2 a los 3 años

El desarrollo del lenguaje se amplía entre el segundo y el tercer año de edad, gracias a la maduración de las áreas auditivas y motoras, que permiten al pequeño articular las palabras. En este momento, el niño ya está en condiciones de modular la lengua hablada a través de tonos y gradaciones de volumen.

  • Su vocabulario ya es bastante comprensible. Pero la capacidad de lectura no se manifiesta hasta los cuatro años.
  • En este momento, las habilidades motoras se perfeccionan.
  • Además, entra en funcionamiento un mecanismo fundamental: la memoria. A esta edad, los niños tienen una gran capacidad para almacenar datos, pero todavía les resulta difícil relacionarlos.
  • En esta fase, la inteligencia se caracteriza por un pensamiento de tipo mágico, en el que cualquier relación es posible y en el que la imaginación es muy importante.
  • A partir de este momento, el cerebro empieza a elaborar el “esquema motor”, es decir, la percepción que el niño tiene de sí mismo y de las diversas partes de su cuerpo en relación con el espacio.

Cómo estimular el desarrollo psicomotor de los 2 a los 3 años

Durante esta fase, a los niños les gusta preguntar “dónde”, “qué” y “quién” continuamente, así como escuchar una y otra vez sus cuentos preferidos.

  • Es muy importante fomentar las inclinaciones del niño, para ayudarlo a desarrollar sus capacidades lógicodeductivas, y tranquilizarlo mediante la repetición de las narraciones y la atención de sus padres.

La importancia de los estímulos para el desarrollo psicomotor del niño

Para que la red de circuitos nerviosos se desarrolle correctamente, es indispensable que el cerebro del niño sea estimulado por el ambiente. Numerosos estudios han puesto de manifiesto que los niños que, durante su primer año de vida, reciben pocos estímulos verbales, visuales y táctiles tienen un desarrollo más lento de lo normal.

A través de investigaciones centradas en el sistema visual de los animales, se ha comprobado que, si determinados mecanismos no se activan durante el primer período de la vida, es muy poco probable que después consigan funcionar.

Así, por ejemplo, si durante un cierto período se impide que un ojo recibe estímulos visuales, el desarrollo de sus fibras nerviosas sufrirá un retraso respecto al del ojo que ha seguido funcionando. Este mecanismo puede extenderse a todo el cerebro, pues el funcionamiento es más o menos idéntico en todas las áreas de la corteza cerebral.

Volviendo al desarrollo de la visión, un niño de una semana tiene una capacidad visual 30 veces inferior a la de un adulto. Con la maduración de las células cerebrales a nivel de la corteza visual, el niño mejorará su percepción del mundo: se instaura la visión binocular (ambos ojos trabajan juntos) y, a los seis meses, el niño ya ve como un adulto algo miope.

Elena RuizElena Ruiz
Periodista especializada en parenting, infancia y crianza