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Percentiles del bebé: ¿qué son y para qué sirven?
En la revisión con el pediatra, escucharás con frecuencia este término. Y es que se trata de un valor importante que permite saber si tu hijo está creciendo de forma correcta. Te explicamos qué son los percentiles, cómo interpretar sus resultados y qué señales pueden indicar la presencia de un problema.
Durante el transcurso del embarazo, las madres y los padres se irán empapando de mucha información y nuevos conceptos. Al realizar las ecografías, irán escuchando los términos “percentiles” y “curvas de crecimiento”: que si el bebé está creciendo por el percentil 10 de peso, que si se encuentra en el percentil 50 de longitud, etc.
A partir del momento del nacimiento, este término los acompañará durante todo el desarrollo y el crecimiento de su hijo. También escucharán, posteriormente, a padres y madres hablar sobre estos conceptos: unos, muy contentos y orgullosos, afirmando que sus hijos crecen por el percentil 90, y otros, preocupados, porque los suyos están en el percentil 3.
¿Pero, exactamente, qué significan los percentiles? ¿De qué se trata? ¿Les tendría que preocupar que su hijo crezca con un percentil bajo, por ejemplo, el percentil 3 o 10? De entrada, parece un término un poco complicado, ¿verdad? Vamos a explicarlo de una manera sencilla para que todas las madres y los padres lo puedan entender.
¿Qué significa el término percentil?
Los percentiles son una medida que se utiliza en estadística y que indica la posición de un determinado valor respecto a un grupo. En nuestro caso concreto, la posición que ocuparía el peso y la talla de los hijos en relación a valores de referencia de un grupo de niños de su misma edad, sexo y etnia.
Estos valores se representan en tablas o curvas de crecimiento que utilizan los pediatras y los endocrinólogos pediátricos. Es decir, son valores que nos sirven para identificar si existe un crecimiento adecuado de nuestros hijos, comparándolo con lo que se ha determinado como “normal”.
Existen muchas tablas y curvas diferentes. Habitualmente, utilizamos las tablas de los Estudios Longitudinales Españoles de Crecimiento (Millennial’s Growth), las tablas realizadas por la Fundación Orbegozo, las de la OMS, etc., y que se eligen en función de lo habituados que estén nuestro pediatra o enfermera a cada una de ellas.
Estas tablas, aparte de valorar el peso y la talla del niño, también pueden valorar el perímetro cefálico y el IMC (Índice de Masa Corporal). Existen gráficas exclusivas para lactantes (desde el nacimiento hasta los tres años, habitualmente) y para niños mayores, hasta los 18 años, diferenciadas por sexo femenino o masculino.
Las tablas o curvas dividen los valores en cifras: 3, 10, 25, 50, 75, 90 y 97. Nuestro pediatra o enfermera realizará las respectivas mediciones del bebé o del niño durante la revisión habitual. A continuación, colocará dicho dato, ya sea de peso, talla o perímetro cefálico, en su gráfica correspondiente, ubicándolo en el eje vertical, en el punto de intersección con el eje horizontal correspondiente a la edad, y determinará en qué percentil se encuentra.
¿Cómo interpretar los percentiles? Ejemplos prácticos
- Imaginen que llega a la consulta de pediatría Tomás, un niño de dos años que mide 86 cm. Lo ubicamos en la gráfica de talla (Fig. 1). Vemos que está creciendo por el percentil 50. Esto quiere decir que, si lo comparamos con otros 100 niños de su edad, 50 de ellos serán más altos que Tomás y 50 más bajos que él.
- Otro ejemplo. Esta vez se trata de Elia, de cuatro años, que pesa 18 kg. Nuevamente, la pondremos en la gráfica correspondiente al peso (Fig. 2). Esta medición determinaría que Elia está en el percentil 75 de peso, lo cual significa que un 25% de las niñas de su edad pesarán más que ella y un 75%, menos.
Fig. 1 Fig. 2
¿Cómo saber si el bebé crece bien según los percentiles?
Entonces, ¿cuál es el percentil normal? ¿Es mejor que mi hijo esté siempre en el percentil 90? ¿Nos debemos preocupar si está en el percentil 3? La respuesta es NO.
Los percentiles son, simplemente, referencias que nos orientan para saber si, en el transcurso del crecimiento y el desarrollo de nuestros hijos, aparece algún problema. Es decir, es más importante ver que se mantengan alrededor de un percentil de forma constante que en qué percentil se encuentran en una determinación puntual.
Para valorar si un niño crece y está sano, no hay un percentil que sea considerado como el “normal”, ni uno al que tengamos que querer aspirar, dado que la talla viene determinada, entre otros factores, por la genética, sobre la que no se puede influir.
Tanto el niño o la niña que está en el percentil 90 como el que está en el percentil 3 pueden ser totalmente sanos. Es más importante ver la progresión de los percentiles representados en la curva a lo largo del tiempo.
¿En qué casos deberíamos preocuparnos?
Pongamos dos ejemplos para entender cuándo nos debería preocupar el resultado del percentil de nuestro hijo.
- Abril es una niña de nueve meses que ha crecido toda su vida alrededor del percentil 50, pero, en las últimas dos revisiones, ha pasado a un percentil 25 y 10, respectivamente. Al interrogar a los padres, descubrimos que ha tenido con gastroenteritis, bronquitis y muchas infecciones de repetición en el contexto de inicio de la guardería. En este caso, no nos preocuparía si, posteriormente, vemos que la niña recupera el percentil.
- Ahora ponemos el caso de Valentina, de 24 meses, que crecía siempre por el percentil 90 de talla y peso, y que, progresivamente, ha ido disminuyendo hasta colocarse en el percentil 25 de peso. Además, los padres refieren episodios de dolor abdominal intermitente, diarrea de varios meses y distensión abdominal. En este caso, sí preocuparía si, transcurridos algunos meses, la niña no recuperara el carril, dado que se tendría que plantear el diagnóstico de posibles enfermedades, como la celiaquía.
¿Qué se entiende por talla diana o genética?
Existe un término que, a veces, se menciona en la consulta. Se trata de la “talla diana o genética”. Dicho término hace referencia a una fórmula que se realiza sumando la talla del padre con la talla de la madre, y dividiendo el resultado entre dos. Si se trata de un niño, se le suma 6.5, y si es una niña, se le resta 6.5.
El resultado obtenido es la talla a la que, teóricamente, por potencial genético, llegarían nuestros hijos. Aun así, se trata solo de una aproximación, dado que, si las tallas de los padres son muy dispares, siempre puede ser que el niño o la niña tienda más a parecerse a uno de ellos y no ir hacia el promedio.
¿Cuándo derivar al niño al especialista?
Si el pediatra detecta que nuestro hijo crece por debajo del percentil 3, que su velocidad de crecimiento se ve disminuida de forma mantenida o que la talla actual es muy inferior a la talla diana esperada, valorará derivarlo al especialista, en este caso, al endocrinólogo pediátrico.
Este realizará una serie de estudios para descartar causas que puedan llevar a una talla baja, como puede ser un déficit de hormona de crecimiento o alteración de las hormonas tiroideas, entre otras patologías hormonales.
Karla María Narváez Barros y Sandra Ortigosa Gómez
Endocrinólogas pediátricas
Hospital del Mar (Barcelona)
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¿En qué percentil se encuentra tu hijo o tu hija? ¿Está por encima o por debajo de la media en cuanto a peso y altura? ¿Estás preocupado por su crecimiento? ¡Déjanos tu comentario!