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Cómo se prepara el pecho para la lactancia
¿Hay que tomar alguna medida en el embarazo para dar correctamente el pecho al bebé cuando nazca? ¿Los pechos necesitan algún tipo de cuidado específico? Te explicamos cómo preparar los pechos para la lactancia materna.
Desde las primeras semanas del embarazo, el pecho se modifica; por ejemplo cambia de color, y se adapta para las tomas. Pero ¿qué ocurre si el pezón es plano o invertido? ¿Debes seguir una higiene específica de la zona de los pechos al estar embarazada? ¿Qué trastornos del pecho puedes padecer? ¿Debes hacer algo más para preparar tus pechos para la lactancia?
Lo primero que debes tener en cuenta es que los pechos empiezan a prepararse durante el embarazo para poder amamantar al bebé una vez nazca. A las 14 semanas de gestación, se empieza a formar el calostro en los alvéolos mamarios. De hecho, la función fisiológica de los pechos es prepararse para la lactancia. Por ese motivo, ya al inicio del embarazo, aumentan su volumen, las glándulas mamarias se multiplican y los vasos sanguíneos se dilatan. Así, cuando el bebé nace, al succionar el pecho, se encontrará el calostro, que satisface las exigencias nutritivas de los primeros días de vida y le proporciona una valiosa reserva de anticuerpos.
Qué ocurre si el pezón es plano o invertido
Algunas mujeres tienen los pezones planos o invertidos, dos circunstancias que pueden dificultar la lactancia materna. En estos casos, conviene que tengas presente que el bebé toma pecho, y no pezón, por lo que, si se prende correctamente (abarcando una buena parte de la areola), puede succionar sin problemas.
Es aconsejable esperar al nacimiento del bebé y, si al pequeño le cuesta trabajo prenderse al pecho, es conveniente masajear la areola con los dedos, intentando que el pezón salga. Para favorecer la extracción del pezón, también se puede recurrir a la presión negativa (el vacío) utilizando un sacaleches o una "jeringa invertida".
(Te interesa: Cuándo y cómo utilizar el sacaleches)
Cómo cuidar los pechos durante el embarazo
Es útil informarse sobre la fisiología de la lactancia y la gestión de las tomas asistiendo a un curso de preparación al parto, leyendo manuales y participando en las reuniones que organiza la Liga de la Leche y otras asociaciones de autoayuda formadas por madres.
En relación con los cuidados en casa, debes tener en cuenta que el uso de productos de higiene y jabones puede resecar la piel del pezón y privarla de las defensas naturales producidas por los tubérculos de Montgomery. Así pues, por lo que respecta al cuidado del pecho, es suficiente con la higiene diaria normal durante el baño o la ducha. No obstante, es bueno masajear el pecho con aceite de almendras, que también está indicado para el resto del cuerpo, para hidratarlo y evitar la aparición de estrías.
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