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Mastitis: causas, síntomas y tratamiento
13 Dec 2023
La mastitis es uno de los problemas más comunes que aparecen en el pecho de la mamá durante la lactancia. Es importante prevenirla, prestando especial atención a la higiene y a las grietas en los pezones. Todo sobre la mastitis, en este artículo.
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Con la colaboración de Adrián Miyares Olavarría
Servicio Madrileño de Salud
La mastitis es una inflamación de las mamas, cuyo origen puede deberse a diferentes causas, de las que hablaremos más en profundidad seguidamente. De la mano del especialista, sepamos de qué estamos hablando cuando nos enfrentamos a una mastitis puerperal.
Qué es la mastitis y por qué se produce: las causas
- La mastitis puede estar debida a una infección causada, generalmente, por la penetración de microbios en el interior de la glándula mamaria, a través de grietas o de cortes en los pezones.
- Asimismo, la mastitis puede estar provocada por el estancamiento de leche en el interior del seno, debido, por ejemplo, al hecho de saltarse una o más tomas, o bien por un vaciado insuficiente de la mama, causado por un desequilibrio entre la producción y la extracción.
- La mastitis también puede estar provocada por la costumbre de llevar sujetadores ajustados o por sostener el pezón a modo de "pinza" durante la toma.
- En algunos casos, se debe a un descenso temporal de las defensas inmunitarias de la mamá.
Qué consejo nos da el matrón del Servicio Madrileño de Salud, Adrián Miyares, sobre la mastitis:
"La mastitis puerperal es la principal causa de destete precoz evitable. Se presenta mayoritariamente de forma unilateral y comienza como un dolor intenso y localizado habitualmente en un segmento específico de la glándula mamaria, donde se está produciendo la obstrucción.
Estos primeros síntomas deberían ser suficientes para consultar al personal sanitario, con el fin de evitar que el cuadro avance y llegue a producir, por ejemplo, una mastitis infecciosa".
Síntomas de la mastitis
- La mastitis puede manifestarse alrededor del tercer o el quinto día de lactancia, o bien entre la segunda y la cuarta semana.
- El principal síntoma de la mastitis es el endurecimiento de la mama, que también recibe el nombre de "leche empedrada". El pecho que sufre de mastitis aumenta de tamaño, está duro al tacto, tenso y duele mucho. Asimismo, la zona de la piel del pecho aparece enrojecida y brillante.
- La mujer sufre fiebre elevada precedida de temblores y escalofríos. La fiebre suele llegar hasta los 38 C. Asimismo, la mujer siente un gran cansancio.
- Por lo general, la mastitis suele afectar a uno de los pechos y es raro que tenga lugar en los dos al mismo tiempo.
- El inicio del cuadro suele ser leve y, con el tiempo, se va agravando. Primero, suele tener el endurecimiento de una zona del seno, lo que indica que es ahí donde la leche está estancada. Luego, aparece el dolor y el enrojecimiento local. Es en este momento cuando se debe vaciar el pecho para evitar que el pecho siga inflamándose. Si la leche sigue estancada, la zona se puede infectar y es cuando aparece la fiebre alta, el cansancio y los escalofríos.
- Si la mastitis no se trata de forma adecuada, incluso, se pueden formar abscesos, que pueden hacer necesaria la hospitalización. Por ello, es muy importante acudir inmediatamente al especialista cuando aparecen ya los primeros síntomas.
Imagen de una mastitis en curso
Remedios y tratamientos para la mastitis
Es importante tratar a tiempo esta inflamación, ya que de otro modo podría llevar a la formación de pus.
- Si la mastitis se trata en las fases iniciales, puede bastar con aplicar una bolsa de hielo sobre la zona y suspender la lactancia durante algunas tomas, vaciando los pechos con un sacaleches a la hora que coincidiría con la toma.
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- En cambio, si la piel está enrojecida y brillante, debe evitarse la formación de un posible absceso mediante un tratamiento antibiótico de 3 o 4 días, que, por supuesto, será el médico quien determine para que sea compatible con la lactancia. Al mismo tiempo, la aplicación de compresas calientes y húmedas proporcionarán un gran alivio.
- Es fundamental que la mamá descanse. Si el niño es muy pequeño, podrá estar en la cama con ella, para que la mamá no tenga que levantarse para darle el pecho y cuidar del él.
- En cualquier caso, la mamá debe procurar que no se produzcan obstrucciones de leche. Para ello, debe dar el pecho al pequeño siempre que se lo pida. Asimismo, es importante llevar una talla de sujetador adecuada, pues, en algunas ocasiones, un sujetador demasiado apretado es el causante de este trastorno. También hay que prestar atención a ofrecer los dos pechos al pequeño y no uno más que otro.
- Si la obstrucción tiene lugar porque el niño ya no toma tanta leche por la noche y la leche que no se usa se atasca, la mamá debe procurar drenar los pechos manualmente o con un sacaleches.
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- Si la mamá no lo consigue, también puede probar el método de la botella. Se usa una botella de cuello ancho de 700 ml, se vacía, se lava y se tiene en agua hirviendo durante unos minutos. Después se vacía totalmente, procurando no quemarse, y se apoya la apertura al pecho (en un lado y después en el otro). En pocos minutos, gracias al calor, la leche debería empezar a salir de forma espontánea, aliviando la tensión mamaria.
Otros consejos útiles en caso de mastitis
- Haz reposo hasta que la infección remita.
- Asegúrate de que el pequeño succiona del modo correcto.
- Da el pecho al niño cambiando de posición a menudo.
- Antes de la toma, apriétate un poco la areola, para ablandarla y permitir la succión del niño.
- Empieza la toma por el pecho inflamado.
- Después de cada toma, extráete la leche del pecho enfermo manualmente, con sumo cuidado, con el fin de favorecer la reabsorción de la tumefacción.
- Una compresa caliente antes de la toma ayuda a la puesta en marcha de la emisión de leche: debes aplicarte un paño caliente mojado sobre la areola durante 10-15 minutos.
- Toma el antibiótico prescrito por el médico.
- No abandones la lactancia.
Los consejos del matrón Adrián Miyares sobre cómo actuar si sufres mastitis
"La medida que más favorece una recuperación eficaz de la mama, así como una vuelta más rápida al disfrute de la lactancia por parte de la madre y el bebé, es la continuación de la lactancia materna. Esta es la mejor forma de vaciamiento mamario que tenemos a nuestro alcance.
- Posteriormente, y una vez el bebé se ha desenganchado, podemos intentar vaciar un poco más el pecho procediendo al vaciamiento manual de la mama afectada.
- Para favorecer este procedimiento, puede ser muy útil el empleo de calor local antes de la toma (ducha caliente), ya que facilita la dilatación de los conductos galactóforos y la posterior salida de la leche.
- También es bueno aplicar frío local entre tomas, generando, con ello, un efecto antiinflamatorio que aliviará las molestias ocasionadas por la mastitis".
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¿Has sufrido mastitis alguna vez? ¿Has iniciado la lactancia materna y temes que puedas hacer una mastitis puerperal? ¡Déjanos tu comentario!
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