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Dieta blanda para niños: en qué consiste
Cuando tu hijo enferma o acaba de pasar unos días malito, quizás con vómitos o diarrea, ¿necesita seguir una dieta blanda para niños durante algunos días? Por ejemplo, ¿necesitas confeccionar una dieta para la gastroenteritis y no sabes qué prepararle? Descubre todas las claves de la dieta blanda de la mano de la especialista.
Con la colaboración de la Dra. Ana Rodríguez Paz
Médico General en Grupo Virtus
Es época de gripa, resfriados, gastroenteritis y otros trastornos intestinales... Las enfermedades propias del invierno acostumbran a afectar a los niños, que se contagian rápidamente en la escuela e, incluso, expanden el virus en el hogar.
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Es importante vigilar la alimentación del niño durante la convalecencia y en los días posteriores a la enfermedad, y dar preferencia a los tentempiés ligeros, que se digieran fácilmente. No olvides que resulta fundamental darle de beber muy a menudo, a pequeños sorbos, para evitar la deshidratación. Y, sobre todo, evita la leche de vaca hasta que el niño esté completamente recuperado.
La Doctora Ana Rodríguez Paz, Médico General en el Grupo Virtus, nos ayuda a conocer mejor qué entendemos por dieta blanda, en qué casos es precisa y si es estrictamente necesaria para recuperarse de una enfermedad como la gastroenteritis.
¿Es necesario que el niño siga una dieta blanda en caso de gastroenteritis o para recuperarse de la enfermedad?
La Dra. Ana Rodríguez Paz afirma que, "tradicionalmente, se ha aconsejado en caso de gastroenteritis seguir "dietas blandas estrictas”, y aún se sigue haciendo. Pero, ¿es necesario realizar una dieta?".
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Lo cierto es que, en caso de sufrir gastroenteritis, desde los primeros días, el niño o el adulto, difícilmente tiene apetito, presenta malestar general, y además, elimina prácticamente todo lo que se ingiere a través de la diarrea y/o vómito, siendo lo verdaderamente importante mantenerse hidratado, dando de beber muy a menudo, a pequeños sorbos, y estimular la ingesta de alimentos al niño con aquellos que tengan para él un sabor agradable, pero evitando aquellos que puedan empeorar el cuadro clínico".
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Se debe iniciar la hidratación con soluciones de rehidratación oral (suero) tan pronto como sea posible, recomendándose la administración de forma fraccionada y en pequeñas cantidades. No se deben administrar como suero los refrescos comerciales, bebidas para deportistas o preparados caseros, porque suelen tener bajo contenido en sodio, alto contenido en glucosa.
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Respecto a la alimentación, la recomendación actual es, en los niños con gastroenteritis que no presentan deshidratación, se debe continuar su alimentación de forma normal de acuerdo con su edad. Se establece que los alimentos se deben proporcionar repartidos en varias comidas frecuentes y raciones pequeñas, y deben ser alimentos nutritivos, de fácil digestión y absorción, y sobre todo sin efectos nocivos para el curso de la enfermedad. Esto ayuda a mantener el bienestar del niño al poder comer libremente, sin ser sometido a dietas restrictivas, hipocalóricas y poco apetecibles.
¿La dieta blanda se puede administrar a los lactantes? ¿Y los niños más mayorcitos?
La Dra. Ana Rodríguez nos aclara:
- "En niños mayores, con una alimentación variada, se debe hacer una dieta normal, evitando alimentos con alto contenido en azúcares refinados o alimentos muy grasos (que pueden empeorar la diarrea).
- Ofrecer alimentos habituales en la alimentación del niño, pero de consistencia más líquida y poco condimentados. Son mejor tolerados alimento como carbohidratos complejos (trigo, arroz, papa, cereales no integrales), carnes magras (pechuga-muslos sin piel, de pollo, pechuga-muslos sin piel, de pavo, conejo, lomo-solomillo de ternera, lomo-solomillo de cerdo), pescado blanco como la merluza, yogurt natural, frutas (manzana, pera, plátano) y vegetales (zanahoria, calabaza).
- En los lactantes alimentados con lactancia materna, se debe continuar con ésta de manera normal, ya que varios estudios han demostrado que la lactancia disminuye la intensidad y la duración de la GEA.
- En niños lactados con fórmula, no se deben hacer cambios en su fórmula normal, ni dar biberones con la fórmula más diluida, a menos que sea por indicación médica.
- Con la evolución y mejoría del cuadro clínico de la gastroenteritis, el organismo ira determinando progresivamente el aumento en la ingesta de alimentos, siendo el aumento de apetito y tolerancia de alimento del niño quien oriente al respecto".