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El semen es un líquido viscoso y blanquecino que empieza a producirse en los hombres durante la adolescencia, entre los 10 y los 15 años. Está compuesto por un conjunto de secreciones producidas por diferentes glándulas del aparato genital masculino que se juntan en el momento de la eyaculación, momento en que el semen es expulsado a través de la uretra.
Si se analiza el líquido eyaculado se puede diferenciar una fase líquida, conocida como plasma seminal, y una fase celular, compuesta mayoritariamente por los espermatozoides y otras células que quedan suspendidas en el plasma seminal.
El semen se produce en los testículos. Existe un conducto, llamado epidídimo, que conecta los testículos con los vasos deferentes por los que circula el semen, y este conducto es el encargado de recibir los espermatozoides inmaduros de los testículos, almacenándolos durante varios días.
Cuando tiene lugar la eyaculación, el semen es expulsado desde una extremidad del epidídimo hacia el conducto deferente. A continuación, el semen se desplaza a través del conducto deferente hacia el cordón espermático, que está situado en la cavidad pélvica más allá del uréter y detrás de la vejiga. Allí, en el vaso deferente se une con la vesícula para formar el conducto eyaculatorio, el cual atraviesa la próstata y se vacía en la uretra.
Al producirse la eyaculación, los movimientos rítmicos musculares impulsan el esperma hacia adelante. Y así, el semen sale por el pene. Si bien esto es lo normal, puede darse el caso de que el semen eyaculado vaya hacia atrás de la vejiga, lo que se conoce como eyaculación retrógada o eyaculación seca.
La principal función del semen es la de facilitar la llegada de los espermatozoides hasta el óvulo con el fin de fecundarlo para que se produzca el embarazo. Mientras que entre un 1% y un 2% del semen corresponde a los espermatozoides y otras células provinentes de los testículos, el resto de volumen esta compuesto por: secreciones de la próstata, las vesículas seminales, las glándulas de Cowper, las glándulas de Littre, el epidídimo, y otros, creando la parte líquida del semen, el plasma seminal.
Es importante saber que cada una de las glándulas que intervienen en la composición del plasma seminal del semen segrega un líquido que tiene una determinada función: lubrificar, nutrir a los espermatozoides, proteger a los espermatozoides, regular el pH, etc. Veamos las principales características del semen:
Ya desde las primeras eyaculaciones el semen es capaz de fecundar, pero según advierten los expertos, durante la adolescencia temprana el volumen eyaculado suele ser escaso y con una baja presencia de espermatozoides, de escasa calidad, por lo que la fecundación suele ser más difícil durante este período, si bien es posible.
Para saber si la capacidad de fecundación del semen de uno es buena se debe recurrir a un análisis del semen. Será a través de este análisis que se verá si el semen presenta una cantidad normal de espermatozoides y si tienen buena movilidad y morfología.
Mediante el análisis del semen, el médico puede llegar a determinar si los testículos fabrican correctamente los espermatozoides o si presentan algún problema. Sin embargo, los expertos advierten que el análisis de semen no es una prueba que permita diagnosticar si un hombre es fértil o estéril. El análisis en cuestión sirve solamente para orientar sobre la cantidad y calidad del plasma seminal y de la secreción de los espermatozoides.
El análisis de semen se lleva a cabo en un laboratorio de andrología, donde se realiza un análisis macroscópico y un examen microscópico de la muestra:
Todos los datos obtenidos del análisis de semen se comparan con los datos de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los resultados del análisis del semen se consideran normales cuando todos los valores están dentro del rango que presentaron el 95% de los individuos fértiles analizados por la OMS. Es importante recordar que este análisis no sirve para valorar la fertilidad o esterilidad, pues la infertilidad es un concepto mucho más complejo, en el que intervienen muchos factores.
Es posible que un hombre obtenga unos resultados normales en su análisis de semen y que, sin embargo, tenga problemas a nivel reproductivo, como presentar un porcentaje alto de espermatozoides con roturas en su cadena del ADN, o tener un problema derivado de un factor inmunológico o de una alteración de origen genético.
Si los resultados obtenidos del análisis de semen es anormal no quiere decir que haya una alteración de relevancia. El resultado anormal lo que indica al médico es que debe estudiar el caso con más detalle con el objetivo de averiguar qué ocurre.
A veces puede suceder que se detecta una ausencia de espermatozoides, lo que puede ser debido a una falta de producción por parte del testículo o a una obstrucción que imposibilita su salida. Tanto en un caso como en el otro es preciso conocer la causa para valorar el tratamiento más adecuado a seguir.
Existen varios problemas relacionados con la calidad seminal. De hecho, la baja calidad del esperma es una de las causas más comunes de infertilidad masculina. Además, existen varias alteraciones espermáticas que pueden llevar a problemas de fertilidad en el hombre, aunque las más destacadas afectan a la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides en el eyaculado. Veámoslo con más detalle.
Durante el camino que han de recorrer los espermatozoides hasta llegar a las trompas de Falopio, donde se encuentra el óvulo, se topan con numerosos obstáculos que no todos los espermatozoides son capaces de superar. Así pues, resulta importante contar con una buena cantidad de espermatozoides en el eyaculado para asegurarse de que así al menos uno de ellos es capaz de llegar al ovocito, produciendo la fecundación.
Las tres complicaciones básicas relacionadas con la cantidad de espermatozoides son:
Para que el espermatozoide llegue al óvulo, ha de moverse por el tracto reproductor femenino de forma progresiva, rápida y vigorosa. Si menos del 40% de los espermatozoides se mueven o si menos del 32% lo hacen de forma progresiva, se considera que hay un problema con la movilidad espermática.
Un espermatozoide considerado normal debe tener tres estructuras perfectamente definidas:
Se considera que un espermatozoide es morfológicamente anómalo cuando presenta alguna o varias de estas estructuras alteradas. Por ejemplo: cola enrollada, más de una cola, cabeza redonda o puntiaguda, etc.
Aunque las anteriores alteraciones son las más comunes, existen otras que también deben tenerse en cuenta a la hora de estudiar la calidad seminal:
La calidad del esperma puede variar dependiendo de muchos facotres. Por ejemplo, el estrés, la toma de medicación específica, la alimentación, el tiempo de abstinencia sexual, los factores ambientales, etc. Si quieres mantener una buena calidad seminal, lo adecuado es seguir una pautas saludables de vida. Te damos unos consejos:
(Te interesa: Espermatozoide: así se forma y se desarrolla)
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¿Conocías estos datos sobre el semen, sus características y posibles problemas? ¡Déjanos tu comentario!
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