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El embarazo y el intestino “perezoso”
El estreñimiento es un trastorno muy común entre las mujeres embarazadas, que puede provocar la aparición de hemorroides, cistitis e infecciones vaginales. Descubre los remedios y los trucos para combatirlo.
La progesterona es la responsable número uno de la “pereza” intestinal durante el embarazo. La función principal de esta hormona, producida en grandes cantidades por la placenta durante la gestación, es inhibir las contracciones de la musculatura lisa de las paredes uterinas. Su acción relajante de las fibras musculares se extiende también al aparato digestivo y, especialmente, al intestino, reduciendo, así, la eficacia de la peristalsis, es decir, las contracciones involuntarias de la musculatura lisa intestinal.
Por esta razón, a veces, el estreñimiento aparece ya en las primeras semanas del embarazo, coincidiendo con el aumento de los niveles de progesterona en el organismo de la futura mamá.
Otro cambio fisiológico que contribuye a acentuar el estreñimiento es el aumento de la capacidad del intestino de absorber agua. Durante el embarazo, el organismo de la mujer necesita de una cantidad de líquido mayor y, por lo tanto, retiene más de la que llevan los alimentos. Entonces, las heces, drenadas de agua, se endurecen, y su tránsito se ralentiza todavía más.
A medida que avanza el embarazo, a las causas del estreñimiento, se añaden, también, factores de tipo mecánico: la reducción de la actividad física y el peso del útero, que comprime el aparato gastrointestinal, ralentizando todo el proceso digestivo. Así pues, no es casualidad que, a menudo, el estreñimiento aparezca por primera vez o se acentúe sensiblemente en la segunda mitad del embarazo.
Una molestia tras otra
La hinchazón y la sensación de pesadez son las consecuencias directas más molestas del estreñimiento. Pero no son las únicas:
El estreñimiento provoca la aparición de hemorroides, varices de los vasos sanguíneos del recto, que son un problema frecuente durante el embarazo: las sufre un 30% de las mujeres embarazadas. Pueden causar picor y molestias leves, o resultar muy dolorosas si están inflamadas. También son debidas a factores hormonales, que determinan la relajación de las paredes de los vasos sanguíneos, y a la presión del útero, que obstaculiza el retorno de la sangre de las venas. El estreñimiento agrava las hemorroides porque las heces duras y poco hidratadas irritan la mucosa del ano a su paso. A su vez, la inflamación de las hemorroides hace que evacuar el intestino sea más molesto y dificultoso, y puede, entonces, agravar el estreñimiento.
También la cistitis y la vaginitis, otros problemas frecuentes durante el embarazo, están relacionadas con el estreñimiento. El estancamiento de las heces en el intestino altera la flora bacteriana y favorece la proliferación de bacterias agresivas, que, al migrar hacia las vías urinarias y genitales, pueden provocar infecciones cuanto menos fastidiosas y, en algunos casos, incluso implicar riesgos para el embarazo.
El estreñimiento en el embarazo se manifiesta junto con la acidez de estómago y el reflujo después de las comidas, dos fenómenos debidos al mismo mecanismo hormonal: la acción de la progesterona, que relaja los tejidos del aparato gastrointestinal y ralentiza la digestión y el tránsito de los alimentos.
Los remedios: agua, fruta y verdura en cantidad
Para combatir el estreñimiento, es necesario beber mucha agua, tanto entre comidas como durante las comidas, con el fin de garantizar al organismo todos los líquidos que necesita y para ablandar las heces. Las sopas, los purés de verduras y los jugos de fruta también son muy útiles.
Asimismo, la dieta debe ser rica en fibra. Por lo tanto, es necesario aumentar el consumo diario de fruta y verdura, así como de cereales integrales. Los más adecuados para el embarazo son los que están enriquecidos con hierro y calcio. Sin embargo, no todas las frutas son adecuadas para combatir el estreñimiento. La manzana cruda, por ejemplo, así como la zanahoria cruda, tienen un efecto astringente. Por la misma razón, conviene evitar el arroz. En cambio, vía libre a la fruta y a las verduras cocidas de cualquier tipo, especialmente, las manzanas y las ciruelas cocidas, pero, también, las ciruelas y los higos secos. También es importante fraccionar las comidas en pequeños aperitivos a lo largo del día, así como comer con calma, masticando cada bocado lentamente y durante un tiempo, para triturar bien la comida y hacer que sea más fácil de digerir. Evitar acostarse justo después de haber comido no es una ayuda específica contra el estreñimiento, pero favorece la digestión y atenúa la sensación de hinchazón y pesadez.
El yogur y las bebidas que contienen fermentos lácteos, a menudo, considerados astringentes, son útiles en este caso, porque ayudan a reequilibrar la flora intestinal, mejoran su funcionalidad y contrarrestan la proliferación de bacterias agresivas.
No hay que olvidar practicar un poco de actividad física. Concretamente, caminar con paso ligero tonifica la musculatura abdominal y favorece la peristalsis intestinal.
Fármacos y fitoterapia: no por tu cuenta
En los casos más graves de estreñimiento, cuando todas las medidas anteriores fallan, está permitido el uso de laxantes, siempre que se eviten los que estimulan la peristalsis, que irritan la mucosa intestinal, y se dé preferencia a los osmóticos, que aumentan la cantidad de agua de las heces, como la lactulosa. En cualquier caso, al tratarse de medicamentos, durante el embarazo los laxantes deben tomarse sólo bajo receta médica, incluso cuando se trate de productos de venta libre. Durante el embarazo, la autoadministración está siempre vetada, también en el campo de la fitoterapia. Las tisanas laxantes vendidas en las herboristerías casi nunca contendrán principios activos en una concentración peligrosa, pero, por seguridad, es mejor evitarlas o pedir la opinión del médico de cabecera. En cambio, los suplementos dietéticos de salvado o de fermentos lácteos están permitidos.
Pequeños trucos contra el estreñimiento
Aquí tienes algunos trucos que pueden ser útiles en caso de estreñimiento:
- Bebe un baso de agua tibia o a temperatura ambiente por la mañana, antes del desayuno. O también puedes tomar una cucharadita de aceite de oliva virgen extra con el estómago vacío apenas te despiertes, solo o extendido sobre una rebanada de pan.
- Deja dos o tres ciruelas secas o higos secos remojando, por la noche, en una taza de agua, y cómetelos por la mañana para desayunar, bebiendo también el agua donde estaban metidos. Como alternativa, come dos o tres kiwis bien maduros por la mañana con el estómago vacío.
- Añade al yogur dos cucharaditas de semillas de lino sin cáscara, y acompáñalo bebiendo mucha agua. También puedes poner en agua dos cucharadas de semillas de lino sin cáscara por la noche y beberla por la mañana con el estómago vacío.