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Tos nocturna en niños: ¿qué hacer?
La tos nocturna puede aparecer, aunque el pequeño no esté resfriado. El hecho de tener la calefacción encendida puede resecar sus mucosas y provocarle tos por la noche. ¿Cómo resolver este problema? ¡Te lo explicamos!
No son raras las ocasiones en que, aunque el pequeño no esté resfriado, sufre de tos nocturna. En estos casos, ¿cuáles pueden ser las causas de la tos nocturna y cómo resolver este trastorno?
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Tos nocturna en niños: causas
Las causas de la tos nocturna en niños pueden ser las siguientes:
- El aire caliente y seco generado por los radiadores de la calefacción puede ser, al menos en parte, la causa de los golpes de tos que algunos niños sufren mientras duermen. De hecho, el calor seco irrita la mucosa de las vías respiratorias, además de espesar y estancar la mucosidad que se produce normalmente. Asimismo, cuando el aire es seco, los filamentos microscópicos de la mucosa, que expulsan el moco hacia el exterior, se mueven menos y favorecen el problema.
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- Otro efecto negativo de los radiadores es que el aire caliente se mueve por convección hacia arriba, arrastrando partículas de polvo, lo que se convierte en otro factor irritante.
- Por lo tanto, es conveniente airear la habitación donde el niño duerme antes de llevarlo a dormir. No obstante, también es aconsejable mantener encendidos los radiadores solo lo estrictamente necesario para no pasar frío, con el fin de atenuar aún más el efecto irritante del aire caliente.
- Por otro lado, los aparatos humidificadores también resultan muy útiles y prácticos para contrarrestar la sequedad producida por la calefacción. En el mercado, se pueden encontrar humidificadores de vapor frío o caliente.
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Remedios naturales para la tos nocturna en niños
- Masaje con aceites esenciales para disolver el moco. Dos veces al día, se masajea durante algunos minutos el pecho del niño con una mezcla obtenida poniendo dos gostas de aceite esencial de eucalipto y diez gotas de aceite esencial de incienso en 100 ml de aceite de almendras dulces.
Los aceites esenciales, incluso para su uso externo, u otros preparados a base de aceites esenciales, no están indicados en niños de menos de dos años, porque su piel es muy delicada y podría irritarse.
- Cataplasma de lino. Se pone un puñadito de semillas de lino en 300 ml de agua fría: se lleva a ebullición a fuego rápido, mezclando de vez en cuando, hasta obtener una pasta de densidad media. Se esparce la mezcla sobre una tela de algodón y se aplica aún caliente, pero no hirviendo, sobre el pecho del niño (la temperatura debe controlarse con mucha atención, comprobando que no queme). Se deja actuar durante unos 20 minutos. La cataplasma reblandece y disuelve el moco.
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