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Lactancia materna: mejor tomas pequeñas y frecuentes
Montse Robles, asesora de lactancia, explica que no es recomendable dar a un recién nacido más leche materna en cada toma para reducir su número, sino suministrar tomas pequeñas y frecuentes. ¡Te lo explicamos!
La lactancia materna, tan beneficiosa para el bebé, genera muchas dudas en la mamás, especialmente en las mamás primerizas.
Es importante saber, por ejemplo, que tras el parto, el desarrollo del estómago del bebé y la producción de leche de la mamá evolucionan en paralelo. Según explica Robles, la capacidad del estómago del bebé es todavía pequeña, con lo que las pequeñas cantidades de calostro que produce la madre se convierten en la cantidad justa que necesita el bebé.
Según explica, el calostro, esta primera leche, contiene la cantidad de calorías necesarias para responder a las necesidades energéticas del bebé y que ayudan a activar su sistema inmunitario. Además, el calostro es fácilmente digerible para el bebé y tiene un efecto laxante.
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Tomas pequeñas cada dos o tres horas
Robles también hace hincapié en la recomendación de realizar tomas pequeñas pero frecuentes: cada dos o tres horas o, al menos, ocho veces a lo largo de las primeras 24 horas. Es mucho mejor, según la experta, suministrar tomas pequeñas y frecuentes que no dar al recién nacido más leche materna en cada toma para reducir su número y tratar de aumentar la capacidad del estómago. Las tomas poco cuantiosas y frecuentes permiten establecer un patrón de alimentación saludable.
Por tanto, no es recomendable forzar al bebé a que tome más leche, ya que puede provocar una sobrealimentación. Ello podría desencadenar hábitos alimenticios poco saludables que, a largo plazo, podrían traducirse en obesidad infantil.
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Facilitar la "subida" de la leche
Es bueno saber que, además, las tomas frecuentes facilitan la subida de la leche. "Está demostrado que otra práctica muy beneficiosa para promover la lactancia temprana es colocar al bebé piel con piel durante su primera hora de vida", explica Robles.
El tiempo en el que se produce la denominada subida de la leche varía, por lo que las mamás no deben preocuparse en exceso si el bebé pierde algo de peso los primeros días de vída. Lo explica Robles: "Durante los tres primeros días de vida del bebé es normal que pierda algo de peso. Diversos estudios sitúan la media de esta pérdida entre un 5% y un 7%. Entre el cuarto y el quinto día de vida, el bebé ya debería empezar a ganar peso".
El contacto piel con piel y realizar tomas frecuentes son dos prácticas fundamentales para estimular el suministro de leche. Al tercer día de vida del bebé, su estómago tiene una capacidad de entre 22 ml y 27 ml y la cantidad de leche de la madre recomendable en este momento es de entre 100 ml y 700 ml cada 24 horas. En cambio, a la semana de nacer, el suministro de leche de la madre ya se ha adaptado al bebé y oscila entre 400 ml y 600 ml.
Transcurridos los 10 primeros días desde el parto, la producción de leche se estabiliza. El bebé ya ingiere entre 400 ml y 1 litro de leche de la propia madre cada 24 horas, por lo que ya debería haber recuperado su peso al nacer.
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