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Papillas de carne y pescado
Estos alimentos contienen proteínas indispensables para el organismo del niño y le aportan una buena cantidad de hierro, para que crezca fuerte y sano. Descubre nuestra selección.
Alrededor del sexto mes, se pueden empezar a dar al pequeño los primeros purés caseros enriquecidos con carne. Se recomienda comenzar por las carnes blancas, como el pollo, ya que son más digestivas y tienen un sabor más suave. Más adelante, podemos introducir en su dieta las carnes rojas, como la res o el cerdo. Al principio, la carne se puede añadir a los purés de verduras, en poca cantidad y finamente triturada. Cuando el niño tenga unos meses más, podremos comenzar a darle trocitos muy pequeñitos.
El pescado se introduce un poco más tarde, a los 12 meses, debido a su alto poder alergizante. Se aconseja empezar por el pescado blanco, ya que contiene menos grasas y se digiere con mayor facilidad; después, podremos darle pescado azul (atún, sardinas, etc.).
Papillas industriales, una opción de calidad
Un estudio realizado por el Hospital la Fe de Valencia, en colaboración con la Universidad de Murcia, ha reveló que las papillas industriales y los purés hechos en casa tienen un perfil nutricional similar, adecuado a los valores recomendados por las sociedades de nutrición. Los investigadores analizaron diferentes tipos papillas industriales hechas a base de carne (pollo, res) de tres marcas comerciales diferentes y los compararon con purés elaborados de forma casera. Según los expertos, tanto las papillas industrializadas como los purés caseros presentan contenidos bastante similares en grasas y proteínas, cuya única diferencia radica en la variedad de la carne utilizada y en la cantidad añadida a la fórmula. Los autores también valoraron el contenido de sodio de estos productos y llegaron a la conclusión de que, en los purés caseros, existe el riesgo de sobrepasar los niveles recomendados de este nutriente, debido a la tendencia de los padres a añadir sal a ojo de buen cubero o en función de sus gustos. Las papillas industriales se presentan como una solución nutritiva y de calidad para la alimentación de los niños.