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Celiaquía: las respuestas a tus dudas
Un nuevo test permite identificar, de forma precoz, la predisposición a esta enfermedad. De todos modos, para controlar el trastorno, sólo hay que seguir una dieta exenta de gluten durante toda la vida.
- ¿Se nace celíaco?
- Entonces, ¿la celiaquía puede aparecer inmediatamente después del inicio del destete?
- ¿Qué factores pueden favorecer la aparición de la enfermedad?
- ¿Cuáles son los principales síntomas de la celiaquía?
- ¿Se puede ser intolerante al gluten sin ser celíaco?
- ¿Existe un test para el diagnóstico precoz en los niños?
- ¿Qué normas básicas deben seguir los niños celíacos?
- ¿Los niños celíacos desarrollan otras enfermedades con más facilidad?
- ¿Existen enfermedades que pueden predisponer a la celiaquía?
- Una vez eliminado el gluten, ¿hay que tomar otras precauciones en la dieta del niño?
La celiaquía es una enfermedad que cada vez conocemos mejor. Por ello, los miedos de las mamás respecto a la introducción del gluten en las primeras papillas del bebé también han aumentado. Gracias a una nueva prueba, te ofrecemos los consejos de los especialistas para la prevención y el diagnóstico de la celiaquía.
¿Se nace celíaco?
No, la celiaquía no se manifiesta al nacer, pero el bebé puede estar genéticamente predispuesto a desarrollar la enfermedad debido a la presencia sobre la superficie de los glóbulos blancos del antígeno de histocompatibilidad HLA-DQ2 o DQ8, indispensable para el desarrollo de la celiaquía. Se puede ser celíaco a cualquier edad; con mayor frecuencia en el periodo posterior al destete, pero también durante la adolescencia, en la edad adulta e incluso en la vejez. Lo anterior lo demuestran los estudios efectuados con familiares de primer grado de los pacientes celíacos. Incluso ha habido casos de celiaquía a la edad de 70 años.
Entonces, ¿la celiaquía puede aparecer inmediatamente después del inicio del destete?
Sí, en general aparece hacia los 12-15 meses, aunque también puede manifestarse al inicio del destete (alrededor de los seis meses). Para los niños genéticamente predispuestos, una lactancia materna prolongada representa un óptimo factor de protección junto con una introducción precoz del gluten -a partir de los seis meses-en pequeñas cantidades y cuando la lactancia todavía está en curso. De hecho, diferentes estudios parecen confirmar la acción protectora de la introducción precoz del gluten gracias a un mecanismo de desensibilización oral en las personas con riesgo a desarrollar celiaquía.
¿Qué factores pueden favorecer la aparición de la enfermedad?
La celiaquía es una enfermedad autoinmune, es decir, está relacionada con una reacción del sistema inmunitario, desencadenada por el gluten en contacto con una enzima presente en nuestro intestino y otros órganos. Sin embargo, también se trata de una enfermedad multifactorial: algunos agentes ambientales pueden tener un papel determinante en la aparición de la celiaquía en personas genéticamente predispuestas. En primer lugar se encuentran las infecciones, como las que son provocadas por rotavirus o adenovirus, así como otras cepas virales; las gastroenteritis de naturaleza bacteriana, contraídas después de viajar a países con condiciones higiénicas no garantizadas; o bien, las infecciones de origen parasitario. Entre los factores ambientales relacionados con el desarrollo de la celiaquía es preciso mencionar la etapa del puerperio. En algunas mujeres genéticamente predispuestas, incuso después de un embarazo que transcurrió con normalidad, la enfermedad puede manifestarse en este periodo de gran vulnerabilidad. Por último, un estado de estrés relacionado con un disgusto profundo (como la muerte de una persona querida, una separación o una cirugía) puede contribuir a desencadenar la celiaquía.
¿Cuáles son los principales síntomas de la celiaquía?
Cuando los niños son muy pequeños el cuadro de los síntomas abdominales puede estar ausente, puesto que hasta los dos años, el gluten apenas está presente en su alimentación. El síntoma más evidente es una ralentización del crecimiento: éste es el mayor problema relacionado con la celiaquía infantil y provoca una malabsorción global de vitaminas y sales minerales. A partir de los dos o tres años, cuando la alimentación ya es similar a la de los adultos, los síntomas son principalmente intestinales: diarrea, estreñimiento y heces semilíquidas y malolientes. Una señal de alerta es si los trastornos son frecuentes y continuos. Es importante intervenir cuanto antes con una dieta específica, tanto si se trata de síntomas atribuidos a la celiaquía como si dependen de una alergia alimentaria.
¿Se puede ser intolerante al gluten sin ser celíaco?
Sí, en estos casos se habla de sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC). Es una realidad científica no reconocida en un número de pacientes cada vez mayor. Sus síntomas son similares a los de la celiaquía y, una vez retirado el gluten de la dieta, se vuelven a manifestar. Se trata de un diagnóstico por exclusión al que se llega después de haber descartado la presencia de otras patologías, como la celiaquía o la alergia al trigo. Existen numerosos estudios en curso, pero todavía hay que averiguar algunos aspectos; por ejemplo, falta asegurarse de que es el gluten y no otras proteínas del trigo el desencadenante de los síntomas gastrointestinales (dolores abdominales, hinchazón, diarrea o estreñimiento y reflujo gastroesofágico), así como de los extraintestinales (cansancio crónico, malestar general, cefalea, dolores articulares y musculares, hormigueo en brazos y piernas, eritemas y confusión después de las comidas). En los niños, la sensibilidad al gluten no celíaca es poco común e identificarla no resulta sencillo, puesto que algunos síntomas neurológicos (como la presencia de hormigueo o confusión mental) son difíciles de valorar en los más pequeños.
¿Existe un test para el diagnóstico precoz en los niños?
Un equipo de investigadores del Instituto Gaslini de Génova (Italia) ha preparado una prueba, en colaboración con la Universidad de Verona, que permite diagnosticar la celiaquía muchos años antes de que se manifiesten los signos clínicos o de laboratorio. Este test identifica la presencia en la sangre de anticuerpos dirigidos contra una proteína del rotavirus, presentes únicamente en las personas celíacas; incluso diez años antes de que enfermen. No obstante, hay que tener cuidado. Si sometemos a un niño al test y resulta positivo no significa, necesariamente, que sufra de celiaquía, sino que tiene la posibilidad de desarrollarla. Por ello es conveniente efectuar la prueba dos veces al año. El test para el diagnóstico precoz consiste en un simple análisis de sangre, pero sólo está indicado en personas de riesgo por predisposición familiar, o bien, por sufrir otras patologías como la diabetes mellitus tipo 1.
¿Qué normas básicas deben seguir los niños celíacos?
El peligro principal son las pequeñas ingestas diarias de gluten. Si en la etiqueta no se señala su ausencia, deben evitarse los productos elaborados en establecimientos donde también se trabaja con alimentos con gluten, como caramelos o zumos de fruta. Los educadores tienen un papel importante en este sentido, ya que deberán vigilar el respeto de la dieta sin gluten que necesitan estos niños. Otro temor tiene que ver con las pastas de modelaje para jugar. Es preferible escoger las de arcilla o barro, libres de gluten. No obstante, la absorción transcutánea de esta sustancia es irrelevante y el único riesgo es el hecho de que el niño se lleve las manos a la boca después de manipular el producto. Tampoco hay que preocuparse por los productos para la higiene; su absorción es tan reducida que no conlleva ningún riesgo.
¿Los niños celíacos desarrollan otras enfermedades con más facilidad?
La dieta con gluten iniciada a tiempo es el primer instrumento para garantizar al niño celíaco un pleno desarrollo corporal, sin incurrir en las manifestaciones que pueden alterar su crecimiento e interferir en el desarrollo del aparato esquelético. Asimismo esta dieta protege de otras enfermedades, en particular las autoinmunes: la protección es mayor cuanto más pronto se realiza el diagnóstico de celiaquía y se inicia la dieta. Es el caso, por ejemplo, de la diabetes mellitus autoinmune (diabetes tipo 1): el consumo de gluten en un paciente celíaco puede contribuir a desencadenarla, pero los estudios también nos dicen que, una vez eliminada la sustancia de la alimentación tras algunos meses de dieta, el celíaco está protegido del desarrollo de la diabetes. En cambio, existe otra enfermedad relacionada con la celiaquía que no se beneficia de las restricciones alimentarias: se trata de la tiroiditis autoinmune de Hashimoto, que puede hacer su aparición incluso muchos años después de seguir una dieta sin gluten.
¿Existen enfermedades que pueden predisponer a la celiaquía?
En efecto. De media, el 5% de los pacientes diabéticos, el 4% de las personas con patologías hepáticas autoinmunes y el 3% de las que sufren tiroiditis sufren de celiaquía. Asimismo, otras patologías de los adultos, como el síndrome de Sjögren (enfermedad del tejido conectivo caracterizada por sequedad ocular o de la cavidad oral, así como artritis) pueden predisponer a la celiaquía.
Una vez eliminado el gluten, ¿hay que tomar otras precauciones en la dieta del niño?
Para asegurarse de que el niño no sufra carencias de vitaminas y de sales minerales se recomienda controlar periódicamente todos los aspectos vitamínicos. Cuando la dieta no es suficiente, sobre todo en los preadolescentes, pueden ser necesarios complementos vitamínicos, particularmente los que contienen zinc, magnesio, sales minerales y vitaminas B y D.