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Primeros purés: el bebé no quiere abrir la boca
7 May 2024
¿Has empezado con la alimentación complementaria y tu hijo se niega a abrir la boca? Te explicamos qué debes hacer si rechaza los purés.
¡Qué emoción, la primera papilla!, ¿cómo reaccionará el bebé?, ¿demostrará entusiasmo por el nuevo alimento o te mirará un poco perplejo? Prepárate: el niño que, ante el ofrecimiento de la cucharita, abre la boca y sonríe satisfecho sólo existe en los anuncios publicitarios, porque, en la realidad, este hecho es muy raro.
Por ejemplo, David no quiere saber nada de la papilla de cereales y, cuanto más insiste su mamá para introducírsela en la boca, con más fuerza escupe sobre su sillita todo su contenido.
Lo escupió todo y, al cabo de un rato, perdió la paciencia y empezó a llorar. El segundo intento no ha ido mucho mejor, ni tampoco el tercero, ni el cuarto… Sólo quiere la leche de su mamá.
Paciencia con los primeros purés del bebé
Lo primero que tienes que hacer es no insistir. Es probable que, simplemente, el bebé todavía no esté preparado para dar el gran paso. Por otro lado, las dificultades que un niño encuentra al inicio del destete no son pocas, y no sólo tienen que ver con las nuevas características de la comida, sino que también están relacionadas con la forma de tomarla. Habituado al calor del pecho o al biberón blandito, el pequeño se encuentra de buenas a primeras con una cucharita. Además, para comer, no sólo tiene que succionar, sino que debe improvisar complicadas acrobacias con la lengua y el paladar. Si lo piensas un momento, es más que normal que rechace la nueva comida.
Y si el “no” es categórico, es preferible esperar unos días, o incluso dos o tres semanas. Está demostrado que la leche materna cubre las necesidades alimenticias más allá de los seis meses, hasta llegar incluso a los ocho o nueve meses. Mientras tanto, sigue intentándolo de vez en cuando, pero como si se tratara de un juego, sin mostrar ansiedad o desilusión si rechaza la papilla. No te preocupes si sólo quiere jugar con la comida: al tocar la papilla y probar su textura, poco a poco, superará sus reservas iniciales y empezará a aceptar el nuevo alimento, y, probablemente, los que vengan más tarde.
Se recuperará enseguida
Empezar tarde el destete no es ningún problema para los niños desde el punto de vista de la nutrición y el crecimiento. Por el contrario, es posible que los niños que van “con retraso” instauren después una buena relación con la comida, justamente, gracias a la seguridad que han adquirido a través de una transición suave, sin imposiciones y respetando su propio ritmo. Asimismo, en los meses sucesivos, esta actitud seguirá siendo la clave para llevarle a abandonar progresivamente la alimentación láctea en exclusiva, abriendo el gusto a una dieta completa y variada.
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