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La lactancia con biberón
Los pediatras aconsejan alimentar a los bebés a través de la lactancia materna. Sin embargo, en algunas ocasiones las mamás no pueden dar el pecho y tienen que ofrecer el biberón. En tal caso, no deben sentirse culpablse ni “atormentarse”.
No todas las mamás están en condiciones de poder dar el pecho, sea por razones de salud, psicológicas, e incluso, por falta de leche. En tal caso, será necesario que la mamá abandone sus prejuicios y aprenda a utilizar el biberón correctamente.
Cómo dar el biberón al bebé
• Hay que sostener la delicada cabecita del pequeño con el brazo izquierdo (o con el derecho en el caso de que seas zurda). Con la otra mano debes sujetar el biberón y, para estimular su reflejo innato de succión, debes rozar su mejilla con un dedo o con la tetina.
El pequeño se girará hacia lo que lo ha tocado, abriendo la boca. Después, bastará con acercar la tetina a sus labios para que el niño empiece a comer.
• Es aconsejable que te sientes en una silla con los pies sobre un banquito o sobre la cama, con la espalda descansando contra la cabecera.
• Mientras el niño succiona, debes hablarle cariñosamente y hacerle cariñitos. Esto lo tranquilizará en el caso de que esté tenso o cansado y lo estimulará si es algo perezoso.
La dosis exacta
• Las dosis de agua y leche en polvo deben ser totalmente exactas. Actuaremos de acuerdo con las instrucciones proporcionadas por el pediatra y que, además, figuran en los envases de la leche artificial que utilizamos.
• Si se añade al biberón demasiada leche en polvo o poca agua, la leche artificial obtenida será demasiado concentrada. Esta leche tendrá demasiadas proteínas, grasas y minerales, y el niño tendrá sed y llorará para que le den de beber.
• Sin embargo, si el biberón no tiene suficiente leche en polvo o si le sobra agua, la leche de fórmula será demasiado aguada y no aportará al pequeño la cantidad necesaria de nutrientes.