Cómo preparar el biberón

El primer paso que debes realizar antes de preparar el biberón del bebé es asegurarte de que cumples con una buena higiene personal. Asegúrate de que tienes las manos y las uñas bien limpias y que la ropa que llevas puesta no es la misma con la que realizas tareas domésticas.

Cómo preparar la leche para el biberón

Si vas a preparar el biberón con leche líquida, puedes verterla directamente y calentarla. En cambio, si vas a utilizar leche en polvo, debes tener en cuenta seguir los siguientes pasos: 

• Para diluir la leche en polvo, utiliza agua potable, nunca de la llave. El agua debe contener una cantidad pequeña de sales minerales porque si lleva una cantidad excesiva de sales puede alterar las propiedades de la leche.
• Retira el biberón del esterilizador con la ayuda de unas pinzas y llénalo con el agua.
• Añade la leche en polvo respetando las cantidades indicadas por el pediatra.
• Disuelve la leche removiendo con una cucharita de tallo largo, de forma que el polvo se disuelva evitando la formación de grumitos.

Cómo calentar la leche del biberón

Para calentar correctamente la leche del biberón, debes tomar nota de:

• Calienta el biberón al baño María, en el calentador de biberones o en el microondas. En caso de calentarlo en el microondas, debes tener presente que se obtiene una temperatura más elevada en la parte superior del biberón. Debes colocar la botella recta y sin tapón, para permitir la salida del calor. Una vez sacado del microondas, el biberón debe cerrarse, volcarse y mezclar moviéndolo unas diez veces, de manera que la temperatura de la leche sea homogénea en todos los puntos.
• Antes de ofrecer el biberón al niño, comprueba la temperatura vertiendo unas gotas de leche en el dorso de la mano. Recuerda que no debe superar los 37-38°C. Si está demasiado caliente, puedes enfriarlo con agua. Si está demasiado frío, puedes calentarlo.

Cómo conservar la leche del biberón

La conservación de la leche del biberón dependerá del tipo de leche utilizado para su preparación:

• La leche líquida: una vez abierta, la botella debe conservarse en el refrigerador y consumirse antes de 24 horas.
• La leche en polvo: el bote de leche en polvo debe consumirse antes de quince días a partir de su apertura. El envase debe conservarse cerrado en un lugar fresco y seco.
• Los biberones preparados: en algunos casos, los biberones pueden prepararse con antelación y conservarse en el refrigerador. Si viajas con el niño, te aconsejamos preparar la leche en el momento de dársela al niño.
  

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