Te puede interesar…
- Mi bebé y yo
- Parto
- Síntomas del parto
- El dolor de parto, ¿cómo controlarlo?
El dolor de parto, ¿cómo controlarlo?
¿Cuánto duele dar a luz? ¿Qué tipo de dolor es? ¿Es insoportable? ¿De qué depende? ¿Cómo se puede controlar el dolor en cada una de las fases del parto? ¡La solución a todas tus dudas sobre los dolores del parto!
Cuando está a punto de llegar el momento del parto, son muchas las dudas y los miedos que embargan a las futuras mamás en relación al dolor de la dilatación y del parto. ¿Duele mucho dar a luz? ¿Cómo será la dilatación del parto? ¿Lo podré soportar? ¡No te preocupes, porque eso pasan a todas las mamás! Sin embargo, lo mejor es no dejar espacio a la sorpresa y saber de antemano cómo se manifiesta el dolor del parto y cómo se puede controlar. Es verdad que cada persona tiene un umbral del dolor distinto, así como un ritmo y una dinámica propia. Sin embargo, si bien cada mujer vive y afronta el dolor a su manera, existe una configuración del dolor provocado por el parto muy concreta y común para todas. Sepamos cómo es el dolor del parto, cómo se localiza el dolor en cada fase, y los sistemas de anestesia más eficaces en cada momento.
CÓMO ES EL DOLOR DEL PARTO
• Hay que tener en cuenta que la percepción del dolor del parto es muy subjetiva y cada mujer describe de forma distinta el sufrimiento que ha experimentado al dar a luz a su pequeño.
• ¿Qué distingue al dolor del parto de otros tipos de dolor? En primer lugar, su ritmo, puesto que está caracterizado por continuas contracciones y expansiones, malestar y bienestar, aceleraciones y ralentizaciones. Este ritmo, sin embargo, tiene como principal función facilitar la adaptación tanto de la mamá como del bebé para el parto.
• Durante el parto, los picos de dolor se alternan con pausas de ausencia de sufrimiento. En estas pausas, el organismo de la madre produce endorfinas y encefalinas, sustancias que inhiben el dolor del parto y permiten soportarlo con más fuerza y coraje.
• En el origen del dolor del trabajo del parto, se encuentra el estiramiento del cuello del útero, que se encoge y se dilata, con el fin de facilitar el paso del feto por el canal del parto.
•Mientras el bebé pasa por el canal del parto, los ligamentos del útero sufren un estiramiento, mientras que las articulaciones de la pelvis y las raíces nerviosas de la zona lumbo-sacra de la mamá se comprimen.
• En cambio, en el período del expulsión, el dolor se debe a la dilatación, al estiramiento y a la distensión del periné y de la vulva, y su intensidad es proporcional a la contracción que sufren estas zonas.
PRIMERA FASE: DOLOR EN LA ZONA LUMBAR
Con las primeras contracciones, se empieza a sentir dolor en la zona lumbar, parecido al de la menstruación, pero más intenso. Es agudo y difuso, dado que se irradia en una zona más bien amplia. Al principio, apenas se nota, pero después se intensifica, si bien es irregular.
¿Por qué se produce este dolor? En la fase inicial de la dilatación, el cuello del útero se transforma para hacer posible el nacimiento. De estar cerrado y en una posición posterior, pasa a formar un ángulo con la cavidad uterina, se centra y, por último, se aplana. Los receptores presentes en el cuello del útero reconducen el dolor hacia la zona lumbar.
Métodos más eficaces para atenuarlo
Para atenuar las molestias de los primeros momentos, a menudo, basta con pensar lo menos posible y continuar con lo que se estaba haciendo. En esta primera fase, es bueno realizar masajes en la zona baja de la espalda, en los laterales de la columna vertebral, donde la inervación es más superficial. Es una zona en forma de triángulo, sobre la que se puede ejercer presión, aplicar compresas calientes o un gel de árnica. El cuello del útero necesita “intimidad” y relajación para abrirse; los aceites esenciales de jengibre o de lavanda dulce (una gota friccionada debajo del esternón) ofrecen un efecto calmante.
(Te interesa: Masajes con tu pareja para aliviar el dolor del parto)
SEGUNDA FASE: DOLOR EN LA PANZA
Cuando la dilatación avanza, el dolor se intensifica. En parte, sigue irradiándose desde el útero y, en parte, se localiza en el fondo del abdomen, por encima de la vejiga y el pubis. Tiene una frecuencia rítmica: dolor y pausa; contracción y relajación, malestar y bienestar.
¿Por qué se produce este dolor?
La actividad contráctil del útero se intensifica. El descenso del bebé a través del canal del parto provoca la distensión de la vejiga y la de los órganos peritoneales. Si el dolor se presenta de forma violenta, puede deberse a una posición inadecuada del bebé.
Métodos más eficaces para atenuarlo
Para reducir el dolor, es bueno hacer pipí a menudo, tomar tentempiés energéticos, pero ligeros, y beber con frecuencia. Además, adoptar la posición que desees permite soportar mejor el dolor y favorecer el descenso del niño.
TERCERA FASE: DOLOR EN LA ZONA SACRA
En el momento de empujar, durante la contracción, se percibe una fuerte presión sobre el pubis, el hueso sacro, el esfínter anal y el inicio de los muslos, y una sensación de escozor en la vagina. El dolor pasa a ser muy localizado y puede provocar incluso quemazón. A medida que la cabeza del bebé presiona sobre el periné, el dolor se sustituye por unas contracciones muy intensas y por la necesidad apremiante de empujar (pujos).
¿Por qué se produce este dolor?
Una vez completada la dilatación, comienza el período de expulsión. La cabeza presiona directamente sobre el periné, la franja muscular situada entre la vagina y el ano.
Métodos más eficaces para atenuarlo
La mejor forma de sentir menos dolor es adoptar la posición en la que la mamá se encuentre más cómoda: sobre un lado, sentada, en cuclillas, a gatas o de pie. La posición supina (boca arriba) es la menos indicada para controlar el dolor. Se debe pujar cuando se sienta la necesidad, no cuando se reciba la “orden”. Realizar respiraciones abdominales y profundas también ayuda a calmar el dolor.
CUARTA FASE: DOLOR DESPUÉS DEL NACIMIENTO
Una vez fuera la cabeza y el primer hombro, el niño sale por completo y el dolor cesa. Todavía se siente un ligero escozor, mientras se esperan las secundinas, la expulsión de la placenta, en el transcurso de media hora o una hora, y que es indolora. En las siguientes horas, se notan los “entuertos", las contracciones que el útero efectúa para evitar la hemorragia. En caso de episiotomía, la sutura puede ser dolorosa. Si se ha practicado una cesárea, se pueden sufrir las molestias típicas de una intervención quirúrgica.
Métodos más eficaces para atenuarlo
En caso de episiotomía, se pueden realizar ejercicios perineales. Asimismo, mover la zona reduce la inflamación y acorta el plazo de curación. Para los puntos o los desgarros, la administración de anestesia local es obligatoria.
Si no nace en esta semana, existen riesgos de cesárea si decide nacer hasta la semana 42?