¿Cómo ayudar al niño a dejar el pañal? ¡Los consejos de la pediatra!

18 Apr 2024

¿Te estás planteando retirar el pañal a tu hijo? ¿Tienes dudas acerca de si es el momento adecuado o cuál es la mejor forma de hacerlo? La pediatra Anna Estapé te guía en este proceso ofreciéndote todos sus consejos, siempre desde un punto de vista actualizado y respetuoso con el niño.

Dejar el pañal es un proceso evolutivo, que forma parte del desarrollo del niño. El sistema cerebral va madurando y, alrededor del año y medio, los niños y las niñas son capaces de retener la pipí y las heces, lo cual no quiere decir que sean capaces de controlarlos, es decir, de decidir cuándo abrir o cerrar los esfínteres. 

Según diferentes estudios, entre los dos y los cuatro años, la mayoría de los niños que tienen un desarrollo normal consiguen retener y controlar estos esfínteres, pero esto va a depender mucho de cada niño. Tenemos que fijarnos en esas señales individuales que nos va a aportar cada niño para detectar si puede estar preparado o no para dejar el pañal.

¿Cómo saber si está preparado para dejar el pañal?

  • A nivel físico: corre y camina con equilibrio y coordinación, sabe saltar con los dos pies, sube y baja escaleras, aunque sea con ayuda, sabe bajarse los pantalones, mantiene el pañal seco durante varias horas.
  • A nivel de lenguaje: entiende lo que le dicen, reconoce objetos cotidianos, animales o partes del cuerpo, verbaliza o hace señales de que quiere quitarse el pañal cuando lo tiene húmedo.
  • A nivel de comportamiento: muestra interés en ir al baño, es capaz de seguir órdenes sencillas.
  • A nivel emocional: el niño está en un momento emocionalmente disponible, no ha habido ningún otro cambio importante, como puede ser la adaptación a la guardería, un destete, la retirada del chupón, el nacimiento de un hermanito o un momento de mucha intensidad de berrinches.

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¿Cómo estimular al niño para dejar el pañal?

  • Todo lo que engloba dejar el pañal empieza desde que son muy bebés. Cuando cambiamos el pañal a un bebé, ya podemos empezar a trabajar este tema, explicándole lo que estamos haciendo (“voy a cambiarte el pañal”, “voy a limpiarte”), y nombrándole los genitales por lo que son.
  • A partir del año y medio, aproximadamente, podemos jugar con el niño a sentar a sus muñecos en una bacinica o adquirir muñecos de baño, de esos que echan un chorrito de agua cuando los aprietas.
  • En relación con las heces, pueden ser de gran ayuda los juegos de manipulación, de ensuciarse, utilizando arcilla, plastilina o pintura de dedos, por ejemplo.
  • Por último, está toda la parte de educación sexual: aprovechar el momento del baño para explicar al niño o a la niña si tiene pene o vulva, para qué sirve, cómo hacemos pipí o popó, cómo funciona nuestro cuerpo…

Primer día sin pañal: ¿qué tener en cuenta?

  • El primer día debe ser planificado y anticipado. El fin de semana es ideal para retirar el pañal, pues tenemos más tiempo y estamos más relajados, sin las prisas del día a día. Se debe elegir un fin de semana en el que no esté previsto un cambio de rutina importante, que estemos tranquilos en casa.
  • Es importante anticipar este cambio, para que el niño o la niña sepa que se va acercando el momento de dejar el pañal.
  • Las fugas durante estos primeros días son normales y forman parte del aprendizaje. No tenemos que tomárnoslos como un fracaso, sino como una oportunidad para hacer un repaso de todo el proceso de ir al baño.
  • Hay que respetar la necesidad de intimidad del niño o la niña; quizás, quiera hacer pipí y nos pida que le ajustemos la puerta para estar solo en ese momento.
  • Al final del día, es importante hablar con el pequeño, decirle lo bien que lo está haciendo y lo mucho que se está esforzando, y preguntarle cómo se siente en relación con todo este cambio.

¿Cómo detectar que tiene "ganas" de hacer pipí o popó?

Si vemos que el niño se mueve mucho, si se toca la entrepierna, si se apoya sobre un pie y luego sobre el otro, como dando saltitos, si cruza o aprieta las piernas, es probable que quiera hacer pipí.

Si el pequeño tiene ganas de hacer popó, normalmente, se coloca de cuclillas, tiene gases, o pone esa cara típica de concentración, interrumpiendo la actividad que está haciendo.

Cuando vemos alguna de estas señales, podemos recordarle la necesidad de ir al baño: “Vamos a probar hacer pipí”, “Parece que te anda del dos, ¿quieres que nos acerquemos al baño a ver si sale?”.

Durante los primeros días, podemos recordarle de manera puntual que tiene que ir al baño; después, hay que ir confiando en él, en que nos va a avisar cuando quiera hacer pipí o popó.

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¿Cómo actuar si al pequeño se le escapa la pipí?

Lo primero es tomar conciencia de que las fugas son normales y forman parte del aprendizaje. Adoptando una actitud empática será mucho más fácil acompañar al niño o a la niña en este proceso.

Si al pequeño se le escapa la pipí, debemos agacharnos para estar a su altura, intentar conectar con él mirándole a los ojos y describir la situación sin recriminar ni hacer juicios. Por ejemplo: “Parece que estás mojado”, “Creo que se te ha escapado la popó”.

Una vez explicado esto, vamos a intentar que colabore con nosotros para limpiarle, que nos ayude a tomar unos calzoncitos limpios para cambiarle o incluso que nos acompañe a tirar la popó en el retrete, por ejemplo.

Por último, debemos decirle siempre una frase motivadora para que vea que nosotros confiamos en él: “Estás aprendiendo, seguro que pronto lo vas a conseguir”, “Ya verás como lo lograrás”, con el fin de que se sienta feliz y motivado para seguir intentándolo.

¿Podemos dar marcha atrás y volver a ponerle el pañal?

Lo normal es que, en unas semanas, el proceso ya esté instaurado y el pequeño sea capaz de controlar la pipí durante el día.

Si, pasado un tiempo, al niño se le escapa continuamente la pipí durante el día, puede ser un indicativo de que nos hemos apresurado a la hora de retirar el pañal y de que, quizás, nuestro hijo no estaba listo para este proceso.

En este caso, no hay problema en hacer una pequeña pausa, volver a ponerle el pañal y, en unas semanas o en unos meses, intentarlo de nuevo.

¿Y cuándo se recomienda retirar el pañal de la noche?

El esfínter funciona de una forma distinta por la noche. Depende directamente de la maduración del sistema nervioso central y no es un proceso que se pueda acelerar. Para el control de la pipí nocturna, es necesario que disminuya la producción de orina por la noche, lo cual depende de una hormona, que la vejiga aumente su capacidad para retener orina y que no se produzcan contracciones involuntarias, que hacen que se escape la pipí.

Normalmente, si el niño o la niña lleva 15 días seguidos levantándose con el pañal seco, es una señal de que ya ha adquirido esta maduración, por lo que nos podemos plantear retirar el pañal por la noche. De todos modos, primero se recomienda eliminar el pañal de la siesta, para probar, y luego el de la noche.

Adquirir el control nocturno del esfínter puede llevar días, semanas, meses e incluso años. De hecho, hasta los cinco años, se considera normal que se escape la pipí por la noche.

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¿Por qué se vuelve a hacer pipí encima?

Las regresiones son bastante frecuentes y pueden afectar hasta a un 80% de los niños. Se trata de un fenómeno normal y pasajero, por lo que es necesario actuar con mucha calma y paciencia.

Se suelen producir cuando hay algún tipo de malestar emocional, por ejemplo, el pequeño ha tenido un problema en la escuela o está preocupado por alguna cosa. También cuando ha habido un cambio de rutinas, como el inicio de la escuela o de las vacaciones, o un acontecimiento importante, por ejemplo, el nacimiento de un hermanito o un traslado.

Asimismo, hay que revisar y descartar que no haya una causa orgánica que provoque esta regresión. Por ejemplo, si los escapes van acompañados de síntomas como sensación frecuente de hacer pipí, pero solo salen gotitas, escozor al orinar u olor fuerte en la pipí, se podría pensar en la existencia de una infección de orina.

Los 5 consejos top para acompañar la retirada del pañal

  1. Intenta no apresurarte. Aprende a respetar sus tiempos, pues cada niño necesita su momento. Forzar el proceso puede ser contraproducente.
  2. Sé muy empático con el proceso. Es importante ponerse en la piel del niño, entender lo que supone para él ir al baño. Es un proceso de mucha complejidad, que debe recordar y repetir cada vez que tiene ganas de hacer pipí o popó.
  3. Acompaña el proceso con mucha calma y respeto, evitando regañar y emplear sobornos o chantajes.
  4. No utilices etiquetas (tipo “qué marrano eres”) y vigila cómo hablas delante de otras familias del proceso de control de esfínteres de tu hijo.
  5. Disfruta del proceso. Es un momento de cambio muy importante en el desarrollo de tu hijo, la primera vez que toma conciencia de su cuerpo, por lo que demuestra que se está haciendo mayor. Es bonito acompañarle sin más expectativas, simplemente respetando estos tiempos.

anna-estape-pediatraAnna Estapé
Pediatra
www.annaestape.com
Autora de Lía deja el pañal (Penguin Random House)