¿Cuándo se recomienda realizar las primeras visitas con el odontopediatra y el ortodoncista, los especialistas encargados de la salud bucodental de los niños? La ortodoncista Tamar Longás nos responde a esta duda tan frecuente y nos da las claves para garantizar un correcto seguimiento del desarrollo oral de nuestros peques.
Muchos padres y madres se preguntan cuándo hay que llevar al niño por primera vez al dentista. ¿Hay que esperar a que le salgan todos los dientes de leche o es mejor llevarlo cuando le empiecen a salir los primeros dientes definitivos? ¿Existe una edad concreta para hacerlo, independientemente de la fase de desarrollo dental que tenga cada niño?
En este artículo, vamos a responder a las dudas más frecuentes sobre este tema. Pero, antes de empezar, nos gustaría explicar cuál es la diferencia entre los dos especialistas encargados de velar por la salud bucodental de los más pequeños: el odontopediatra y el ortodoncista.
¿Cuál es la diferencia entre un odontopediatra y un ortodoncista?
Existen dos tipos de especialidades odontológicas que se encargan de la prevención y el tratamiento de los problemas de salud bucodental en niños. Hablamos de la odontopediatría y de la ortodoncia. Y es que sus funciones son diferentes:
Los odontopediatras son los dentistas especializados en el tratamiento de patologías dentales en niños, como, por ejemplo, caries, hipomineralizaciones, etc.
Los ortodoncistas son los odontólogos especializados en ortodoncia, que tratan las maloclusiones dentales tanto en niños como en adultos.
Mientras que la primera visita al odontopediatra se debe programar durante el primer año de vida del bebé, para visitar al ortodoncista habrá que esperar hasta los seis años. ¿Por qué? ¡Te lo contamos detalladamente a continuación!
¿Cuándo hacer la primera visita al odontopediatra?
Es recomendable que la primera visita al dentista, concretamente, al odontopediatra, tenga lugar con la erupción del primer diente y, como muy tarde, a los 12 meses de edad. Puede parecernos muy pronto, pero no lo es. De hecho, el aumento de caries en niños de 0 a 3 años es alarmante, llegando a afectar a casi el 40% de los pequeños en esta franja de edad.
No obstante, lo ideal sería que hubiera una cita prenatal con el dentista para hablar a los futuros padres de algunos aspectos fundamentales para una buena salud bucal:
La importancia de seguir una dieta sana sin azúcares y de realizar una higiene dental desde la erupción del primer diente.
Los beneficios de la lactancia materna para favorecer el desarrollo de los maxilares y prevenir maloclusiones.
La prevención de malos hábitos, como el uso prolongado del chupete y del biberón.
¿Cuándo llevar al niño al ortodoncista?
Así como conviene que la primera visita al odontopediatra se haga con la erupción del primer diente, la primera visita al ortodoncista se recomienda a los seis años de edad, según establece la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO). ¿Por qué precisamente a los seis años?
A esta edad empieza, generalmente, la erupción de los primeros dientes permanentes, los incisivos superiores e inferiores, y las muelas de los seis años.
A partir de los seis años, podemos detectar problemas en el crecimiento y el desarrollo del maxilar y de la mandíbula, cuestiones relacionadas con la respiración, la dinámica de la lengua, la pronunciación y los malos hábitos que hayan producido ciertas maloclusiones y alteraciones en la erupción de los dientes permanentes.
Entre los seis y los diez años, es una edad perfecta para realizar tratamientos de ortodoncia interceptiva y de ortopedia en los niños que los necesiten, ya que la respuesta es estupenda. Podemos redirigir el crecimiento del maxilar y de la mandíbula e intervenir en los problemas de espacio para la erupción de los dientes definitivos de una forma muy sencilla, eficaz y cómoda para los pacientes de estas edades. Algunos de estos problemas serán difíciles de solucionar a partir de la adolescencia; de ahí la importancia de una detección y un tratamiento precoz.
La elección de la técnica más adecuada para cada caso debe hacerla el ortodoncista. Clásicamente, este tipo de tratamientos interceptivos y precoces se han hecho con aparatología convencional, pero, con la aparición de las nuevas técnicas de ortodoncia y el uso de las nuevas tecnologías, también la ortodoncia en los peques, y no solo en los adultos, ha mejorado para hacerse más cómoda y sencilla, sin dejar de ser igual de eficaz.
Por eso, ahora, podemos tratar muchos casos también con alineadores transparentes que les facilitan su uso, porque pueden quitárselos para comer y lavarse los dientes. Aun así, los alineadores transparentes no sirven para todos los casos; sigue habiendo ciertas maloclusiones cuya corrección requiere otro tipo de aparatología.
¿Qué se hace en la primera cita con el ortodoncista?
Durante esta primera visita, el ortodoncista observará los siguientes factores:
Si el tamaño del maxilar del niño es normal, es decir, que no es muy estrecho ni demasiado ancho en relación con la mandíbula.
Si la mandíbula es grande o pequeña, y si está centrada o desviada.
Si los dientes de arriba y los de abajo están bien relacionados entre sí. Los de arriba no deben estar demasiado hacia fuera ni por detrás de los de abajo.
Si el pequeño respira bien por la nariz. El hecho de que un niño o niña no pueda respirar bien por la nariz le obliga a estar siempre con la boca entreabierta para poder respirar, y esto produce serias modificaciones en el crecimiento normal de la boca, los dientes y la cara, que, detectados a tiempo, se pueden corregir. En estos casos, es muy importante la colaboración entre el ortodoncista, el otorrino y el logopeda, para diagnosticar la o las causas que en cada paciente están provocando ese patrón de respiración oral en lugar de nasal.
Si existen malos hábitos, como la succión digital (chuparse el dedo), el uso prolongado del chupón más allá de los tres años o una alimentación excesivamente triturada. En este sentido, encontramos de forma muy habitual a niñas y niños que comen todos los alimentos muy procesados y blandos, lo cual requiere poco esfuerzo masticatorio. Hay que tener en cuenta que la masticación es un ejercicio y un estímulo necesario para el correcto desarrollo de la musculatura que rodea la boca, los maxilares y los dientes. Los niños deben comer pan tipo baguette, no pan de caja o de panadería, la fruta, a mordiscos, y la verdura, entera, y no abusar de jugos, purés y cremas.
¿Cómo ayudar al niño a no tener miedo al dentista?
Estas primeras visitas al odontopediatra con solo un año y al ortodoncista a los seis años de edad deben ser agradables, y realizarse con cariño por parte de los profesionales, que deben facilitar un entorno amigable para el niño. Esto es algo fundamental para que, en el futuro, acudir al dentista no genere ansiedad ni temor al pequeño.
La prevención siempre es nuestra mejor herramienta. Llevando a nuestros hijos a estas edades por primera vez y, después, acudiendo periódicamente a revisiones, conseguiremos detectar cualquier pequeño problema de forma tan precoz que su solución será siempre mucho más sencilla.
Los animo a introducir las visitas al odontopediatra y al ortodoncista dentro de la rutina de prevención de la salud de sus peques.
Dra. Tamar Longás Crespo
Licenciada en Odontología y Máster de Ortodoncia por la Universidad Complutense de Madrid.
Especialista en ortodoncia y ortopedia dentofacial en niños y adultos.
