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El apetito del niño en verano
En verano, los niños pueden perder el apetito. En realidad, el organismo de los pequeños cambia sus necesidades. Te ofrecemos unos consejos prácticos.
1. En verano, se quema menos energía, para mantener constante la temperatura corporal respecto a cuando hace frío y, por lo tanto, el organismo necesita consumir una cantidad menor de calorías a través de la alimentación.
• También en los niños, el calor tiende a reducir la necesidad de calorías y, en consecuencia, el apetito. Es normal que coman menos y con menor entusiasmo, y no hay que forzarlos para que hagan lo contrario. De todos modos, es frecuente que se alternen momentos de rechazo casi total de la comida con otros en los que los niños demuestran incluso más apetito del habitual. Es preciso respetar sus ritmos y su capacidad para regularse.
2. ¿Los cambios en la alimentación, como el destete, deben evitarse en verano, sobre todo durante las vacaciones?
• El verano no es el mejor período para iniciar el destete. El calor y el bochorno pueden incomodar al bebé, pero, si a esto se añade que, en lugar de la toma de siempre, el bebé se encuentra con una cuchara dura y fría y con alimentos nuevos, de sabor extraño y difíciles de tragar. Es mejor retrasar la introducción de los nuevos alimentos hasta la vuelta a casa, cuando la rutina tranquilizadora y el ambiente familiar faciliten los primeros intentos con la comida sólida.
3. Si para desayunar, el niño ya no quiere tomar la leche de siempre, ¿qué alternativas están indicadas en verano?
• En verano, el mejor sustituto de la leche es el yogur, debido a su consistencia cremosa y su sabor delicado, que resulta fresco y agradable. Otra alternativa son los batidos de fruta, que “disfrazan” el sabor de la leche y le confieren el dulzor y el aroma de las frutas. El calcio se encuentra en otros alimentos (queso fresco, verduras, legumbres, frutos secos, etc.); incluso el agua puede constituir una magnífica fuente de este mineral.
4. ¿Puede ser una buena idea sustituir el yogur o la fruta por un helado para la merienda del niño?, ¿qué tipo de helado?, ¿se puede usar como sustituto de la comida o de la cena en alguna ocasión?
• Ofrecer un helado al niño para merendar, en lugar de un yogur o de la fruta, no ofrece ventajas particulares, desde el punto de vista nutricional, pero tampoco supone problemas. Como sustitutos del yogur, son perfectos los helados que contienen leche.
• En cambio, el helado no puede sustituir a una comida o a una cena, dado que su composición nutritiva no es suficientemente variada y equilibrada.
5. El niño está desganado e inapetente por el calor. ¿Es mejor ofrecerle un plato único?
• Si está bien preparado, el plato único satisface el gusto y las necesidades de los pequeños, sin obligarlos a permanecer en la mesa durante mucho tiempo.
• Para que el plato único sea completo, debe tener un perfil nutricional equilibrado. Debe estar compuesto de almidón y proteínas de alto valor, así como contener una cantidad reducida de grasas. La pizza, el arroz con chícharos y las ensaladas de pasta son buenas propuestas para los niños.
6. Si al niño no le gusta la fruta ni la verdura, ¿cómo puede obtener y recuperar las sales minerales perdidas con el sudor?
• Si al niño no le gustan, se puede optar el agua mineral con un residuo fijo más elevado de lo normal (por ejemplo, con un valor comprendido entre 500 y 800 mg/l).
• La carne, el queso, el pescado y los huevos también son alimentos ricos en sales y compensan las que se han perdido con el sudor.
7. ¿A qué bebidas hay que dar preferencia?
• La mejor bebida para el niño es el agua. No proporciona calorías, no dificulta la digestión y apaga la sed. En cambio, hay que evitar las bebidas con gas, que representan un falso remedio contra la sed. Los jugos de fruta son excelentes, siempre y cuando estén compuestos al 100% de fruta y no contengan azúcares añadidos. No obstante, tampoco sustituyen al agua.