Los parches anticonceptivos son un método de contracepción femenino transdérmico, es decir, que liberan sus principios activos a través de la piel que, cada día, libera 20 microgramos de estrógenos y 150 miligramos de progestínico. Esta dosis equivale a la de la píldora denominada "ultraligera" y garantiza la misma eficacia contraceptiva: es decir, más del 99%.
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Ventajas de los parches anticonceptivos
Las ventajas de los parches anticonceptivos respecto a los anticonceptivos orales son varias:
- Las hormonas pasan directamente del parche a la sangre, saltándose el primer paso metabólico, en el hígado, como sucede en el caso de la píldora tradicional. Por lo tanto, se trata de un sistema de contracepción más ligero, puesto que se necesita una dosis menor de estrógenos y progestínicos para bloquear la ovulación con eficacia.
- Con el parche, las hormonas no pasan a través del aparato digestivo y, en caso de vómito o diarrea, la eficacia anticonceptiva permanece inalterada.
- Los parches anticonceptivos liberan una cantidad de fármaco continua y constante; en consecuencia, el nivel de hormonas de la sangre se mantiene inalterado, lo que garantiza una mayor fiabilidad sobre la inhibición de la ovulación.
Precisamente por este motivo, a diferencia de los anticonceptivos orales, si se olvidase aplicar el parche, la cobertura contraceptiva estaría asegurada durante 48 horas.
- Se ha demostrado que el parche no modifica el metabolismo de las grasas y de los azúcares, ni aumenta los valores de la presión sanguínea.
- La composición del parche interfiere muy poco en los mecanismos que causan la retención hídrica. Además, un estudio clínico ha demostrado que, con el parche, el incremento medio de peso es de 300 gramos, un valor mínimo.
Cómo utilizar los parches anticonceptivos
- Los parches anticonceptivos se deben aplicar sobre la piel limpia, seca y depilada. Las zonas donde se puede aplicar son las nalgas, el abdomen, la parte externa y superior del brazo, y la parte superior del tronco, en una posición en la que no sufra el roce continuo de la ropa ajustada.
- El parche no se debe aplicar en el pecho o en una zona de piel enrojecida, irritada o con cortes o quemaduras.
- Cuando se aplica el parche, hay que evitar tocar la parte adhesiva y, una vez colocado sobre la piel, se ha de presionar con fuerza durante unos segundos para adherir los bordes. Si se ha puesto correctamente, se pueden desarrollar todas las actividades cotidianas, incluso bañarse, ir al sauna o mojarse en la playa, sin tomar especiales precauciones.
- Para cada ciclo se usan tres parches, por lo que no hay necesidad de acordarse cada día de tomar el anticonceptivo. El primer parche se aplica el primer día del ciclo. En el octavo día, se quita y se sustituye por uno nuevo. En el decimoquinto día, se repite la operación con un nuevo parche. En la cuarta semana, a partir del día 22 del ciclo, se deja de utilizar el parche durante unos días, en los que aparecerá una hemorragia de suspensión, correspondiente a la menstruación.
Un nuevo ciclo anticonceptivo empieza el día después de la semana sin parche. De este modo, el día de sustitución y de aplicación de los nuevos parches siempre es el mismo (por ejemplo, el lunes).
- Cada vez que se aplica un parche nuevo, es mejor no colocarlo en la misma zona de la piel de la que se acaba de retirar el anterior, con el fin de evitar irritaciones. De todos modos, basta con desplazarlo unos centímetros.