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Independientes, callejeros, misteriosos y traicioneros. ¿Será cierto que los gatos son como "los pintan"? A lo largo de la historia, estos felinos han causado mucho interés, al grado de ser alabados o satanizados.
Seguro has escuchado alguno de los siguientes mitos de gatos y has creído en ellos, pero vamos a desmentirlos con una explicación razonable acerca del comportamiento de estos increíbles felinos.
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A continuación enumeramos 5 de los mitos más comunes sobre los gatos domésticos.
Aunque tienen fama de ser animales muy limpios, no pueden prescindir del baño con agua y jabón, por lo menos, una vez al mes.
No obstante, es cierto que el momento del baño no es el más agradable para un gato, lo cual no indica que le tenga miedo al agua. De hecho, si construyes este hábito desde que tu minino es cachorro, no tendrás problemas a futuro.
La lengua de los gatos cuenta con unas espinas puntiagudas curvadas llamadas papilas, que son fundamentales cuando se acicalan.
Cada cavidad tiene forma de "u" y ahí se almacena la saliva para que el gato la esparza a lengüetazos por todo su cuerpo. Esta característica es común para todos los felinos del reino animal.
¡Nada más lejos de la realidad! Si bien son felinos muy ágiles, es posible que, aunque caigan de pie, sufran lesiones en piernas y columna.
De acuerdo a la información proporcionada por el blog de la marca Hills, es más fácil que un gato se lastime en una caída corta que a una distancia larga, pues no tiene tiempo de maniobrar ni girar para amortiguar la caída, ocasionando que incluso no caiga de pie.
Existe un término llamado "síndrome del gato paracaidista", utilizado por los veterinarios para describir las lesiones -torceduras, fracturas de huesos y problemas respiratorios- ocasionadas por las caídas.
Este mito sobre gatos surge a raíz de la cultura popular y caricaturas como Tom y Jerry. No obstante, la convivencia entre un perro y un gato es posible.
Los gatos son animales que pueden estresarse ante cualquier estímulo, por lo que el primer encuentro con un perro podría generar mucha tensión y provocar que no se lleven bien.
Si lo que buscas es que tu perro y tu gato convivan, tendrás que hacer una serie de presentaciones.
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Siempre consulta a un especialista para que te guíe con las presentaciones entre tus mascotas.
Se ha dicho demasiado sobre la personalidad de los gatos, en mayor medida adjetivos negativos y comparándolos con sus compañeros domésticos, los perros.
Por un lado, los gatos son animales que deben mantenerse activos, pero los dueños interpretan esta característica con dejarlos salir a la calle. De ahí que se piense que son callejeros.
Contrario a la creencia, los gatos corren riesgos fuera de casa y un cuidado responsable por parte de sus cuidadores es brindarles espacios dentro de casa que les permitan jugar, explorar y mantener su mente activa (túneles, juguetes, rascadores; hasta una simple caja de cartón).
En cuanto a la personalidad, los gatos sí son independientes, pero cercanos a las personas que acostumbran a cuidar de ellos . Aunque se estresan con facilidad ante situaciones nuevas, pueden estar muy tranquilos en compañía de su familia.
Por último, si hablamos de la "traición", habría que pensar, más bien, si no estamos dotando de actitudes humanas a nuestro gato.
Tu amigo felino necesita de su familia los cuidados básicos -higiene, salud, alimentación, juego, tiempo- y afecto.
Si has escuchado hablar de la toxoplasmosis, seguro sabes de qué va este mito.
En realidad, el gato no es quien contagia de forma directa a la embarazada. Lo que sucede es que si está acostumbrado a cazar y alimentarse de lo que caza, alguno de los animales que come podría estar infectado con el parásito y, a la hora de desecharlo, el Toxoplasma gondii estará presente en sus heces.
Pese a que la toxoplasmosis es una enfermedad de riesgo durante el embarazo, es poco usual que un gato casero llegue a infectarse con el parásito que la ocasiona, ya que su alimentación está controlada a través de croquetas o alimento húmedo.
Por otro lado, a menos que se recojan las heces del arenero con las manos, el riesgo aún es bajo. Así que como medida permanente, con o sin parásito, la persona encargada de limpiar el arenero del gato deberá lavarse las manos antes y después de hacerlo.
Tampoco hay que olvidar que la toxoplasmosis también puede transmitirse si se consume carne contaminada y poco cocida.
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Seguro ya habías escuchado algunos de los mitos sobre los gatos que enumeramos. ¿Conoces algún otro? ¡Déjanos tu comentario!
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