Cenas ligeras: ¡te ayudan a perder peso!

Las cenas ligeras ayudan a perder peso, ¡así de claro! La cena es la última comida del día. Después de cenar, nos vamos a dormir, de manera que el cuerpo quema las calorías mínimas y gasta mucho menos energía. Por eso, la cena es la comida más importante a la hora de adelgazar. Si se cena mal, es la comida que más engorda; si se cena bien, es la comida que más favorece la pérdida de peso.

¿Qué entendemos por cenas ligeras?

• Es muy importante saber qué tipo de alimentos debemos ingerir en la cena. Si en la cena consumimos alimentos ricos en azúcares, como las frutas, o en hidratos de carbono, como el pan, los cereales o la pasta, nos será mucho más difícil adelgazar, porque estos alimentos aportan mucha energía al organismo y, al irnos a dormir, nuestro cuerpo no podrá quemarla en su totalidad.
• En cambio, si en la cena ingerimos alimentos ricos en proteínas, como el pescado o los huevos, el organismo tendrá que transformar estas proteínas en azúcares y, al hacerlo, gastará más calorías que las que hemos ingerido.
• Otra cuestión que se debe tener en cuenta cuando pensamos en una cena ligera es elegir alimentos que no requieran una digestión muy prolongada ni pesada, que nos puedan impedir conciliar el sueño.
• En cuanto a los alimentos con proteínas, es preferible el pescado a la carne, porque, además de ser más ligero y contener proteínas de alto valor nutricional, contiene los importantes ácidos grasos omega 3, un tipo de grasa muy beneficiosa para la salud. El pescado azul es especialmente rico en omega 3.
• Las bebidas también representan un factor importante: evita las bebidas azucaradas, con gas y el alcohol, puesto que añaden muchas calorías vacías y provocan gases.

Errores que no hay que cometer a la hora de la cena

• La clave de las cenas ligeras, como hemos visto, está en elegir alimentos basados en proteínas, preferiblemente pescado o huevo, con una guarnición de verduras.
  Para finalizar, es bueno tomar una infusión desteinada, digestiva y, a ser posible, con propiedades relajantes, como la tila, la valeriana, la hierba luisa o el azahar.
• Es fundamental evitar el "picoteo" mientras preparas la cena. Un trocito de queso, unos frutos secos, algo de embutido, una copita de vino... Estos "placeres" no te quitarán el hambre y, en cambio, añadirán muchas calorías a tu cena.
• Evita alimentos como el ajo, la cebolla cruda, el exceso de picante, los fritos, los rebozados, las comidas procesadas o muy elaboradas, las salsas con crema... Son alimentos que cuesta digerir, y que es preferible dejar para otro momento del día. Así no interferirás en la calidad de tu descanso y te sentirás mucho más ligera al día siguiente.
• Por último, algo muy importante: evita cenar muy tarde. Es preferible que cenes, como mínimo, dos o tres horas antes de irte a dormir. Así, evitarás irte a dormir sin haber hecho la digestión y con el estómago muy pesado.

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