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¡Vuelta a las aulas! Consejos del pediatra para estar tranquilos
Una de las primeras medidas que se tomaron al inicio de la pandemia fue el cierre de las escuelas. ¿Cómo va a ser el regreso a clases en un curso escolar que estará marcado por el coronavirus? ¡Con la ayuda del pediatra, aclaramos todas tus dudas!
- ¿Es seguro para los niños volver a las aulas?
- ¿Hasta qué punto el regreso a clases, de manera presencial, es importante para el bienestar de los niños? ¿Los niños necesitan volver a la escuela?
- ¿Qué medidas de prevención se deberían adoptar para que la escuela sea un lugar seguro para todos?
- Para los que empiezan la vida escolar, ¿cómo se podría facilitar su adaptación teniendo en cuenta las recomendaciones frente al COVID-19?
- La escuela no solo es un lugar de aprendizaje, sino también de socialización. ¿De qué manera afectará la nueva normalidad en las escuelas a la relación entre los niños?
- ¿A qué señales de alarma hay que prestar especial atención? ¿Cómo actuar en el caso de que el pequeño presente síntomas?
- ¿Cómo actuar ante un caso sospechoso en clase?
- ¿Qué deben hacer los padres cuando los niños lleguen a casa de la escuela?
¿Es seguro para los niños volver a las aulas?
Por definición, seguridad es la ausencia de riesgo, lo que, en la situación actual, me parece imposible garantizar. Parece lógico pensar que tanto las autoridades educativas como las sanitarias, sean de las del gobierno federal o de los diferentes estados de la República, valorarán en cada momento los riesgos y los beneficios, actuando en consecuencia, y promocionando siempre, junto con los equipos directivos y docentes de las escuelas, las medidas de prevención en las que tanto se insiste.
Como sabemos, estas medidas son: distancia interpersonal, que se ha marcado en un mínimo de un metro y medio, higiene frecuente de manos mediante lavado con agua y jabón o el empleo de gel antibacterial, y uso de cubrebocas, en general, en los mayores de seis años.
Creo que a nadie sorprenderá que las directrices previstas antes del comienzo del curso escolar se alteren y deban ser modificadas a lo largo del mismo, dependiendo de la incidencia de los contagios por el virus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-19.
¿Hasta qué punto el regreso a clases, de manera presencial, es importante para el bienestar de los niños? ¿Los niños necesitan volver a la escuela?
La vida durante la pandemia de la COVID-19 está siendo muy difícil para las madres, los padres, las niñas y los niños. El retorno a la escuela en el nuevo curso constituye una fase importante y positiva, pero también conlleva muchísimas dudas, que, a veces, no se ven resueltas por las declaraciones de las autoridades.
La respuesta a la cuestión sobre la importancia del regreso a clases de manera presencial es sí. Que los niños necesitan volver al escuela tiene la misma respuesta. La casa no es un centro educativo.
La formación de nuestros hijos y de nuestras hijas necesita de docentes profesionales y experimentados, y algunos de ellos no tienen preparación suficiente para el desarrollo de una actividad a distancia (videoconferencia).
(Te interesa: Rutinas y horarios para los niños en casa, en caso de confinamiento)
¿Qué medidas de prevención se deberían adoptar para que la escuela sea un lugar seguro para todos?
La Secretaria de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Salud (SS) consideran que el regreso a clases debe ser seguro, saludable y sostenible, para lo que señalan normas, cuyos objetivos se fundamentan en crear entornos escolares saludables y seguros a través de medidas de prevención, higiene y promoción de la salud adaptadas a cada etapa educativa. Para conseguir estos objetivos, es fundamental:
- La limitación de contactos, ya sea manteniendo una distancia de 1.5 metros o conformando grupos pequeños de convivencia.
- El uso obligatorio de cubrebocas a partir de los seis años.
- La toma de temperatura, por parte de los padres o en la escuela, antes de entrar en el centro.
- La higiene frecuente de manos como medida básica para evitar la transmisión, así como la higiene respiratoria.
- La ventilación frecuente de los espacios y la limpieza del centro.
- Una gestión adecuada y precoz ante la posible aparición de un caso.
Además de esta norma general de distancia de seguridad interpersonal, en Preescolar y Educación Primaria, se podrá optar por la alternativa de establecer grupos pequeños de alumnos, con un máximo de 20 alumnos/as, que, junto al tutor/a, puedan socializar y jugar entre sí sin tener que mantener la distancia interpersonal de forma estricta, algo que resulta muy difícil de cumplir a estas edades.
Estos grupos de convivencia estable deberán evitar la interacción con otros grupos del centro educativo, limitando, así, al máximo el número de contactos, lo que posibilitaría un rastreo de contactos rápido y más sencillo si se diera algún caso.
Para los que empiezan la vida escolar, ¿cómo se podría facilitar su adaptación teniendo en cuenta las recomendaciones frente al COVID-19?
La novedad que supone para un bebé, un niño o una niña su integración en a la vida escolar, inciando por la guardería o kínder, va a depender de su carácter, es decir, de su forma de ser, así como de las pautas seguidas para su adaptación.
Entrar en un ambiente nuevo, iniciarse en el nuevo concepto de “compañeros”, convivir en un lugar que no es su casa, con normas diferentes a las seguidas hasta entonces y separado de papá y mamá, no es fácil.
No diré nada nuevo si remarco la necesidad de apoyo y de comprensión por parte de los adultos o que la integración a la vida infantil debe ser paulatina. Los centros educativos suelen tener normas de adaptación encauzadas en ese sentido.
Lo cierto es que para los niños y las niñas que acuden por primera vez a una guardería o al kínder, no influye la existencia del nuevo coronavirus. Se trata de una adaptación más compleja, que los nuevos alumnos no pueden comparar con circunstancias previas vividas por ellos. El cambio y la nueva adaptación lo notarán cuando la pandemia haya pasado, y todos, bebés, niños y niñas, entren en la fase de “normalidad”, para lo que aún falta bastante tiempo.
La escuela no solo es un lugar de aprendizaje, sino también de socialización. ¿De qué manera afectará la nueva normalidad en las escuelas a la relación entre los niños?
El regreso a la escuela es necesaria en todas las edades, pero, sobre todo, lo es a partir de los seis años de edad, cuando los niños inician la primaria: en esta edad, es cuando empiezan a necesitar unas guías a nivel de aprendizaje y a nivel emocional y social, crearles la rutina de ir a la escuela y socializar con los amigos.
Los niños y las niñas más pequeños pueden cubrir estas necesidades en casa, pero, en los más mayores, no es tan fácil, ya que, en general, los padres no están preparados para ello y tampoco cuentan con las herramientas necesarias.
¿A qué señales de alarma hay que prestar especial atención? ¿Cómo actuar en el caso de que el pequeño presente síntomas?
Según los estudios realizados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, la enfermedad del COVID-19 puede manifestarse de diferentes maneras en unos u otros niños y niñas.
En muchos casos, los síntomas pueden ser muy similares a los de una gripe común, presentando fiebre y/o tos y/o dificultad respiratoria. En la mayoría de los casos, se trata de casos leves.
Solo un pequeño grupo de niños diagnosticados de COVID-19 ha padecido cuadros más graves. El cuadro clínico puede ser similar al de una infección vírica de las vías respiratorias altas, es decir, un resfriado simple. Otros cuadros más graves, como el Síndrome Inflamatorio Multisistémico en Niños (MIS-C, de las siglas en inglés) asociado al COVID-19, están siendo estudiados, entre otros servicios, por los CDC.
La sintomatología del MIS-C es más llamativa que la habitual del COVID-19 y más sugerente de gravedad, e incluye síntomas como los siguientes: fiebre, dolor abdominal, vómitos, diarrea, dolor de cuello, erupción cutánea, ojos inyectados en sangre, agotamiento intenso y otros cuya presencia sugiere gravedad.
La actuación de los padres ante la presencia de síntomas, indiquen gravedad o no, es la de contactar vía telefónica a los Servicios de Salud especialistas en este tema.
¿Cómo actuar ante un caso sospechoso en clase?
- Si un alumno o alumna desarrolla síntomas en la escuela, se le debe colocar un cubrebocas quirúrgico, aislarlo en una sala acondicionada para este uso, acompañado de un adulto, y contactar con la familia para que acuda a buscarlo.
- La familia deberá ponerse en contacto lo antes posible con su centro de salud de atención primaria de referencia. La escuela valorará la necesidad de realizar una PCR o explorar al niño o a la niña, y se indicará a la familia el momento y el lugar para llevarlo a cabo.
- Durante el tiempo que se tarde en obtener el diagnóstico, el niño o la niña debe permanecer en su domicilio junto a sus familiares, mientras que la actividad docente en la escuela continuará con normalidad.
- Si la PCR es negativa, el pequeño podrá regresar a la escuela tras permanecer 24 horas sin fiebre ni otros síntomas, siguiendo siempre las recomendaciones de su pediatra.
- En caso de que el resultado de la PCR fuera positivo, los contactos estrechos del alumno deberán permanecer en cuarentena en su domicilio durante 14 días, incluso en el caso de que todos dieran negativo a una posible prueba PCR. ¿Quién se considera contacto estrecho? Básicamente, las personas pertenecientes a su grupo de convivencia estable (alumnos y maestros) y las personas convivientes. Los contactos no estrechos pueden seguir acudiendo a la escuela, extremando, como siempre, las medidas de precaución.
- El niño o la niña diagnosticado de COVID-19 no debe acudir a la escuela hasta transcurridos tres días desde el fin del cuadro clínico y un mínimo de diez días desde el inicio de los síntomas.
¿Qué deben hacer los padres cuando los niños lleguen a casa de la escuela?
- Quitarles los zapatos y dejarlos en la puerta. El calzado, aunque de manera poco frecuente, es un vehículo de transmisión del virus.
- Lavarse las manos con agua y jabón. Puede ser una medida de práctica familiar. Como sustituto, puede utilizarse gel antibacterial o alcohol de 70 grados.
- Dejar los objetos que no se necesiten en una caja en la entrada.
- Desinfectar los lentes, si se usan, limpiándolos cuidadosamente con gel antibacterial o con una solución de cloro en agua. Lo mismo debe hacerse si es un adolescente que ya trae celular.
- Separar en una bolsa la ropa, sin sacudirla, para lavarla a temperatura elevada.
Dr. Luis González Trapote
Grupo para la Investigación y Docencia en Pediatría Extrahospitalaria (GRINDOPE)