Una mamá nos cuenta su lucha por sobrevivir: ¡le diagnosticaron COVID-19 y preeclampsia poco antes de dar a luz a mellizos!

13 Dec 2023
Marta Fernández, mamá de Lia y Lucas

Han tenido que pasar cinco meses para que Marta, mamá de Lia y Lucas, tuviera la fuerza para relatarnos cómo fue la dura experiencia que vivió con su parto. Embarazada de mellizos, a Marta le diagnosticaron COVID-19 antes de la cesárea que tenía programada y, a partir de allí, las cosas se complicaron cada vez más en el hospital. ¡Ella nos lo cuenta!

Su nombre es Marta Fernández, de Cataluña, España, y lo que ha vivido esta mamá de unos preciosos mellizos, Lia y Lucas, que ahora tienen cinco meses, es muy difícil de relatar, tanto, que Marta tuvo que esperar varios meses en poder explicarnos cómo fue su dura experiencia al dar a luz, acabada de diagnosticar con COVID-19 y sometiéndose a una complicada cesárea, pues los médicos vieron que padecía preeclampsia al poco de entrar a quirófano.

Marta no tuvo el parto que le habría gustado. Jamás imaginó que dar a luz a sus bebés sería una experiencia tan dura y desgarradora como la que vivió. Por suerte, ahora lo puede explicar y tanto ella como sus bebés están bien, pero cuando hace cinco meses acudió al hospital para dar a luz tuvo serias dudas de si saldría de allí con vida. 

Una cesárea programada, todo parecía ir viento en popa

Embarazada de mellizos, Marta Fernández tenía programada en junio la cesárea. Todo parecía ir bien hasta que, al llegar al hospital, las cosas empezaron a complicarse. Marta debía entrar a quirófano aquella tarde, pero por la mañana, al hacerles una PCR a ella y a su marido, la sorpresa fue mayúscula para ambos: ¡eran positivos en COVID-19! 

"En ningún momento pensé en ser COVID positiva, no me lo esperaba. Sí es verdad que yo tenía sensación de ahogo, pero siempre lo había relacionado al aumento de peso debido a la gran panza", recuerda Marta. 

PCR en el hospital

A pesar de ello, al haber dado positivo los dos, les dijeron que podían estar juntos durante la cesárea. Pero la cosa siguió complicándose, pues poco antes de entrar a quirófano los médicos vieron que Marta tenía preeclampsia, con una presión arterial a 20 y un nivel de plaquetas muy justo. 

Marta tampoco se esperaba aquello. "Cada semana realizaba dos visitas, dos sesiones de monitores semanales con mi ginecóloga, la cual me decía que todo estaba bien, las constantes, la presión... y que tenía hinchazón en las piernas por retención de líquidos. Yo había leído que un síntoma de preeclampsia era tener las piernas muy hinchadas. Se lo comenté a mi Dra, pero me contestó que no era lo que me estaba pasando a mí, que era retención. Sin embargo, el día del parto entré con preeclampsia al tener a 20 de presión".

Diagnóstico: preeclampsia, además de COVID-19... Todo se complica

La salud de Marta se iba debilitando por momentos y los médicos le aconsejaron una cesárea con anestesia general, algo que ella no quería de ninguna manera. A pesar de la gravedad de la situación, en la que los médicos incluso llegaron a preguntarles a Marta y a su marido a quién preferirían salvar en caso de que pasara lo peor, si a ella o a los bebés, finalmente Marta consiguió convencer a su doctora de que la cesárea fuera con epidural. 

"En esos momentos, en los que estas sola, detrás de una tela, y escuchando cómo la situación empeora a cada segundo, no piensas en la gravedad de no poder hacer piel con piel con tus bebés. Solo piensas en salvarte, mejor dicho, solo pensaba en que me salvaran la vida todo el equipo de profesionales que había detrás de la tela...", explica Marta.

Marta recuerda que solamente le dejaron sostener a sus bebés unos instantes, segundos. Después, se los llevaron con su marido. Ella, sin casi darse cuenta, pasó del quirófano a la UCI. Uno de los bebés, Lucas, tuvo que permanecer a la incubadora tres días, pues no respiraba bien y sus pulmones debían madurar debidamente. Lia estaba con su padre.

"En el quirófano intentaban estabilizar mi hipertensión, sin mucho éxito. Y además, uno de los síntomas de la preeclampsia es el edema pulmonar, síntoma el cual yo también padecí... Se me juntó el edema pulmonar de la preeclampsia, más la pulmonía que me derivó del COVID-19... Y acabé así en la UCI", recuerda. 

Marta no puede más... ¡y pide el alta antes de tiempo!

Pasados los angustiosos días en la UCI, finalmente pasaron a Marta a planta y, ya en la habitación, pudo estar con su marido y su hija. Lucas todavía se encontraba en la Unidad de Neonatos, en la incubadora, pero pronto se pudo reunir, estando ya bien, con el resto de la familia. Ahí permanecieron, todos juntos durante ocho días.

Gemelos en el hospitalElla lo recuerda como algo muy claustrofóbico: "Recuerdo la obligación de llevar el cubrebocas al cargar a los bebés. Era horroroso. El darles el pecho con cubrebocas, no poder darles ni un beso... Pensar que estás entre cuatro paredes día tras día... Sin família, sin amigos, solos los cuatro... Sentí tanta angustia por ellos, que pedí mi alta antes de tiempo..."
 
El doctor le advirtió a Marta que, si la daba el alta, en unos días volvería a estar ahí. A ella le daba igual: "Pedí el alta porque yo era la razón por la que los cuatro estábamos allí encerrados. Y pensé que si era necesario, yo tendría que regresar, pero prefería estar en casa, aunque fuese los cuatro solos, pero en casa... Al llegar a casa sentí comodidad... Era muy, muy angustioso estar en una habitación encerrados. No estaba bien, pero estábamos en nuestro hogar", recuerda.

Su gran deseo de dar el pecho a sus bebés... un sueño truncado

A todo ello cabe abrir un capítulo aparte en relación con la lactancia materna, pues a Marta le hubiero gustado poder dar el pecho a sus bebés, aunque era consciente que al ser dos hijos a la vez, podía ser algo más complicado. Sin embargo, la realidad fue bien distinta, pues todo lo vivido en el hospital hizo imposible que pudiera hacerlo.

Ambos bebés, tanto Lucas como Lia, se acostumbraron al biberón desde sus primeros días de vida, pues el grave estado de salud de Marta imposibilitó empezar con la lactancia materna. Así pues, aunque Marta lo intentó, acabó practicando la lactancia mixta. A Lia le gustaba más el pecho que a su hermano Lucas, que tenía una clara predilección por el biberón, pero aún así, combinaba el pecho con el biberón. 

Para Marta fue algo muy frustrante, pues ella intentaba estimular el pecho, pero a pesar del esfuerzo que ello le suponía, como tomaba cortisona, la leche que se extraía con el sacaleches debía ser desechada. Al no ser la situación idónea, y muy a su pesar, Marta acabó decidiendo, con la pediatra, dejar de estimular el pecho para producir leche. 

En casa, solamente dos días y... de regreso al hospital

 
Ya de regreso a su casa, Marta no mejoraba, al contrario iba empeorando... ¡La suya era un árdua batalla! "Al segundo día de estar en casa yo deliraba, tenía mucha fiebre y sacaba sangre por la boca... Pasé de nuevo a urgencias, de ahí a la planta de enfermedades infecciosas. Tenía neumonía doble. Fueron seis días horrorosos, separada de mi marido y de mis bebés...", explica Marta.
 
"Fueron los peores días de mi vida. Sola, aislada, vomitando, sacando sangre por la boca al toser. Recuerdo mirar por la ventana y pensar en si volvería a andar por esas calles algun día. Sobre todo los tres primeros días fueron totalmente tristes. Pensaba en mi madre, en mi marido, en mis bebés... en mi familia y amigos. Me perdí el primer baño de los bebés, me perdí mil momentos que para mí eran desgarradores.. .¿Cómo no podía estar yo con mis hijos en sus primeros dias?", se lamenta.

Finalmente, ¡Marta vuelve recuperada a casa!

Tras el infierno vivido en el hospital, finalmente Marta mejoró, lentamente y con mucha paciencia, acabó recuperándose. Al regresar a su casa Marta ya era negativa en COVID-19, pero todavía se ahogaba a la que andaba tres pasos... Poco a poco fue recuperándose, pero le quedaron secuelas de todo aquello que vivió. 
 
A nivel físico, Marta cuenta que debido al COVID-19 ha sufrido mucha caída del cabello, pero la secuela más dolorosa es la psicológica, pues ella misma confiesa que después de todo lo vivido ha precisado, como es muy normal, ayuda psicológica, pues ha sido con el paso del tiempo que el trauma por toda la experiencia vivida ha empezado a asomar y Marta, valiente y consciente de ello, no ha dudado en seguir un tratamiento. Ahora, puede decir que cada día está mejor y que se siente feliz de poder estar junto a su marido y sus dos preciosos bebés, Lia y Lucas. 

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Una historia de supervivencia increíble, ¿verdad? ¡El sufrimiento de esta mamá no puede explicarse en palabras! ¡Debió vivir un auténtico infierno! ¿Te sientes identificada en algún sentido? ¡Déjanos tu comentario!

REDACTORA MI BEBÉ Y YO. Coordinadora de la sección Mujer Hoy, y experta en embarazo, bebés y niños.

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