Maniobra de Hamilton: polémica y riesgos

15 Jan 2025
Maniobra de Hamilton

La maniobra de Hamilton es una técnica que puede utilizarse para inducir el parto de manera natural cuando el embarazo ha llegado a término. Conocer en qué consiste la a maniobra de Hamilton, cuándo es recomendable y sus posibles efectos puede ayudar a las futuras madres a tomar decisiones informadas junto con su médico. En este artículo, profundizaremos en qué es la maniobra de Hamilton, cómo se realiza y qué implicaciones puede tener.

¿Qué es la maniobra de Hamilton?

La maniobra de Hamilton, también conocida como despegamiento de membranas, es un procedimiento que se realiza para estimular el inicio del trabajo de parto de manera natural.

Consiste en que el profesional de la salud introduce un dedo en el cuello del útero y realiza un movimiento circular para despegar las membranas amnióticas del cuello uterino. Esta técnica ayuda a liberar prostaglandinas, las cuales pueden inducir contracciones uterinas. Es decir, es una forma manual de inducir el parto sin recurrir a fármacos.

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¿Cuándo y cómo se realiza la Maniobra de Hamilton?

La maniobra de Hamilton se suele realizar a partir de la semana 38 de embarazo, cuando el cuello uterino ha comenzado a dilatarse y el embarazo está a término. Es una opción que se considera cuando el parto no se ha iniciado de forma natural y la madre o el médico desean evitar métodos de inducción más invasivos, como el uso de oxitocina o la rotura de la bolsa amniótica.

Durante el procedimiento, la mujer se coloca en posición ginecológica y el médico introduce un dedo, generalmente cubierto con un guante lubricado, en el cuello uterino. Al realizar un movimiento circular, el médico separa las membranas que rodean al bebé de la pared uterina. La maniobra puede resultar incómoda o dolorosa para algunas mujeres, y es común que se experimente un leve sangrado después de su realización.

parto maniobra hamilton

Beneficios y riesgos de la Maniobra de Hamilton

Beneficios

  1. Estimula el trabajo de parto de manera natural: Ayuda a liberar prostaglandinas que pueden inducir contracciones uterinas, evitando el uso de medicamentos.
  2. Alternativa menos invasiva: Comparada con otros métodos de inducción como la oxitocina o la ruptura de la bolsa amniótica, es un procedimiento menos intervencionista.
  3. Puede reducir la necesidad de una cesárea: Si la maniobra tiene éxito, el inicio del trabajo de parto puede ser más suave, disminuyendo la posibilidad de intervenciones mayores.
  4. Se puede realizar en consulta médica: No requiere hospitalización ni equipos complejos, lo cual facilita su aplicación en el consultorio de un ginecólogo.
  5. Proporciona la posibilidad de un parto más planificado: Para las mujeres que desean evitar un embarazo prolongado, la maniobra puede ayudar a acelerar el inicio del parto dentro de un entorno controlado.

Riesgos

  1. Dolor e incomodidad: La maniobra puede ser dolorosa o causar molestias significativas para algunas mujeres debido a la presión aplicada en el cuello uterino.
  2. Posible sangrado vaginal: Es común que se produzca un leve sangrado después de la maniobra debido a la manipulación del cuello uterino.
  3. Contracciones irregulares: En algunos casos, la maniobra puede desencadenar contracciones que no se traducen en un trabajo de parto efectivo, lo que puede resultar frustrante y desconcertante.
  4. Rotura de membranas no planificada: Existe el riesgo de que las membranas se rompan involuntariamente durante la maniobra, lo que podría requerir una inducción más rápida o una intervención médica.
  5. Infección: Como cualquier procedimiento que implica la manipulación interna del cuello uterino, la maniobra de Hamilton conlleva un ligero riesgo de infección si no se realiza con las medidas higiénicas adecuadas.

5 Alternativas a la maniobra de Hamilton para inducir el parto

Si la maniobra de Hamilton no es una opción deseada o adecuada, existen otras maneras de estimular el inicio del trabajo de parto, así como métodos naturales para adelantar el parto, tales como:

  1. Caminatas y ejercicios suaves: Realizar caminatas diarias o ejercicios de bajo impacto puede ser una forma sencilla y efectiva de favorecer el inicio del trabajo de parto. El movimiento ayuda a que el bebé descienda en la pelvis y ejerza presión sobre el cuello uterino, lo que puede estimular la dilatación y el inicio de las contracciones. Además, la actividad física suave contribuye a mejorar la circulación y el bienestar general de la madre.

  2. Estimulación de los pezones: La estimulación manual de los pezones puede ayudar a liberar oxitocina, la hormona que provoca las contracciones del útero. Esta técnica puede realizarse manualmente o utilizando un extractor de leche. Sin embargo, es importante que esta práctica se realice bajo la supervisión de un profesional de la salud, ya que puede desencadenar contracciones intensas si se estimula de manera excesiva.

  3. Relaciones sexuales: Tener relaciones sexuales cerca de la fecha probable de parto puede ayudar a inducir el trabajo de parto de forma natural. El semen contiene prostaglandinas, que pueden ayudar a suavizar el cuello uterino, mientras que el orgasmo en la mujer puede estimular contracciones uterinas. Sin embargo, es fundamental que la bolsa amniótica esté intacta y que no haya complicaciones médicas antes de optar por esta alternativa.

  4. Aceite de onagra: El aceite de onagra es un suplemento que algunas mujeres toman en las últimas semanas de embarazo para ayudar a preparar el cuello uterino para el parto. Se cree que los ácidos grasos esenciales del aceite de onagra favorecen la producción de prostaglandinas, que ayudan a ablandar y dilatar el cuello uterino. Puede tomarse en forma de cápsulas o aplicarse directamente en la zona cervical, pero siempre bajo la recomendación de un médico, ya que su uso no está exento de riesgos.

  5. Terapias de relajación y acupuntura: La acupuntura es una técnica de la medicina tradicional china que consiste en la estimulación de ciertos puntos del cuerpo mediante agujas. En algunos casos, la acupuntura se utiliza para ayudar a inducir el parto, ya que se cree que puede favorecer la liberación de hormonas y relajar el cuerpo. También existen otras técnicas de relajación, como la meditación y el yoga, que ayudan a reducir la ansiedad y preparar a la madre para el trabajo de parto, aunque su impacto directo en la inducción del parto es variable.

(Te interesa: Parto inducido, ¿cuándo es necesario?)

Preguntas frecuentes sobre la maniobra de Hamilton

¿Cuánto tarda en hacer efecto?

Una vez que se practica la maniobra de Hamilton, si esta ha tenido éxito, el parto no suele tardar más de 24-48 horas en ponerse en marcha. En otras palabras, la liberación de prostaglandinas de manera fisiológica debido a la estimulación manual actúa como lo harían las prostaglandinas sintéticas a la hora de provocar las primeras contracciones de parto.

¿Es dolorosa?

La maniobra de Hamilton puede ser incómoda y, en algunos casos, dolorosa, dependiendo de la sensibilidad de cada mujer y de la dilatación del cuello uterino. Es normal sentir presión y malestar durante el procedimiento.

¿Puede ser peligrosa?

Si bien es un procedimiento generalmente seguro, puede tener riesgos como un leve sangrado, malestar y la posibilidad de rotura de membranas de forma involuntaria, lo cual puede acelerar la necesidad de una intervención médica.

¿Cuánto tiempo después comienza el parto?

El trabajo de parto puede comenzar dentro de las 24 a 48 horas después de la maniobra de Hamilton, aunque esto varía según cada mujer y las condiciones del embarazo.

(Te interesa: Contracciones de parto: cómo reconocerlas)

¿Cuántas veces se puede realizar?

En algunos casos, la maniobra puede repetirse después de unos días si no ha sido efectiva la primera vez. Sin embargo, esto debe ser evaluado y decidido por el profesional de salud que lleva el seguimiento del embarazo.

¿Qué porcentaje de éxito tiene?

En caso de efectuarse, la maniobra de Hamilton tiene un porcentaje de éxito elevado. Si bien no está cuantificado, dado que resulta difícil estar seguros si el parto se ha producido de forma natural o a causa de la estimulación manual de la maniobra, la mayoría de las mujeres se ponen de parto antes de 48 horas después de su realización.

Conclusión y recomendaciones

La maniobra de Hamilton es una opción a considerar cuando el parto no se inicia de manera natural, especialmente si la madre desea un método de inducción menos invasivo. Sin embargo, es fundamental que se realice bajo la supervisión de un profesional y después de una conversación detallada sobre sus beneficios y posibles riesgos. Como en cualquier procedimiento, la seguridad y el bienestar de la madre y el bebé deben ser la prioridad.

Fuentes y Bibliografía

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Comentarios (4)
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Ferila
Muy buena informacion gracias
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santyfer
Buen articulo da miedo, si sólo mencionar parto imaginense ahora esa maniobra hamilton pero buen artículo,
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Kary_Lugo
Asombroso
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Leh1
Lo más importante es velar por la salud y seguridad de la madre y el hijo!