Frío y mal tiempo con bebés y niños: consejos para protegerlos

15 Nov 2024
Frío y mal tiempo con bebés y niños: consejos para protegerlos

Exceso de abrigo, cambios bruscos de temperatura, sequedad en el ambiente y mucosidad... son los principales enemigos del recién nacido. Te damos muchas recomendaciones para evitar el frío en el bebé y protegerle de los agentes externos más agresivos.

El otoño y el invierno son estaciones especialmente complicadas para el cuidado del bebé. Es importante prepararse para la llegada del mal tiempo y, de esta manera, evitar el frío en bebé, es decir, las consecuencias de las bajadas de las temperaturas para la salud del recién nacido y el bebé pequeñito.

Los peligros del frío para el bebé

  • El principal peligro es que existe un incremento en el número fallecidos por el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) entre los bebés nacidos en meses fríos. Para prevenirlo, es fundamental evitar al lactante el sobrecalentamiento derivado del exceso de abrigo y calefacción.
  • El frío no es el principal enemigo del bebé, sino los cambios bruscos de temperatura. Se deben vigilar los contrastes ocasionados por las salidas a lugares fríos.
  • Otro punto importante es el referido a los cuidados específicos que requiere la piel del bebé durante las estaciones más frías del año.
  • Asimismo, es imprescindible extremar el cuidado en la alimentación del bebé con el aporte de nutrientes suficientes que le ayude a reforzar su sistema inmunitario.

mama bebe paseo invierno

Recomendaciones para preparar al bebé para la llegada del frío

A continuación, te ofrecemos unos prácticos consejos que te ayudarán a evitar que el bebé pase frío en invierno, sin que por ello tenga que pasar calor o sudar. ¡El justo equilibrio!

No abrigar en exceso

  • Durante los meses de frío, hay que evitar abrigar de manera excesiva al bebé o mantenerle en estancias con la calefacción muy elevada, que le puedan provocar un sobrecalentamiento corporal.
  • No en vano, estudios médicos relacionan de manera directa este factor con el incremento de las muertes de lactantes por SMSL, la temida muerte súbita.
  • Asimismo, es importante adaptar la ropa del bebé a la temperatura del cuarto o la estancia en la que se encuentra. Por ejemplo, si entramos en una tienda o en un medio de transporte público con el pequeño, debemos quitarle el abriguito o el gorro, para que evitar el riesgo de sobrecalentamiento.

No, a los cambios de temperatura

  • Es importante no exponer al lactante a bruscos cambios de temperaturas y tratar de salir con él en las horas centrales del día, cuando los contrastes son menos fuertes. 
  • En el entorno del bebé, hay que mantener una temperatura constante que ronde los 20 grados, y un nivel de humedad del 50%, como mínimo.
  • Como hemos dicho antes, siempre debemos valorar la cantidad de ropa que ha de llevar puesta el pequeño, en función de la temperatura de la estancia en la que nos encontremos.

Referencias válidas de temperatura corporal del bebé

  • La temperatura corporal del bebé debe controlarse en la nuca y en el cuello.
  • El mecanismo de termorregulación del recién nacido aún no está del todo desarrollado, por lo que otros signos (color de la piel, sudor, manos frías o calientes) pueden inducirnos a equivocaciones.
  • Muy importante: las manos o los pies del bebé pueden estar fríos, sin que ello signifique que el pequeño tiene frío. Como hemos visto, los indicadores valídos no se sitúan en las extremidades, sino más cerca de la cabecita.

Humedad, en su justa medida

  • Un ambiente demasiado seco puede impedir que el organismo del lactante expulse de manera correcta las impurezas.
  • Esto sucede porque la nariz se obstruye, lo que puede ocasionarle dolor de garganta y tos.
  • Un nivel de humedad del 50 % facilita el hecho de que la mucosa nasal y de la garganta se mantengan hidratadas, y evitar así la sequedad irritante para el pequeño.

Naricita despejada

  • Durante las estaciones más frías es corriente la aparición de mucosidad más abundante, por lo que hay que mantener la higiene de las mucosas del bebé a través del empleo continuado del suero fisiológico y del aspirador nasal. 
  • Cabe recordar que los bebés más pequeñitos no saben respirar por la boca, de manera que se entiende la importancia de mantener su naricita despejada en todo momento.
  • Una buena costumbre es limpiar la nariz del bebé antes de acostarle, para asegurarnos de que duerme tranquilo y respirando bien.

Ropita delicada para proteger su piel

  • La delicada piel del bebé acusa durante los meses fríos el calor provocado por la calefacción y los roces ocasionados por la ropa, por lo que es importante emplear prendas de vestir suaves y que no sean ajustadas, que permitan la correcta ventilación de la piel.
  • Los tejidos más adecuados son los naturales: algodón, lino y lana suave, si hace mucho frío, que no estén en contacto directo con la piel, sino por encima de una camiseta de algódón transpirable.

Hidratación y productos adecuados

  • Es importante hidratar la piel del bebé con cremas provistas de activos humectantes y emolientes, si es posible de origen vegetal.
  • Asimismo, es necesario aplicarle pomadas calmantes y reparadoras para la zona peribucal, que se puede ver especialmente afectada por el viento. 

Alimentación higiénica

  • Dado que su sistema inmunitario es aún débil, se deben extremar las medidas higiénicas en su alimentación, ya sea en el caso de la lactancia con biberón o en el de lactancia materna.
  • Una alimentación variada, equilibrada y compuesta de alimentos de alto contenido en vitaminas y minerales, como las frutas y las verduras, por ejemplo, es fundamental para que las defensas del bebé cuenten con todas las reservas que necesitan en la estación más dura para ellas.

¡No lo mediques sin consultar al pediatra!

  • Nunca hay que medicar a un bebé sin la supervisión de un pediatra y es importante seguir las pautas aconsejadas (dosis, intervalo entre tomas, duración del tratamiento…).
  • Ni siquiera en el caso de fármacos de uso común, antipiréticos y analgésicos, como el paracetamol o el ibuprofeno, es conveniente administrárselos sin el consentimiento del profesional. ¡Una llamada nunca está de más!
Artículos del especial ¿Cómo cuidamos la piel de bebé en temporada de frío?

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