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Cómo limpiar los ojos y la nariz del bebé
¿Cómo debe realizarse la higiene de la nariz del recién nacido? Te explicamos cómo limpiar correctamente los ojos y la nariz de tu hijo.
Una de las tareas más delicadas a la hora de realizar la higiene del recién nacido consiste en la limpieza de los ojos y la nariz. Por lo delicadas que son ambas zonas del cuerpo, requieren de unos cuidados específicos para garantizar una higiene saludable y apropiada para el pequeño. Además, a menudo, los ojos y la nariz muestran síntomas de ciertos trastornos, como lagrimeo, en el caso de los ojos, o mucosidad, en el de la nariz. En estos casos, se deberán realizar cuidados meticulosos y constantes, que deberán seguir unos pasos específicos para aliviar al bebé.
Cómo limpiar los ojos del bebé
Durante los primeros meses, el recién nacido presenta lagañas en sus ojitos de forma habitual, por lo que la limpieza a diario de los ojos resulta fundamental para prevenir posibles complicaciones, como la oclusión temporal de los canales lagrimales.
Cabe recordar que las lagañas son acumulaciones de lágrima seca y células epiteliales muertas, y su función es proteger a los ojos de bacterias, partículas de suciedad u otros materiales extraños. Son normales, pero si hay exceso de ellas en los ojos del pequeño pueden dar pistas sobre posibles problemas de salud ocular..
Por ese motivo, resulta tan importante limpiar los ojos diariamente, incluso más de una vez a lo largo del día, con gasas de algodón empapadas en manzanilla o con toallitas específicas para este fin. En este sentido, debes tener en cuenta que se debe utilizar una gasa diferente para cada ojo. Además del uso de gasas o de toallitas, también resulta adecuado utilizar una solución fisiológica estéril, que puedes encontrar en farmacias.
¿Qué ocurre si, al despertarse, tu bebé tiene los párpados llenos de una secreción amarillenta y pegajosa? Significa que hay bacterias y que, por lo tanto, la limpieza de los ojos deberá realizarse escrupulosamente. Es aconsejable utilizar una solución fisiológica estéril templada, empaparla en dos gasitas y limpiar cada ojo con mucha delicadeza. Para realizar correctamente la higiene, la gasa deberá desplazarse desde la parte interior del ojo hacia la parte exterior.
Cómo limpiar la nariz del bebé
La limpieza nasal del recién nacido resulta imprescindible cuando el pequeño está congestionado, que es cuando se hace necesario el uso de agua de mar o de una solución fisiológica, para efectuar un correcto lavado de la nariz. Es muy importante que tengas en cuenta que el lavado nasal nunca debe hacerse con el bebé mirando hacia arriba, ya que el líquido podría pasar a la garganta. Lo adecuado es acostar al bebé boca arriba, girar su cabeza hacia un lado, mantenerla bien sujetada y aplicar el productos en el orificio nasal superior. Pasados unos 20 segundos, aproximadamente, ya puedes incorporar al pequeño para que expulse las mucosidades.
Por otro lado, para eliminar los mocos que permanecen en las fosas nasales, es aconsejable utilizar un aspirador nasal. Para ello, se debe volver a acostar al niño, colocar la boquilla en uno de los orificios nasales del bebé y el otro extremo en la boca de la mamá. Se debe aspirar de forma suave y regular.
(Te interesa: La higiene del recién nacido)