Dermatitis atópica: los consejos del experto

24 Oct 2024
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La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel característica de bebés y niños que suele producir síntomas muy molestos. Te enseñamos a reconocer el trastorno y a cuidar la piel atópica de los más pequeños.

 La dermatitis atópica, también llamada eccema, es la enfermedad crónica de la piel más frecuente durante la infancia. Se caracteriza, fundamentalmente, por la sequedad de la piel, lo que conlleva a su descamación e irritación, y provoca síntomas molestos como la comezón.

Generalmente, la dermatitis atópica comienza a los dos meses de vida, aunque cerca de un 60% de los niños tendrán síntomas antes del año, y solo un 10% de ellos continuarán con la enfermedad más allá de los siete años.

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¿Cuáles son los síntomas más característicos?

Los síntomas más comunes de la dermatitis atópica en bebés son:

  • Irritación: prurito o comezón muy intensa. Este es el síntoma principal que siempre está presente. A veces, llega a ser tan intenso que puede impedir que el bebé duerma o descanse durante la noche, además de hacer que se muestre más irritable.
  • Sequedad extrema de la piel.
  • Inflamación.
  • Lesiones eccematosas.
  • Enrojecimiento.
  • También son muy frecuentes las lesiones producidas por el rascado y la sobreinfección de estas.

La zona de aparición de las lesiones varía en función de la edad. Durante la lactancia, son frecuentes, sobre todo, en las mejillas, y pueden extenderse hasta la frente y el cuero cabelludo. En bebés un poco más mayores y niños, las lesiones aparecen en la cara, en el tronco, y en los pliegues o cara interna de las articulaciones del codo y de la rodilla.

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7 consejos para cuidar las pieles atópicas

1. El baño del bebé debe realizarse con agua tibia y durante un período corto de tiempo.

2. El uso de un producto de limpieza adecuado es imprescindible para el cuidado de la piel atópica. Se debe elegir un jabón y un shampoo suaves, sin detergentes agresivos, y que tenga un pH ligeramente ácido, pues así se contribuye al mantenimiento de los microorganismos beneficiosos.

3. Tras la higiene, hay que secar al bebé con mucho cuidado, sin frotar la piel, y aplicar un producto que aporte hidratación y sea emoliente.

4. Hay que evitar el rascado, ya que, además de irritar más la piel, puede producir sobreinfecciones. Un consejo para que el bebé no se rasque es mantener sus uñas cortas. En ocasiones, también puede ser útil el empleo de unos guantes de algodón.

5. La protección solar es muy importante. Es preferible evitar exponer al bebé a los rayos del sol, pero, si esto no fuera posible, sería conveniente hacer uso de un producto barrera frente a agentes externos (sudor, arena, agua de mar, cloro…).

6. La ropa más adecuada es la de algodón, pues tiene un menor riesgo de provocar irritaciones y permite que la piel transpire. Para la limpieza de la ropa, se deberán usar jabones hipoalergénicos y evitar el uso de suavizantes.

7. Por último, es importante mantener al bebé a una temperatura adecuada, sin que pase frío, pero que tampoco llegue a sudar. El sudor puede causar irritación y la calefacción reseca mucho el ambiente.

dermatitis atopica dermatologa veronica lopezDra. Verónica López
Dermatóloga pediátrica
del hospital Quirónsalud de Valencia