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Tipos de contracciones: el ginecólogo informa
Durante el embarazo, la futura mamá puede experimentar diferentes tipos de contracciones. Te ayudamos a reconocerlas, para que aprendas a distinguir si son preparatorias o te encuentras realmente de parto.
Cuando se habla de contracciones, automáticamente se piensa en el momento del parto y en que estas son las que lo provocan. Sin embargo, a lo largo del embarazo, se pueden presentar contracciones de diferentes clases e, incluso, intensidades. Por tanto, es importante conocer los distintos tipos de contracciones que existen y aprender a diferenciar las que son de preparación de las propias del parto.
¿Cómo diferenciar los distintos tipos de contracciones?
Cada contracción tiene su función; no todas son iguales. Hay que aprender cómo se notan y para qué sirven.
Todas las contracciones hacen que el útero se contraiga y se relaje: algunas, de manera irregular, y otras, a intervalos regulares. Sin embargo, las contracciones de parto lo hacen a intervalos cada vez más cortos, aumentando progresivamente su intensidad, con la función de borrar el cuello del útero y ensancharlo para ayudar al bebé a salir. Conozcamos qué tipos de contracciones existen y cuáles son sus características diferenciales:
Contracciones A (o de Álvarez)
Se presentan en las etapas iniciales y hasta las 28 semanas de embarazo. Son de muy baja intensidad (2-4 mmHg) y de escasa frecuencia. Por lo general, no son percibidas por la embarazada.
Contracciones focales
Son contracciones de poca intensidad (menos de 10 mmHg) localizadas en pequeñas áreas del útero. Habitualmente, se producen como reacción a un movimiento del bebé.
Contracciones generalizadas
Comienzan en un área concreta, pero se extienden al resto del útero. Se pueden producir por movimientos del bebé o por esfuerzos o cambios de posición de la madre. Dentro de este tipo de contracciones, encontramos las siguientes:
- Contracciones de Braxton Hicks. Son contracciones irregulares, arrítmicas e indoloras. Tienen una intensidad de entre 10-15 mmHg. Se propagan en un área más grande del útero; la panza se endurece, pero no hay dolor. Duran, aproximadamente, entre 30 y 60 segundos. Su frecuencia es baja (una por hora), pero aumenta a medida que se desarrolla el embarazo. Pueden aparecer desde la semana 13 de gestación, aunque lo normal es que empiecen a notarse hacia la segunda mitad del embarazo.
- Contracciones preparto. Son contracciones más intensas que las de Braxton Hicks y producen un dolor de intensidad variable. Pueden aparecer unos días antes del parto e indican que este momento se acerca. Su función es la de madurar y ablandar el cuello del útero. Tienen una intensidad media de unos 20 mmHg, aunque pueden llegar a 30 mmHg cada 5-10 minutos, pero no son rítmicas.
- Contracciones de parto. Estas contracciones ya son más rítmicas, progresivas e intensas. Se producen en períodos más regulares, con una frecuencia de tres a cinco contracciones cada diez minutos, y su duración va aumentando, llegando a mantenerse aproximadamente entre los 60 y los 90 segundos. Estas contracciones son progresivamente más dolorosas, su intensidad es superior a 30mmHg y, en el expulsivo, pueden alcanzar los 60 mmHg.
A pesar de que no tienen por qué estar presentes todas ellas, en el desarrollo de un embarazo normal, es habitual que apreciemos diferentes clases de contracciones. Así, sabiendo cuáles son los distintos tipos que existen, a la futura madre le será más fácil reconocerlas y mantener una mayor calma hasta que llegue el momento de ir al hospital para dar a luz a su bebé.
Dra. Tania Manrique
Ginecóloga del Hospital Quirón Salud Córdoba