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El hipnoparto es una terapia basada en la hipnosis que ayuda a tener una mejor experiencia de parto, reduciendo el miedo y la percepción del dolor. El objetivo es conseguir llegar a un estado mental en el que la futura mamá es consciente de los estímulos positivos, mientras que los negativos, como puede ser el miedo, el dolor, la preocupación o el estrés, se perciben de una manera atenuada.
Se parte de la idea de que el parto es un proceso natural y de que el cuerpo de la mujer está diseñado para parir. Eliminar las malas expectativas ayuda a evitar que el parto se viva como una experiencia traumática.
El obstetra británico Grantly Dick-Read sentó las bases de la ideología del hipnoparto en 1944, con la publicación de su libro Childbirth Without Fear. En él, reivindicaba la capacidad de decisión y de autonomía de la mujer en su propio parto, así como el poder del cuerpo para dar a luz de manera natural.
Posteriormente, en 1992, la hipnoterapeuta estadounidense Marie Mongan se basó en esta filosofía y la combinó con técnicas de hipnosis para crear lo que llamamos hipnoparto. Hoy en día, cualquier instructor o instructora de hipnoparto se basa en el método de Marie Mongan.
Aunque es una terapia poco conocida en nuestro país, lo cierto es que, en las últimas décadas, su popularidad ha ido en aumento, sobre todo en países como Reino Unido. Algunas famosas, como Jessica Alba, Angelina Jolie, Kate Middleton o Meghan Markle, han hecho hipnoparto y han dado mucha visibilidad a esta práctica. En la actualidad, hay profesionales formados en hipnoparto en más de 40 países.
En nuestra sociedad, tradicionalmente, se asocia el parto con dolor y sufrimiento. Hay muchas preguntas que nos vienen a la mente antes de parir por primera vez. ¿Cómo será mi parto? ¿Y si no aguanto el dolor? ¿Perderé el control en algún momento? ¿Me podré relajar durante la dilatación? ¿Y si estoy demasiado cansada? ¿Aguantaré bien las contracciones?
El desconocimiento es la principal fuente del miedo al parto. Antes, cuando las mujeres parían en sus casas, prácticamente todo el mundo había visto un parto. El parto estaba más presente en la sociedad. Hoy en día, el parto se ha traslado al hospital, por lo que se ha convertido en algo oculto.
Sin embargo, el parto es un proceso fisiológico, natural en el ser humano. El hecho de llegar al parto informadas, preparadas, con un buen plan de parto, nos ayudará a tener una mejor experiencia de todo el proceso.
Este ciclo es el enemigo número uno del parto. El miedo está provocado, sobre todo, por el desconocimiento de lo que es un parto y por la falta de preparación. Si vamos con mucho miedo al parto, nuestro cuerpo entra en tensión y esa tensión hace que el dolor se perciba con más intensidad.
Es decir, el propio miedo al dolor en el parto nos genera una tensión que hace aumentar la percepción del dolor, y ese dolor va a reforzar aún más el miedo. Cuanto más dolor, más miedo; y cuando más miedo, más dolor.
¿Qué ocurre cuando aplicamos las técnicas de hipnoparto que eliminan o disminuyen ese dolor? Experimentamos menos miedo a la hora de ir al parto, vamos a tener menos tensión, nuestro cuerpo va a estar más relajado y las contracciones van a fluir más fácilmente. El dolor no va a desaparecer, pero, si estamos seguras de nosotras mismas y afrontamos el parto con confianza, nuestra percepción del dolor sí que va a disminuir.
Veamos qué hormonas ejercen una influencia positiva o negativa durante el trabajo de parto:
Es la hormona del amor, del bienestar, de la felicidad. Es la hormona que provoca las contracciones y es nuestra mayor aliada durante el parto. Nuestro cuerpo libera oxitocina en situaciones en las que estamos tranquilas, relajadas y confiadas.
Favorecer un ambiente relajado durante el parto, en el que nos sintamos arropadas, seguras, con nuestra pareja o acompañante de parto al lado, y con una matrona de confianza, facilitará que la oxitocina fluya y que el parto avance.
La adrenalina se libera en situaciones negativas, de peligro. Es una hormona que genera tensión, ansiedad, taquicardia…
La adrenalina acelera el ritmo cardíaco, hace que respiremos más rápido para oxigenar nuestros músculos, y que la sangre de nuestro cuerpo se mueva de los órganos que se consideran no esenciales para nuestra supervivencia, como es el útero, a los órganos que necesitamos para escapar o luchar contra esa situación de peligro, como puede ser el corazón, los pulmones y los músculos.
Si le estamos quitando sangre al útero, se la estamos quitando al bebé, y, en cierto modo, estamos disminuyendo también su oxigenación.
Es la hormona del estrés y está relacionada con la adrenalina. Si tenemos miedo y estamos en tensión, estamos liberando cortisol, que puede hacer subir la presión arterial, provocar dolor de cabeza, etc.
La adrenalina y el cortisol pueden tener un efecto negativo en nuestra experiencia y percepción del parto, e interferir en el resultado final del mismo.
La preparación al hipnoparto consiste, normalmente, en clases semanales, aunque la futura mamá debe dedicar 30 minutos al día a practicarlo en casa, en un ambiente tranquilo y relajado.
El hipnoparto utiliza diferentes técnicas de relajación que permiten alcanzar un estado mental en el que se reduce la percepción del miedo, la ansiedad y el dolor, y en el que logramos un control total de nuestros sentidos y emociones. Las principales herramientas que se utilizan para ello son:
Se trata de una relajación muy profunda, que nos permite conectar con nuestro subconsciente y dejar fluir el cuerpo, las emociones y las sensaciones. Hipnosis no se refiere a perder la consciencia; al contrario, es aumentar nuestra consciencia para percibir los estímulos positivos y disminuir los negativos.
Son imágenes mentales que refuerzan el bienestar. Por ejemplo: imaginamos que las contracciones son como olas del mar, que se van acercando a la orilla conforme aumenta la intensidad de la contracción. Cuando la contracción va disminuyendo, visualizamos en nuestra mente cómo las olas vuelven al mar y desaparecen.
Cada contracción que hemos tenido es una contracción que ya no vuelve y que nos acerca más a nuestro bebé. Y esa visualización nos puede ayudar a pasar de una contracción a otra de una manera más positiva.
Favorece la tranquilidad y la correcta oxigenación. Por ejemplo, podemos probar a tomar aire durante cinco segundos, mantener el aire durante dos segundos más y exhalar el aire exactamente el mismo tiempo, cinco segundos. Esa manera de controlar la respiración mejora mucho nuestra percepción del parto.
Estimulan los pensamientos positivos. Algunas frases positivas que puedes repetirte a ti misma o te puede decir tu pareja durante el parto, y que te darán mucha fuerza son:
- Inhalo paz y exhalo tensión.
- Confío en mí y en mi cuerpo.
- Mis contracciones no pueden ser más fuertes que yo, porque las contracciones son yo.
- Mi bebé va a nacer cuando esté listo.
- No hay nada que no pueda hacer.
- Soy una mujer fuerte y capaz.
- Cada contracción me acerca más al momento de conocer a mi bebé.
- Mi cuerpo es maravilloso y está hecho para dar vida.
- Estoy en completo control de la situación.
- Mi bebé y yo somos uno.
Matrón Pascual Conrado Martínez.
Especialista en hipnoparto, educación maternal y lactancia.
Máster de ciencias en City University of London.
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Y si quieres saber más sobre embarazo y parto consciente, te invitamos a nuestro podcast "El poder de crear vida", con Paula Camarós (Baby Suite by Pau). ¡No te lo pierdas!
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