Te puede interesar…





































A pesar de los avances en la legislación sobre licencias de maternidad y paternidad, Latinoamérica sigue lejos de alcanzar los estándares internacionales. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), solo 5 países de la región otorgan a las madres licencias superiores a 18 semanas, mientras que solo 6 economías permiten a los padres tomarse más de 10 días de permiso.
Este panorama, revelado en el boletín "Igualdad de Género: Tiempos para cuidar en América Latina y el Caribe", destaca que la falta de acceso a estas licencias impacta directamente en la salud de las mamás y el bienestar de los recién nacidos. La situación es especialmente crítica para las mujeres que trabajan en la informalidad, ya que muchas veces no pueden acceder a este derecho por no estar afiliadas a la seguridad social.
Según el informe, solo el 50% de las mujeres en la región participa en el mercado laboral, frente al 75% de los hombres. Además, el 52% de ellas no cotiza a la seguridad social, lo que las deja fuera de la posibilidad de acceder a licencias de maternidad.
En cuanto a las licencias de paternidad, la situación es aún más desigual. En el Caribe, por ejemplo, solo en Surinam este derecho es remunerado, y solo por 8 días. A nivel general, la duración y el financiamiento de las licencias siguen siendo un obstáculo para la corresponsabilidad en la crianza.
Mientras que las licencias de maternidad y paternidad siguen siendo insuficientes, las licencias parentales, que permiten a ambos progenitores cuidar a sus hijos después del permiso de maternidad o paternidad, solo existen en cuatro países: Chile, Colombia, Cuba y Uruguay.
Cuba fue pionero en este derecho, permitiendo que los primeros 15 meses de vida del bebé sean cubiertos por esta licencia. Sin embargo, en la mayoría de los países este beneficio es inexistente o no remunerado, lo que limita su uso.
Los organismos internacionales recomiendan a los países de la región alinear sus normativas con el Convenio 183 de la OIT, que establece derechos laborales básicos para las mujeres trabajadoras. Además, sugieren implementar licencias de paternidad más extensas y financiadas por la seguridad social, así como garantizar licencias parentales remuneradas, irrenunciables y sin sesgos de género.
Para las mamás y futuras madres, esta problemática no solo impacta en su bienestar y el de sus bebés, sino que también influye en la estabilidad laboral y económica de las familias. Mejorar las licencias de maternidad y paternidad es un paso clave para garantizar una crianza equitativa y saludable.
Te puede interesar…