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A partir del 29 de marzo de 2025, entró en vigor la nueva normativa del programa Vida Saludable, impulsado por el gobierno federal, que prohíbe la venta de alimentos ultraprocesados en las escuelas de todo México. Esta medida busca reducir los alarmantes índices de obesidad infantil, que afectan al 36.1% de los niños de entre 5 y 11 años, y 22.2% tiene riesgo de sobrepeso en el caso de los niños de 0 a 4 años, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT).
El objetivo no es solo restringir, sino promover entornos escolares más saludables que favorezcan el bienestar físico y emocional de niñas y niños.
Las cooperativas escolares y tiendas dentro de los planteles no pueden vender:
Refrescos, aguas de sabor industrializadas y bebidas con cafeína.
Frituras y botanas saladas (papas, chicharrones, cueritos, cacahuates fritos).
Pasteles, bollería industrial, galletas con relleno.
Chocolates, dulces, helados de crema.
Comida rápida como hot dogs, nachos, pizzas y hamburguesas.
Además, no se permiten alimentos con sellos de advertencia, frutas en almíbar o enlatadas, cereales de caja azucarados ni productos con grasas trans o altos niveles de sodio.
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Según los nuevos lineamientos, los productos autorizados deben ser naturales, nutritivos y sin añadidos innecesarios. Algunas opciones aprobadas son:
Frutas y verduras frescas: jícama, pepino, zanahoria, sandía, plátano, manzana, mango, etc.
Cereales integrales: avena, maíz, arroz, amaranto, pan o galletas integrales sin azúcar añadida.
Legumbres y tubérculos: habas, garbanzos, lentejas, papa cocida o camote.
Lácteos bajos en grasa: yogur natural sin azúcar, leche descremada.
Proteínas saludables: pollo asado, pescado o pavo sin grasa.
Snacks naturales: jicaletas, esquites con limón, tlacoyos de nopales, torta de pollo con aguacate.
El agua natural es la única bebida recomendada dentro de los planteles escolares.
Aunque la normativa no sanciona a padres o tutores, se recomienda alentar una alimentación saludable también desde casa. Para eso, puedes enviar a la escuela:
Fruta cortada con limón y chile.
Palomitas naturales sin sal ni mantequilla.
Sándwiches de pan integral con frijoles, huevo o queso panela.
Brochetas de frutas o verduras.
Tortitas de avena caseras sin azúcar refinada.
Yogur natural con un poco de granola sin azúcar.
Evita los jugos procesados, panecillos industriales, refrescos, dulces o cereales comerciales. Lo natural, fresco y sencillo es lo mejor.
En medio de la implementación de estas nuevas reglas, algunas escuelas han comenzado a aplicar actividades donde se pide a niños pequeños que anoten o dibujen lo que comen en casa y calculen la cantidad de azúcar consumida. Esto ha generado fuerte crítica en redes sociales por considerarse invasiva y poco apropiada para edades tempranas.
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Publicación de @raquelobaton especialista en nutriología incluyente. La imagen muestra cómo en algunas escuelas solicitan a los alumnos dibujar lo que comieron y contabilizar la carga de azucar.
Esta práctica ha generado polémica en las redes sociales, pues puede generar culpa, vergüenza o una relación tensa con la comida desde edades muy tempranas. Expertos en pedagogía y nutrición coinciden en que:
La educación alimentaria debe ser informativa, no punitiva.
No se debe hacer sentir mal a los niños por lo que comen en casa.
Contar cucharadas de azúcar no es una estrategia adecuada para preescolares o niños pequeños.
El enfoque debe ser positivo: conocer los beneficios de ciertos alimentos y no satanizar otros.
La comida no debe dar miedo. Enseñar desde el respeto y el acompañamiento siempre será más efectivo.
Dado el impacto mediático de estas críticas, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha anunciado que evalúa ajustar o eliminar este tipo de actividades pedagógicas. Aunque la prohibición de comida chatarra se mantiene vigente, el enfoque educativo y la forma de implementación están bajo revisión y discusión interna, por lo que en las próximas semanas podrían anunciarse cambios en los lineamientos.
La eliminación de comida chatarra en las escuelas busca un bien mayor: mejorar la salud de la infancia mexicana. Como madres y padres, podemos apoyar este esfuerzo enviando alimentos más frescos y naturales, sin caer en la presión de hacerlo todo perfecto. La clave está en el equilibrio y el acompañamiento.
Educar con amor y sin culpa es la mejor receta para que nuestros hijos crezcan fuertes, sanos… y felices.
¿Qué pasa si mi hijo lleva papitas o jugos en su lunch?
No está prohibido, pero la escuela no puede vender esos productos. Lo ideal es promover alternativas más sanas poco a poco, sin culpas.
¿Pueden revisar o confiscar la comida que los niños llevan?
No. La SEP no permite que las escuelas revisen ni quiten alimentos a los alumnos. Las decisiones desde casa son respetadas.
¿Qué bebida es la mejor para enviar en la lonchera?
El agua natural es siempre la mejor opción. También puedes mandar agua de frutas natural sin azúcar añadida.
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