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La vacuna BCG (Bacilo de Calmette y Guérin) es un biológico que protege contra formas graves de tuberculosis, como la meningitis tuberculosa y la tuberculosis miliar. En México, se aplica al nacer y forma parte del esquema nacional de vacunación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su aplicación especialmente en países con alta incidencia de tuberculosis, como México. Su efectividad es mayor cuando se aplica durante las primeras semanas de vida, aunque puede colocarse hasta los 4 años de edad.
El motivo principal es que el principal proveedor internacional de esta vacuna cambió su planta de producción en India. Este cambio implicó que se perdiera el registro sanitario vigente, lo cual obliga a reiniciar los trámites de autorización para volver a distribuirla.
Este proceso tarda aproximadamente cuatro semanas, pero el retraso ha sido global, afectando a países como México, Australia y China.
Aunque lo ideal es que los bebés reciban la vacuna al nacer, no están en riesgo inmediato si no se aplica en ese momento. La Secretaría de Salud de México ha confirmado que puede aplicarse en cualquier momento desde el nacimiento hasta los 4 años sin comprometer su efectividad.
Sin embargo, es importante saber que los bebés no vacunados están temporalmente más expuestos a formas graves de tuberculosis, sobre todo si viven en zonas con alta incidencia de esta enfermedad o si están en contacto con personas infectadas.
Actualmente, hay más de 3.4 millones de dosis almacenadas por COFEPRIS esperando ser liberadas. Las autoridades aseguran que estarán disponibles para su distribución en cuanto se complete el proceso de validación sanitaria, que podría concluir en las próximas semanas.
No es necesario comprar la vacuna en clínicas privadas, ya que el gobierno garantizará su aplicación gratuita.
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No todos los bebés pueden recibir esta vacuna de inmediato. Las principales contraindicaciones incluyen:
Consulta con tu pediatra para saber el mejor momento para vacunar a tu hijo.
La escasez de la vacuna BCG es un fenómeno global, pero no representa un peligro inmediato para los bebés. El biológico puede aplicarse hasta los cuatro años sin perder eficacia, y el gobierno ya cuenta con dosis suficientes que serán distribuidas en breve. Lo más importante es mantener la calma, estar informados y seguir las indicaciones médicas.
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