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Viruela del mono: qué es, síntomas y prevención
En mayo, se disparó la alerta ante la aparición de algunos casos de este tipo de viruela. Desde entonces, se han notificado, en países no africanos, más casos de esta viruela en humanos que en los últimos 50 años, siendo Reino Unido el país con mayor número de positivos. Conozcamos a fondo qué es la viruela del mono.
- ¿Cuál es el origen de la viruela del mono?
- ¿Cómo se contagia la viruela del mono?
- ¿Cuáles son los síntomas de la viruela del mono?
- Viruela y varicela: ¿en qué se diferencian?
- ¿Quiénes corren más riesgo con la viruela del mono?
- ¿Cómo se cura la viruela del mono?
- ¿Cómo prevenir el contagio de la viruela del mono?
- Viruela humana, una enfermedad erradicada
La viruela del mono (viruela de los simios, viruela símica o monkeypox) es una enfermedad muy poco frecuente, aunque endémica en zonas centrales y occidentales del continente africano. Fue descrita por primera vez en 1958, cuando surgieron dos brotes de una enfermedad similar a la viruela humana en colonias de monos destinados a la investigación médica, en Dinamarca. De ahí, el nombre de “viruela del mono”.
El primer caso humano de viruela del mono se registró en 1970 en la República Democrática del Congo, en pleno período de intensificación de los esfuerzos para erradicar la viruela humana.
Se trataba de un niño de nueve años, el único miembro de su familia que no había recibido la vacuna contra esa enfermedad.
¿Cuál es el origen de la viruela del mono?
Se desconoce dónde se origina esta infección, que, a pesar de su nombre, podría no residir en monos. Se cree que se transmite a través de pequeños roedores, como ardillas listadas, ardillas arborícolas, ratas de Gambia, lirones enanos africanos, primates y otras especies de las selvas tropicales africanas.
El aumento de los casos en África podría estar condicionado, por un lado, porque ya no se administra la vacuna contra la viruela humana, erradicada del mundo en el año 1980, y, por otro, por la ocupación por parte de humanos de territorios en los que residen animales portadores del virus, en el intento de abarcar más zonas cultivables, en detrimento de la fauna autóctona, condenada en tantos casos a la extinción.
Fuera de África, se han notificado más de 8,000 casos positivos; de ellos, cerca de 50 casos se han diagnosticado en México. La edad de los afectados oscila entre los tres y los 76 años, según los últimos datos ofrecidos por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La causa de la infección es un virus, el denominado virus de la viruela del mono, que pertenece al género Orthopoxvirus, de la familia Poxviridae. El género Orthopoxvirus también incluye el virus variola (que causa la viruela humana), el virus vaccinia (utilizado en la vacuna contra la viruela humana), el virus de la viruela bovina y el virus del molluscum contagiosum.
Se trata de una infección zoonótica, es decir, capaz de transmitirse entre animales y personas humanas. Se desconoce el reservorio natural de la viruela del simio. Sin embargo, los roedores africanos y los primates no humanos (como los monos) pueden albergar el virus e infectar a las personas.
¿Cómo se contagia la viruela del mono?
La transmisión del virus de la viruela del mono se produce cuando una persona entra en contacto con el virus a través de otra, o bien a través de un animal portador o de objetos o materiales contaminados con el virus, que penetra en el organismo por alguna lesión de la piel, que puede ser tan pequeña que no es apreciable a simple vista. También puede hacerlo a través de las vías respiratorias o de las mucosas ocular, nasal, oral o genital.
Parece ser que la transmisión de persona a persona, que no es la forma habitual de transmisión, se produce, principalmente, a través de gotitas que se expulsan al respirar, toser o estornudar, por lo que se requeriría un contacto próximo prolongado.
Otros métodos de transmisión de persona a persona incluyen el contacto directo o indirecto con fluidos corporales o piel y mucosas. También se ha documentado la transmisión placentaria de una mujer infectada al feto.
Por lo general, la viruela del simio se presenta con más frecuencia en los niños, en los que el cuadro clínico suele ser más grave que el término medio, algo que sucede también en embarazadas.
Si bien el contacto físico estrecho es un factor de riesgo bien conocido para la transmisión, en este momento, no está claro si la viruela del mono puede transmitirse específicamente a través de las vías de transmisión sexual, ya que los primeros casos se dieron en varones homosexuales. Se necesitan más estudios para comprender mejor este riesgo, según la OMS.
Desde el punto de vista epidemiológico, la emergencia de la viruela del mono como patógeno humano probablemente esté causada por circunstancias de salud global, como el cambio climático, la explotación excesiva y descontrolada de la selva tropical, la mayor exposición a especies animales salvajes, los conflictos políticos y la violencia en áreas con presencia de la enfermedad, la elevada movilidad de las poblaciones por distintas causas y la disminución de la inmunidad de grupo.
Se estima que al menos el 70% de la población mundial no tiene inmunidad frente a la viruela humana y del mono, tras la erradicación de la primera en 1980 y el cese de su vacunación unos años antes.
¿Cuáles son los síntomas de la viruela del mono?
En general, la aparición de los síntomas sigue el siguiente patrón:
- Período de incubación, que dura entre una y dos semanas (5-21 días).
- Período de invasión, con síntomas de aparición inmediata o en el intervalo de cinco días: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, cansancio, dolores musculares, inflamación de ganglios linfáticos y otros síntomas de afectación general.
- Al cabo de uno a tres días del inicio de la fiebre, comienza el período exantemático: aparecen las lesiones cutáneas en número variable. Inicialmente, se trata de manchas eritematosas (rojizas), que se transforman, después, en pápulas (granitos) y vesículas (ampollas) rellenas de un líquido, que se convierte en pus (pústulas).
- Estas lesiones tienden a concentrarse en cara y extremidades, incluyendo las palmas de las manos y las plantas de los pies; también en mucosas (oral y genital)y conjuntivas.
- Típicamente, las lesiones tienden a evolucionar de forma uniforme, todas a la vez, formando costras que, al desprenderse, dejan cicatrices indelebles.
- En general, la viruela del mono es una enfermedad autolimitada, con una duración total de dos a cuatro semanas.
Viruela y varicela: ¿en qué se diferencian?
El exantema de la viruela puede recordar al de otras enfermedades exantemáticas, como la varicela, si bien hay una serie de características que las diferencian claramente:
- El exantema de la varicela afecta apenas a las palmas de las manos y las plantas de los pies, mientras que el del virus de la viruela del mono sí que lo hace.
- La varicela causa intensa comezón; la viruela, dolor.
- La evolución de las lesiones de la varicela no es uniforme: aparecen, al mismo tiempo, eritema, máculas, vesículas y costras, que, al desprenderse por sí mismas, no dejan cicatrices si no ha habido rascado que haya provocado una sobreinfección bacteriana, a diferencia de la viruela.
- Respecto a su evolución y pronóstico, la enfermedad suele ser más leve que la viruela humana, pero puede haber casos mortales. El padecimiento de la viruela del mono puede hacer que estos pacientes sean más propensos a desarrollar otras infecciones.
¿Quiénes corren más riesgo con la viruela del mono?
Los casos más graves ocurren, clásicamente, en niños y jóvenes, ya que las personas de más de 50 años, que fueron vacunadas contra la viruela humana, parecen conservar cierta protección contra la viruela del mono.
Este no es el caso de los más jóvenes, que pueden ser más susceptibles de padecer esta infección, debido al cese de las campañas de vacunación contra la viruela humana en todo el mundo después de la erradicación de la enfermedad en 1980. Asimismo, las deficiencias inmunitarias subyacentes pueden ser causa de una peor evolución de la enfermedad.
A lo largo de la historia, la tasa de letalidad de la viruela del mono ha oscilado entre el 0% y el 11% en la población general, y ha sido mayor entre los niños pequeños. Recientemente, la tasa de letalidad ha sido de alrededor del 3%-6%.
Las complicaciones incluyen sobreinfecciones bacterianas, bronconeumonía, sepsis y encefalitis (infección del sistema nervioso central). La afectación ocular puede ocasionar daño corneal permanente y ceguera.
¿Cómo se cura la viruela del mono?
El tratamiento para la viruela del mono es, fundamentalmente, sintomático, orientado a reducir los síntomas de cara a hacer más soportable el cuadro clínico, y está basado en una medicación antitérmica, analgésica y antiinflamatoria.
¿Cómo prevenir el contagio de la viruela del mono?
La prevención de la viruela del mono se basa en dos pilares fundamentales: medidas higiénico-ambientales y vacunación.
Las medidas generales recomendadas son:
- Evitar el contacto con los enfermos y con los animales salvajes y domésticos (mascotas) que puedan ser portadores del virus, así como con los objetos y los materiales que hayan estado en contacto con ellos, por ejemplo, la ropa de cama en contacto con las lesiones de personas infectadas.
- Aislamiento de los pacientes.
- Uso de equipos de protección personal (EPI) para la atención a estos pacientes.
- Rastreo de contactos.
- Higiene de manos con jabón o gel hidroalcohólico.
Aunque no existe una vacuna específica dirigida a la viruela del mono, las vacunas contra la viruela humana de segunda y tercera generación pueden proporcionar una protección notable.
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social español define dos escenarios para la administración de la vacuna antivariólica humana, aprobada por la SEMA en 1983, de la que se disponen pocas dosis, como prevención de la viruela del mono:
- El primero se refiere a personas que han mantenido contacto estrecho con un caso confirmado entre uno y cinco días antes de la aparición del exantema, o con ropas u otros materiales durante el período de invasión, así como en caso de una herida percutánea (como el pinchazo con una aguja) o de manejo de muestras para análisis, sin llevar el EPI apropiado.
- El segundo escenario se refiere a los contactos estrechos de personas de riesgo, como pacientes inmunodeprimidos, personal sanitario y de laboratorio sin EPI o que han tenido alguna incidencia en el uso del mismo.
Viruela humana, una enfermedad erradicada
El cuadro clínico de la viruela del mono se asemeja al de la viruela humana, infección provocada también por un Orthopoxvirus, que, como decía, se declaró erradicada en todo el mundo en 1980. El último caso de viruela adquirida naturalmente se produjo en 1977.
Aunque ya no se dan casos de viruela humana de forma natural, el sector de la salud permanece vigilante para detectar una posible reaparición, bien a través de mecanismos naturales, de accidentes de laboratorio o de liberación intencionada.
Para garantizar la preparación mundial en caso de resurgimiento de la viruela humana, se están desarrollando nuevas vacunas, pruebas diagnósticas y medicamentos antivirales, medidas todas ellas que también pueden resultar útiles para el tratamiento y la prevención y el control de la viruela del mono, tal y como señala la OMS.
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¿Te preocupa el aumento de casos de la viruela del mono en nuestro país? ¿Pondrías a tu hijo la vacuna de la viruela si las autoridades sanitarias lo aconsejaran? ¡Déjanos tu comentario!