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Cada persona respira, en promedio, unas 20,000 veces al día. Es algo que hacemos sin darnos cuenta y, sin embargo, el acto de recoger oxígeno por nuestra nariz y boca y expulsarlo a la atmósfera en forma de dióxido de carbono tiene un gran poder en muchos ámbitos de nuestra salud. Por ejemplo, pararnos a sentir cómo entra y sale el aire de nuestro cuerpo puede tener aplicaciones terapéuticas.
Los beneficios de aprender a respirar bien son muchos: ayuda a relajarnos, es bueno para la concentración, alivia situaciones de estrés, mejora el rendimiento deportivo e, incluso, puede ser beneficioso para tratar ciertos dolores de espalda. La respiración consciente es, sin embargo, una tarea difícil de conseguir, pues requiere cierto esfuerzo e implica interiorizar una rutina que tiene beneficios, incluso, en la vida sexual, pues a través de la respiración se puede gozar más intensamente del placer entre sábanas.
Lograr un incremento del placer sexual a través de la respiración implica un proceso que empieza con algo muy simple: antes de nada, uno debe estar relajado. Y es que la respiración y la relajación son grandes aliadas. Lo explica Antonio Murillo, psicólogo, sexólogo y coach sexual: "A la hora de tener una sesión de sexo, si la persona se encuentra relajada, puede disfrutar más de cada pequeño detalle, saborear más minuciosamente cada momento y gozar intensamente de cada experiencia".
Existen varios estudios científicos que evidencian que la respiración induce a una mejora en las relaciones sexuales. Según el estudio The sexual mindfulness project (Chelom E. Leavitt, de Brigham Young University, en Provo, Utah, Estados Unidos), "las personas que están más relajadas durante los encuentros sexuales experimentan un mayor placer en pareja y en solitario". Y es que estar más relajado y llevar a cabo un tipo de sexo más lento, el conocido como slow sex, implica prestar más atención a la respiración. Todo está relacionado.
El tipo de respiración idónea durante las relaciones sexuales depende del momento en el que se encuentra la pareja y la meta que pretenda alcanzar. Lo aconsejable es, en una primera fase del acto sexual, llevar a cabo una respiración profunda y pausada, llenando los pulmones por completo y dejando salir el aire lentamente por la boca entreabierta. Este tipo de respiración permite centrarse en las sensaciones y disfrutar plenamente del momento.
Existen algunos casos en los que, según cómo sea la persona a nivel sexual, es importante llevar a cabo otro tipo de respiración para lograr un mayor placer sexual:
No tiene por qué haber ninguna diferencia en la forma cómo uno o una tiene que respirar con el objetivo de incrementar el placer sexual. Sin embargo, los expertos en el terreno sexual afirman que normalmente se encuentran con que deben aconsejar a respirar a hombres y mujeres de forma diferente:
La respiración en el sexo, como en cualquier otra faceta de la vida, puede ayudar a regular el ritmo del cuerpo y de la mente. Aprender a respirar de forma pausada y profunda, lentamente, resulta crucial para gozar más del placer sexual.
Además, es difícil estar alterado, nervioso o enojado, mientras se respira lentamente, y de igual forma, no es fácil relajarse respirando deprisa. Así pues, es importante ser conscientes de que el control de la respiración en el sexo supone también un control físico y mental de la respiración en muchos otros ámbitos de la vida.
El consejo de algunos expertos es aprender a respirar antes, durante y después del acto sexual. El truco para empezar es tomar el aire y llevarlo hasta el estómago, en vez de hacerlo hacia el pecho. Este simple gesto permite una respiración lenta, notando que el abdomen crece y se encoge. Para hacerlo bien, se debe tomar el aire por la nariz y soltarlo por la boca, despacio.
Uno de los problemas más habituales de algunos hombres es la eyaculación precoz. Pues bien, debes saber que ello puede controlarse y llegar a solucionarse a través de la respiración.
El acto sexual empieza con una respiración suave que se va acelerando a medida que se acerca el orgasmo. Pues bien, los hombres con eyaculación precoz deben aprender a controlar el ritmo de la respiración cuando se acerca este momento, para ir reduciéndolo y, a través de una respiración más pausada, poder controlar el momento de la eyaculación, prolongando así el acto sexual.
Una manera de poner en práctica este tipo de control, que puede llevarse a cabo a diario y antes de mantener relaciones sexuales, consiste en lograr que el aire inspirado llegue hasta el fondo de los pulmones sin que se muevan ni los hombros ni el pecho. Debe ser el abdomen el que se expanda. Con esta práctica se puede llegar a lograr un control total.
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¿Has probado de cambiar tu forma de respirar durante el sexo? De ser así, ¿has visto incrementado el placer? ¿Algunos consejos que dar? ¡Déjanos tu comentario!
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