5 juegos eróticos para parejas que buscan huir de la rutina

Las relaciones sexuales son un termómetro indicador de la salud de la que goza una relación de pareja. Aunque estés bien con la tuya, es normal que el sexo no sea siempre apasionado y ardiente como el primer día. Todas las parejas viven épocas en las que el deseo sexual disminuye o se mantienen pocos encuentros sexuales por los motivos que sea. 

Así pues, es importante poner empeño en ello y evitar que la pasión muera. ¿Cómo? A veces es tan simple como dejarse llevar por la imaginación e incluir en las relaciones sexuales preámbulos que rompan con la rutina y permitan encender la pasión. En este sentido, los juegos eróticos son tu mejor aliado, pues permiten a la pareja fantasear y experimentar un nuevo universo de sensaciones.

Los 5 mejores juegos eróticos para compartir en pareja

1. Aceites, helado, crema... Masaje en puntos erógenos

A todo el mundo le gustan los masajes, pues son placenteros y relajantes. ¿Por qué no empezar el encuentro sexual por un buen masaje? Es una idea excelente, pues permite aumentar la excitación sexual, creando un clima idóneo para encender la pasión. 

Para que el masaje sea realmente estimulante, prueba a dárselo a tu pareja (o que ella te lo haga a ti) en zonas erógenas y con aceites de diferentes aromas, pues el olor del aceite en sí puede ser muy sensual. Además, puedes animarte a dar un masaje usando chocolate, crema o helado. De este modo, además de masajear a tu pareja puedes dejarte llevar por el placer del sabor y degustar estos dulces esparcidos por su cuerpo. 

2. Hielo o chocolate caliente... ¡Mmmm!

El contraste térmico es muy estimulante y puede provocar excitación. Este juego erótico consiste en experimentarlo, ambos miembros de la pareja, con un cubito de hielo o una bebida caliente que recorrerá el cuerpo de la persona. También puedes colocar el hielo en la boca para practicar sexo oral o lamer a la pareja recubierta de chocolate caliente.

Si te decantas por el sexo oral, pide a tu pareja que se ponga un hielo o tome una bebida caliente de forma alterna para que la boca quede impregnada de frío y calor. Al llevar a cabo el acto de sexo oral, las sensaciones aumentarán.

3. Manos atadas...¡y sin ver nada!

Es un clásico de los juegos eróticos, pero funciona muy bien para incrementar el deseo sexual. Te proponemos realizarlo de la siguiente manera: la pareja debe estar maniatada con la ayuda de un pañuelo o unas esposas, y con los brazos atados a la cama. Pero, además, ¡con los ojos vendados!

De esta forma, la pareja pierde dos sentidos, lo que provoca que los otros aumenten. Mientras lleva la venda en los ojos y sin que se lo espere, puedes ir acariciando, besando o lamiendo sus zonas más erógenas. Además, al estar atada deja de tener control sobre la situación y la imprevisibilidad provoca que la experiencia sea muy excitante.

4. 'Somos unos desconocidos'... Jugar al 'role playing'

Un juego erótico muy estimulante consiste en dejar de ser uno mismo y ponerse en el papel de ser otra persona. Por ejemplo, jugando a un 'role playing' o a disfrazarse. Ello consiste en que los miembros de la pareja adopten un rol diferente al suyo, que pueda excitar al otro y que puede estar relacionado con alguna de sus fantasías.

Disfrazarse de colegiala, enfermera o policía son algunos de los más típicos, pero puedes ser más original y simular ser algún personaje de su película favorita. Este juego es ideal para parejas que buscan reavivar la llama. 

5. ¿Eres capaz de...?

Este juego erótico es para parejas atrevidas, pues consiste en que uno proponga retos al otro, hasta que uno de los dos se rinda o no pueda realizarlo. Los retos pueden consistir en todo tipo de cosas: desde que uno de los dos haga una llamada erótica al trabajo del otro hasta quedar en un espacio público para mantener relaciones sexuales allí. 

Estos retos pueden prolongarse en el tiempo. Es decir, jugar a proponerlos durante días, semanas o, incluso, años. La idea de realizar el juego a lo largo de un tiempo tiene como objetivo no perder la rutina de coqueteo, para poder mantener viva la llama y que no quede en un juego de una sola noche.

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